Editorial Alaire

El viejo amaba su ventana de manera entusiasta,
era un vínculo con el mundo,
desde el alféizar veía la vida de Lavapiés pasar.

Su gato, un gordo felino atigrado
se lamía las pelotas con pasmosa tranquilidad,
el sofá era su territorio,
pilas de libros marchitos sus juguetes.

En el piso de abajo vivía la Muerte,
vestía de negro y escuchaba música gótica
en su habitación,
empapaban el aire acordes de Within Temptation,
Evanescence y otras oscuras imposturas.

El Viejo a penas salía de su casa,
cada tres días bajaba la basura,
siempre de noche, huyendo de la conversación vacía
de algún vecino hipster.

En aquella ocasión,
entre los crujidos de las escaleras
y la música anestesiada de The Cure,
escuchó los sollozos de la Muerte:
-¿Qué te pasa muchacha? ¿Por qué lloras tan amargamente?.

La Muerte abrió sus enormes ojos azules enmarcados
en la delicada blancura de una piel luminosa,
el pelo negro y largo acariciaban unos hombros perfectos:
-Mi amor a muerto, Viejo, perdido en las sombras,
y he tenido que acompañarle en su viaje sin retorno.

El viejo derramó una lágrima
que se volvió sal en los marcados surcos
de su cara,
se agachó y tomó la mano de La Muerte:
- Lo siento querida, es ley de vida.

Muy bueno, Israel. Original, ingenioso, con encanto ...y muy bello.
Me ha gustado mucho tu poema, compañero (...y también me encantan the Cure). Mis aplausos y un fuerte abrazo.

Escalofríos y emoción a tope, Israel! La muerte tan bella y joven, el viejo tan humano y solitario. La ventana en Lavapiés (me ha sobreencantado el detalle) y la música!
Digo, aciertos por todos lados.

De pie, para los aplausos, amigo.

Abrazote con los mejores deseos para la Navidad y el Año Nuevo.

Me ha encantado, amigo. Destaco la originalidad del poema, el viejo que llora por la muerte, una delicia de ingenio, magistralmente ejecutado en el poema. Las músicas, claro,,,también juegan, tú lo sabes y claro... tiene su sinestesia.

Un abrazo grande.

Carmen

Original trabajo Israel que he disfrutado plenamente.

Saludos

Javier

FABULOSO poema relato, Israel. Nada que envidiar a los mejores autores de cuentos fantásticos de la literatura universal.

Me ha encantado
Un abrazo
Felicitaciones
Ana

Original la forma de presentar este relato-poema y la relación de sus protagonistas. Muy acertado y hermoso
Besos
Pilar

Una historia dulce, el poema se lée él solo. Saludo.

Siempre es un disfrute enfrentar una de tus historias urbanas y humanas, aunque sea desde una ventana...virtual. Un lujo.
Un abrazo.
Pepa

Ocurrente desde el título. Extraordinario el giro poético para humanizar a la muerte y ni hablar de la paradoja de la muerte llorando por la muerte y la forma como el anciano, desprovisto ya del temor hacia ella, es capaz de darle consuelo entendiéndola mejor que ella misma... y todo relatado con riquísimas y envolventes imágenes poéticas.
Un poema de muerte!

[quote="Israel Liñán"]

Me gusta este poema-cuento gótico-urbano. Tus poemas engarzan verdaderas historias de la urbe.
Saludos.

Israel,

me ha gustado mucho esta historia urbana, muy tuya. Me gusta cómo planteas la contraposición entre el anciano y la hipster, dos mundos completamente ajenos y separados que acaban entendiéndose en la muerte, en una ley inexorable que les afecta a ambos, a todos. Pensaba que las referencias musicales me iban a hacer viejo, pero leerte citar a The Cure me ha hecho albergar la esperanza de que no lo soy tanto. ¿Todavía tienen tirón entre los hipsters?

Ah, Madrid, esa maravillosa y odiosa ciudad donde puede pasar cualquier cosa. El sábado pasado estaba en un bar en Ópera cenando con unos amigos y se presentó una señora en bata y zapatillas, pálida, despeinada, dando voces y protestando del ruido. Imagínate. Daba miedo. Parecía una peli de Alex de la Iglesia, solo le faltaba la motosierra. Tú harías un poema al momento. Después, camino de Sol para coger un taxi, me robaron el monedero sin enterarme, con una finura increíble. Así es Madrid.
Un abrazo.

Muy bueno, Israel, original e ingenioso como suele ser todo lo tuyo. Un placer.

Un abrazo.

Ese título Israel, ya dice, entra que no te arrepentirás, como así ha sido, tu poética urbanita, melómana, humana y desconcertante para mí en muchas ocasiones, me encanta que lo sepas, porque es diferente, y se agradecen estos chorros de originalidad de personas, de poetas como tú.

Un fuerte abrazo

el tinte urbano tan verdadero te permite que todas las historias que encares nos atraviesen. que un poema tenga el piso de abajo, el piso de arriba, el rellano, los ruidos hace que se nos meta en el ritmo de los pasos. un abrazo te mando amigo.