Página 1 de 1
El Abandono
Publicado: Sab, 14 Dic 2013 2:09
por Arturo Rodríguez Milliet
Las cosas han cambiado mucho. Al principio fue apenas perceptible. Primero dejaste de ser cariñosa y divertida… luego esa mirada distante.
No me resignaba a perderte. Seguí buscando en tus pupilas algún vestigio de ternura y lo único que hallé fue tu dolor, tan intenso, que ya habías dejado de percibirlo… Así me lo hiciste saber, ese maldito te estaba apartando de mí.
Desde aquel día evito tu mirada. Me limito cada tarde a permanecer en silencio, a tu lado, soportando estoico tu indiferencia…
Ya llegó Carmen! Claro, son las cinco de la tarde. Tengo que irme, es hora de cambiarte el pañal. Bendición… Bendición mamá.
Re: El Abandono
Publicado: Sab, 14 Dic 2013 11:07
por Hallie Hernández Alfaro
Arturo Rodríguez Milliet escribió:Las cosas han cambiado mucho. Al principio fue apenas perceptible. Primero dejaste de ser cariñosa y divertida… luego esa mirada distante.
No me resignaba a perderte. Seguí buscando en tus pupilas algún vestigio de ternura y lo único que hallé fue tu dolor, tan intenso, que ya habías dejado de percibirlo… Así me lo hiciste saber, ese maldito te estaba apartando de mí.
Desde aquel día evito tu mirada. Me limito cada tarde a permanecer en silencio, a tu lado, soportando estoico tu indiferencia…
Ya llegó Carmen! Claro, son las cinco de la tarde. Tengo que irme, es hora de cambiarte el pañal. Bendición… Bendición mamá.
Muy bien llevado, Arturo. El otro, ése con el nombre germánico o uno de sus parientes, se los lleva sin permiso de nadie.
Felicitaciones y aplausos muy sinceros.
Gracias por dejar tus valiosos aportes en Prosa.
Re: El Abandono
Publicado: Dom, 15 Dic 2013 19:59
por Maria Pilar Gonzalo
Arturo Rodríguez Milliet escribió:Las cosas han cambiado mucho. Al principio fue apenas perceptible. Primero dejaste de ser cariñosa y divertida… luego esa mirada distante.
No me resignaba a perderte. Seguí buscando en tus pupilas algún vestigio de ternura y lo único que hallé fue tu dolor, tan intenso, que ya habías dejado de percibirlo… Así me lo hiciste saber, ese maldito te estaba apartando de mí.
Desde aquel día evito tu mirada. Me limito cada tarde a permanecer en silencio, a tu lado, soportando estoico tu indiferencia…
Ya llegó Carmen! Claro, son las cinco de la tarde. Tengo que irme, es hora de cambiarte el pañal. Bendición… Bendición mamá.
Este relato breve nos adentra en el mundo de la enfermedad más cruel y devastadora, y lo hace sin rodeos, con una gran fuerza y entereza. Toda la que se necesita para continuar al lado de quienes han perdido su identidad, en un desgaste sin retorno.
Un placer estar en tus letras.
Abrazos y Feliz navidad.