Letras desahuciadas
Publicado: Mar, 10 Dic 2013 2:00
¿De qué he de hablar ahora que no quedan cenizas
para esperar al fénix con sus mejores galas ?
las viejas golondrinas marcharon con sus prisas
a mitigar las penas de sus cansadas alas.
No queda en el tintero la pena subrepticia
de labios que sujeten la palabra olvidada,
la que nunca se dijo, la que no fue caricia
en el atento oído que se acercó a la nada.
No queda en fin, amiga, ni rastros de la musa
que dobla las razones, la del secreto abierto,
la que a falta de versos te regala una excusa
de cielos inventados en este mundo incierto.
Volteo un verso usado para ver si le queda
alguna magia oculta que me haga sentir vivo;
y encuentro en mi cuaderno, vagando en su vereda
aquel viejo poema que ya nunca te escribo.
Quisiera ser comparsa de aquellos sueños viejos,
vaciar en unas letras mentiras de papel,
pero el tiempo implacable me dejó los pellejos
del amor que una tarde cambió a su nueva piel.
Si dicen que me vieron ahogado entre tus versos
vagando en tus poemas, cual bardo desvelado;
no es cierto, ya no escribo de aquellos labios tersos,
porque mis letras nuevas huelen mucho a pasado.
Mi tinta se ha secado en las dunas de arena
donde ayer me dejaste un beso y un acaso.
mi mano ya no atiende a la palabra ajena
que habla de amor y rosas.. lo mío es el fracaso.
Quisiera que esos versos no lleven a tu lado,
pisar canciones nuevas que lleven hasta mi
pero no tengo manos que no te hayan tocado
ni amnesias ni censuras que no me hablen de ti.
Supón que me encontraste vagando en mis palabras,
no creas lo que dicen del verso mercenario;
pongamos por decir que a veces tú me labras
un verso, una sonrisa, ¿ves? nada extraordinario.
Por eso ya no escribo de amor y de otras hierbas,
ya no me quedan versos, soy letra desahuciada
de carne, sangre y huesos; memorias que conservas
de lo que fue algún día, un tris de casi nada.
- Javier
para esperar al fénix con sus mejores galas ?
las viejas golondrinas marcharon con sus prisas
a mitigar las penas de sus cansadas alas.
No queda en el tintero la pena subrepticia
de labios que sujeten la palabra olvidada,
la que nunca se dijo, la que no fue caricia
en el atento oído que se acercó a la nada.
No queda en fin, amiga, ni rastros de la musa
que dobla las razones, la del secreto abierto,
la que a falta de versos te regala una excusa
de cielos inventados en este mundo incierto.
Volteo un verso usado para ver si le queda
alguna magia oculta que me haga sentir vivo;
y encuentro en mi cuaderno, vagando en su vereda
aquel viejo poema que ya nunca te escribo.
Quisiera ser comparsa de aquellos sueños viejos,
vaciar en unas letras mentiras de papel,
pero el tiempo implacable me dejó los pellejos
del amor que una tarde cambió a su nueva piel.
Si dicen que me vieron ahogado entre tus versos
vagando en tus poemas, cual bardo desvelado;
no es cierto, ya no escribo de aquellos labios tersos,
porque mis letras nuevas huelen mucho a pasado.
Mi tinta se ha secado en las dunas de arena
donde ayer me dejaste un beso y un acaso.
mi mano ya no atiende a la palabra ajena
que habla de amor y rosas.. lo mío es el fracaso.
Quisiera que esos versos no lleven a tu lado,
pisar canciones nuevas que lleven hasta mi
pero no tengo manos que no te hayan tocado
ni amnesias ni censuras que no me hablen de ti.
Supón que me encontraste vagando en mis palabras,
no creas lo que dicen del verso mercenario;
pongamos por decir que a veces tú me labras
un verso, una sonrisa, ¿ves? nada extraordinario.
Por eso ya no escribo de amor y de otras hierbas,
ya no me quedan versos, soy letra desahuciada
de carne, sangre y huesos; memorias que conservas
de lo que fue algún día, un tris de casi nada.
- Javier