Editorial Alaire

Hace ya más de un año se fue a vivir a Barcelona.
A pocos días de su partida me envió la foto que hoy me sirve de avatar.
Desde entonces, lo más auténtico de mi amor habita en el ícono gaudiano; esos ojos espectrales son ahora los míos,
a través de ellos contemplo –con embelesado orgullo- los pasos de mi hijo frente a la pedrera…

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Hace ya más de un año se fue a vivir a Barcelona. A pocos días de su partida me envió la foto que hoy me sirve de avatar. Desde entonces, lo más auténtico de mi amor habita en el ícono gaudiano; esos ojos espectrales son ahora los míos, a través de ellos contemplo –con embelesado orgullo- los pasos de mi hijo frente a la pedrera…

Precioso y emocionante esta breve e inmensa historia.

Gaudí, el amor, los ojos que son los ojos...

Aplausos miles y saludos cordiales; van también mis sinceros deseos por una sana y hermosa Navidad y un no menos bondadoso 2014.

Siempre me gusta saber lo que encierran los avatares que no son foto, en este caso, una bella historia. Un placer leer un breve que en realidad es muy intenso.

Un abrazo.

Carmen

Muchas gracias Hallie y Carmen por sus siempre generosos y emotivos comentarios que dan vida a mis humildes líneas.

Reciban un fuerte abrazo, con mis mejores deseos para estas fiestas de Navidad y año nuevo.

Carmen López escribió:Siempre me gusta saber lo que encierran los avatares que no son foto, en este caso, una bella historia. Un placer leer un breve que en realidad es muy intenso.

Un abrazo.

Carmen

Querida Carmen, pensaba que había respondido esta nota tuya,
nunca es tarde, lo hago ahora cuando estoy próximo a visitar a mi hijo
en tu amada Barcelona... Un café?
Cariños.-

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Hace ya más de un año se fue a vivir a Barcelona. A pocos días de su partida me envió la foto que hoy me sirve de avatar. Desde entonces, lo más auténtico de mi amor habita en el ícono gaudiano; esos ojos espectrales son ahora los míos, a través de ellos contemplo –con embelesado orgullo- los pasos de mi hijo frente a la pedrera…

Precioso y directo.

Contempla toda la ternura de un padre hacia un hijo en apenas un minuto de lectura.

Abrazos.

Pleno de amor paterno, estar con el hijo mirando lo que él mira.
Muy hermoso
Marimar