Felices Fiestas para todos.

[Antonio Urdiales]

.
.


Una de mis dos neuronas
se ha negado a funcionar.



Les quería felicitar
estas Fiestas sabrosonas,
-por el champán o el caviar-
y una que dice que nones
y la otra que se me queja,
me dice que ella está vieja
y de todos los “marrones”
se libra la otra “pendeja”.



Así que, lo siento amigos,
pocas luces que uno tiene,
que el 2014 viene,
mis neuronas como un higo,
y no es por falta de higiene
que las lavo con alcohol,
a diario, varias veces,
incluso, a veces, con creces,
y las dejo como un sol,
¡que se dejen de memeces!



Y es que se quejan de vicio,
que siempre están regañando
y yo ya me estoy hartando
de sentir el estropicio,
que forman de cuando en cuando.



Así que yo, a lo que iba…
Sí... pues... quería desearles
¡que pasen Felices Fiestas!
Y que se gasten en éstas
-no pretendo influenciarles-
cada uno lo que pueda...
Y a ese cuñado payaso,
que tenemos, pues ni caso,
y si es la suegra o la nuera
-que de una a otra hay un paso-
pues, como todos los años,
a callarse, que la cena
luego después se envenena
y en las tripas te hace daño,
y en lugar de... “hacer faena”
-como dicen los taurinos-
pasamos, como cretinos,
solos, la noche en el baño.



Y así siempre, año tras año,
como el anterior, amigos.



Y tu mujer que te dice:
¡Si no hubieras bebido tanto!
y no... que ahora... ya ves
¡con dos palmos de narices!
Ya es que ni de mes en mes...
que ya no recuerdo cuando
"lo hicimos" la última vez...



Y tú, con dolor de tripa,
y es que el champán era malo,
¡como el bueno cuesta caro!
y estaba caliente... ¡coño!
que la suegra, por ahorrar
para ir a tintarse el moño,
ni un Euro quiere gastar
en comprar un frigorífico,
y a este le tiene que atar
con una cuerda la puerta
para que pueda enfriar.



Y el asado estaba duro,
y las pastas muy grasientas,
y la suegra, muy contenta
tras el “éxito” obtenido
con el cordero y el vino,
reparte después los puros...
¡Más secos que un ojo tuerto!
Y te dice: - ¿Otra copita?



Y el suegro -el pobre- te mira
cual cordero degollado,
como está siempre callado
porque si habla le dicen:
Y tú, a callar, fulano,
que tú, de eso no entiendes.
Por eso el hombre comprende
por lo que estamos pasando...
¡cualquiera se atreve a hablar!
y, por eso, él.... sólo mira
como diciendo... ¡anda, hombre!
por un sacrificio más...



Tú estás por decir que no,
porque el güisqui es peleón,
mas... tu mujer que te mira...
¡como miran las mujeres
cuando de veras te miran!



Y tú sientes... que te mueres...
que ya te suenan las tripas…



Pero al ver esa mirada
y escucharle a la cuñada
como le dice a la hermana:



No, si nos dará la cena
el día de Nochebuena.
Seguro que ya ha bebido
en el bar con los amigos,
porque con ellos sí bebe…
Si hasta me han dicho que tiene
en el bar un reservado
donde acude de tapado,
vete tú a saber por qué…
Mas… no quiero decir nada,
que no me gusta pinchar...



Y tu mujer que contesta:
Qué cosas tienes, mujer,
¡Si me entero que algún día
se me va con otra tía,
todo lo que tiene de hombre,
que es más bien poco que mucho,
se lo corto y para el chucho.



Ya no hay nada que te asombre
y le dices a la suegra...
Bueno... pero poquito... que luego...



Y aquí es dónde salta el cuñado
–ese gordo y colorado
que sólo piensa en tragar–
¡Es que luego se emborracha,
como no está acostumbrado!


Y tú sonríes por fuera,
más por dentro estás pensando
¿se creerá que hace gracia
este tío tan pesado?



Más... ya me he vuelto a revirar
y esto ya se está alargando
sin que haya podido hablar
de mis deseos para ustedes.



Deseo que “vuesas mercedes”
tengan a bien disculpar
si me desvié del tema,
y es que llega Nochebuena
y les quería desear,
que tengan muy buena cena,
eso sí, en plan familiar,
y... ¡que se olviden de penas!,
que el catorce se nos llega
y seguro que vendrá
repleto de cosas buenas.



Paz, amor, felicidad,
son cosas que los desea,
de corazón, de verdad,
de esta sencilla manera,
tan larga como sincera,
un buen amigo de ustedes
que les admira y les quiere...
Antonio Urdiales… ¡Ya está!

[Marius Gabureanu]

Un poema muy bueno para estas fechas, a veces irónico, cargado de alegres campanas y amistad, muy rítmico, me ha gustado mucho y gracias por tan tan bonitos deseos. Feliz Navidad, Antonio y Feliz Navidad a todos los siguientes lectores de tu bello poema.

[Pilar Morte]

Ja, ja, me has hecho reír y he leído el poema de un tirón pues me intrigaba el final. Te agradezco la ironía y gracia de los versos.
Que pases felices días
besos
Pilar

[E. R. Aristy]

Me place este bello y gracioso poema, Antonio. Deseandote tambien felices fiestas en union a tu familia y amigos. Abrazos, ERA

[Óscar Distéfano]

.
.


Una de mis dos neuronas
se ha negado a funcionar.



Les quería felicitar
estas Fiestas sabrosonas,
-por el champán o el caviar-
y una que dice que nones
y la otra que se me queja,
me dice que ella está vieja
y de todos los “marrones”
se libra la otra “pendeja”.



Así que, lo siento amigos,
pocas luces que uno tiene,
que el 2014 viene,
mis neuronas como un higo,
y no es por falta de higiene
que las lavo con alcohol,
a diario, varias veces,
incluso, a veces, con creces,
y las dejo como un sol,
¡que se dejen de memeces!



Y es que se quejan de vicio,
que siempre están regañando
y yo ya me estoy hartando
de sentir el estropicio,
que forman de cuando en cuando.



Así que yo, a lo que iba…
Sí... pues... quería desearles
¡que pasen Felices Fiestas!
Y que se gasten en éstas
-no pretendo influenciarles-
cada uno lo que pueda...
Y a ese cuñado payaso,
que tenemos, pues ni caso,
y si es la suegra o la nuera
-que de una a otra hay un paso-
pues, como todos los años,
a callarse, que la cena
luego después se envenena
y en las tripas te hace daño,
y en lugar de... “hacer faena”
-como dicen los taurinos-
pasamos, como cretinos,
solos, la noche en el baño.



Y así siempre, año tras año,
como el anterior, amigos.



Y tu mujer que te dice:
¡Si no hubieras bebido tanto!
y no... que ahora... ya ves
¡con dos palmos de narices!
Ya es que ni de mes en mes...
que ya no recuerdo cuando
"lo hicimos" la última vez...



Y tú, con dolor de tripa,
y es que el champán era malo,
¡como el bueno cuesta caro!
y estaba caliente... ¡coño!
que la suegra, por ahorrar
para ir a tintarse el moño,
ni un Euro quiere gastar
en comprar un frigorífico,
y a este le tiene que atar
con una cuerda la puerta
para que pueda enfriar.



Y el asado estaba duro,
y las pastas muy grasientas,
y la suegra, muy contenta
tras el “éxito” obtenido
con el cordero y el vino,
reparte después los puros...
¡Más secos que un ojo tuerto!
Y te dice: - ¿Otra copita?



Y el suegro -el pobre- te mira
cual cordero degollado,
como está siempre callado
porque si habla le dicen:
Y tú, a callar, fulano,
que tú, de eso no entiendes.
Por eso el hombre comprende
por lo que estamos pasando...
¡cualquiera se atreve a hablar!
y, por eso, él.... sólo mira
como diciendo... ¡anda, hombre!
por un sacrificio más...



Tú estás por decir que no,
porque el güisqui es peleón,
mas... tu mujer que te mira...
¡como miran las mujeres
cuando de veras te miran!



Y tú sientes... que te mueres...
que ya te suenan las tripas…



Pero al ver esa mirada
y escucharle a la cuñada
como le dice a la hermana:



No, si nos dará la cena
el día de Nochebuena.
Seguro que ya ha bebido
en el bar con los amigos,
porque con ellos sí bebe…
Si hasta me han dicho que tiene
en el bar un reservado
donde acude de tapado,
vete tú a saber por qué…
Mas… no quiero decir nada,
que no me gusta pinchar...



Y tu mujer que contesta:
Qué cosas tienes, mujer,
¡Si me entero que algún día
se me va con otra tía,
todo lo que tiene de hombre,
que es más bien poco que mucho,
se lo corto y para el chucho.



Ya no hay nada que te asombre
y le dices a la suegra...
Bueno... pero poquito... que luego...



Y aquí es dónde salta el cuñado
–ese gordo y colorado
que sólo piensa en tragar–
¡Es que luego se emborracha,
como no está acostumbrado!


Y tú sonríes por fuera,
más por dentro estás pensando
¿se creerá que hace gracia
este tío tan pesado?



Más... ya me he vuelto a revirar
y esto ya se está alargando
sin que haya podido hablar
de mis deseos para ustedes.



Deseo que “vuesas mercedes”
tengan a bien disculpar
si me desvié del tema,
y es que llega Nochebuena
y les quería desear,
que tengan muy buena cena,
eso sí, en plan familiar,
y... ¡que se olviden de penas!,
que el catorce se nos llega
y seguro que vendrá
repleto de cosas buenas.



Paz, amor, felicidad,
son cosas que los desea,
de corazón, de verdad,
de esta sencilla manera,
tan larga como sincera,
un buen amigo de ustedes
que les admira y les quiere...
Antonio Urdiales… ¡Ya está!

Al mismo Quevedo le hubiese gustado este excelente poema. Te felicito por el ingenio y el fino sentido del humor.

Un abrazo y felices fiestas, apreciado amigo.
Óscar

[Isabel Moncayo]

Paz, amor y felicidad para ti también, Antonio. Hermoso poema. Feliz Navidad.

[Maria Pilar Gonzalo]

Una felicitación muy divertida.

Se agradece un poco de humor entre tanto consumismo desatado.

Un fuerte abrazo y Feliz Navidad.

[Macedonio Tracel]

a mí me parece un genialidad pues las fiestas son las risas, los chismes y los regalos. las tres cosas nos has dado. a tiempo de festejar te envío buenos augurios e ilusión para el 14.

[Antonio Urdiales]

Marius
Pilar Morte
E.R.A.
Óscar
Isabel MOncayo
María Pilar Gonzalo
Macedonio

Muchas gracias por pasaros y dejar vuestra impronta, amigos. Efectivamente, el poema sólo pretender arrancar una sonrisa abusando un poco de los tópicos de estas fiestas donde se nos imponen unos comportamientos familiares, sociales y de consumo que, a veces, no son compartidos, pero que hay que hacer... cést la vie.

Que la felicidad y la buena poesía os colmen en vuestra rutina del día a día.

Un fuerte abrazo.

[Carmen López]

Amigo Antonio, muchas gracias por la felicitación con humor que nos dejas.
Muchas Felicidades y lo mejor para el 2014, amigo.

Un abrazo grande.

Carmen

[Josefa A. Sánchez]

Tal cual. Simpático el poema y hermosos los deseos. Espero que se cumplan para todos. Feliz Navidad.
Un abrazo.
Pepa

[Rafel Calle]

Hermoso y ameno poema, amigo Antonio, para vertir de gala una Navidad que tratas con fina ironía.
Ha sido un placer leerte.
Feliz Año.
Abrazos.

[Arturo Rodríguez Milliet]

Fresco, hilarante, agudo y tiernamente doméstico... si. Per no por ello deja de ser un extraordinario despliegue de talento poético.

Gracias por este refrescante regalo para estas fiestas, lo disfrute muchiísimo.

Recibe también un abrazo con los mejores deseos para el año nuevo.