Editorial Alaire

Pedro tuvo el alma rota en París.
Subió la torre sin saber que hay alturas de donde nunca se vuelve.
Pedro es el perro de Amalia, un policía de vacaciones.
Empezó a oler las estrellas y también olían a droga.
Y ladraba para que Amalia les pusiera esposas
pero ella era otra y él no. Pedro seguía siendo Pedro y ladraba.

Excelente micro. Agudas analogías que giran entre la autenticidad y la doble moral.
Lo disfrute mucho, un abrazo con mis mejores deseos para estas fiestas.

Marius Gabureanu escribió:Pedro tuvo el alma rota en París.
Subió la torre sin saber que hay alturas de donde nunca se vuelve.
Pedro es el perro de Amalia, un policía de vacaciones.
Empezó a oler las estrellas y también olían a droga.
Y ladraba para que Amalia les pusiera esposas
pero ella era otra y él no. Pedro seguía siendo Pedro y ladraba.

Un breve gigante y lleno de luces, querido Marius.
Coincido con Arturo en la fuerza y brillantez de su mensaje.

Qué alegría me da verte aquí en prosa con nosotros. Ojalá sea sólo el comienzo de muchísimas publicaciones del género narrativa.

Beso grande, amigo, y todo lo mejor para ti y los tuyos.

Genial Marius, es un microrelato que dispara la imaginación, que logra que el lector busque respuesta a todo lo que queda en el aire construyendo su propia historia.

Un abrazo.

Un escrito muy bien logrado que permite al lector construir una realidad inmensa a partir de pocos trazos.
La crítica es profunda y actual y presentada además con originalidad y buen hacer. Mis abrazos de amigo.

Excelente, Marius, me ha encantado este relato. Opino como Gerardo la crítica
es actual y muy profunda. El lector se abre paso a paso a la realidad de tu extraordinario relato. Ha sido un placer, leerte, amigo.

Un gran abrazo.

Carmen

Marius Gabureanu escribió:Pedro tuvo el alma rota en París.
Subió la torre sin saber que hay alturas de donde nunca se vuelve.
Pedro es el perro de Amalia, un policía de vacaciones.
Empezó a oler las estrellas y también olían a droga.
Y ladraba para que Amalia les pusiera esposas
pero ella era otra y él no. Pedro seguía siendo Pedro y ladraba.

Un relato que hace volver y volver a reflexionar. La cosa no va por el lado de encontrarle una lógica cartesiana al hilo argumental. Yo lo he recorrido, con agradable emoción, como si de un filme onírico se tratara, como una realidad que se acepta tal cual se nos presenta. Y he visto en la historia un contenido sexual freudiano, como si de una catarsis psicoanálitica se tratara.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Marius Gabureanu escribió:Pedro tuvo el alma rota en París.
Subió la torre sin saber que hay alturas de donde nunca se vuelve.
Pedro es el perro de Amalia, un policía de vacaciones.
Empezó a oler las estrellas y también olían a droga.
Y ladraba para que Amalia les pusiera esposas
pero ella era otra y él no. Pedro seguía siendo Pedro y ladraba.

Sugerente texto del que se desprende que solamente somos lo que no podemos dejar de ser. El amor canino y fiel de Pedro ante el desamor y la infidelidad de una Amalia recreada en las contaminadas estrellas, sierva de otros menesteres e intereses diferentes a los que debería servir. ¡Ay, quiero ser sólo perro!

El argumento es una incógnita y eso me gusta. Las imágenes son preciosas, como de cuadro.

Sube para deleite de todos.

Vuelve a subir esta maravilla.

Te echamos de menos, querido Marius.

Sí, es un texto intenso. De esos que dan ganas de seguir leyéndolo. Algo así como querer buscar más respuestas de las que ya están dadas. Sin duda, la Literatura es un arte, creador en sí.

Me alegra enormemente venir y encontrarme este texto amigo. Este relato que va fluctuando entre la realidad y la imaginación.
Buscar al otro en aquello que nos provoca su recuerdo, que lo retrata de lejos, íntimamente ligado lo que nos enlaza en secuencias de la vida. Me gustó mucho. Abrazo grande