Editorial Alaire

Acostumbrado, como estoy, a ser la oveja negra de la familia, entré sigiloso a la habitación del abuelo y me senté en el sillón de la esquina.

La mayor de las tías le secaba el sudor de la frente, la menor le susurraba alguna estupidez al oído y mamá, como siempre, rezaba el rosario.

De pronto, la señal esperada… Un grito apenas contenido y el llanto quedo de las tres.

Me levanté del sillón, tomé la mano del abuelo y, juntos, salimos de la habitación.

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Acostumbrado, como estoy, a ser la oveja negra de la familia, entré sigiloso a la habitación del abuelo y me senté en el sillón de la esquina.

La mayor de las tías le secaba el sudor de la frente, la menor le susurraba alguna estupidez al oído y mamá, como siempre, rezaba el rosario.

De pronto, la señal esperada… Un grito apenas contenido y el llanto quedo de las tres.

Me levanté del sillón, tomé la mano del abuelo y, juntos, salimos de la habitación.

Un breve magnífico, Arturo. La línea final se lleva mil aplausos.

Bienvenido seas al subforo prosa de nuestro Alaire. Esperamos contar con tus aportes y reflejos en esta sala de narrativa.

Saludos cordiales y gracias por compartir.

Arturo Rodríguez Milliet, Un breve que encapsula todo un cuento. Muy logrado, poeta. Mis congratulaciones.

Una atmósfera que por sí misma encierra toda una lección de vida.

Gracias por compartirlo con todos nosotros.

Abrazos.

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Arturo Rodríguez Milliet escribió:Acostumbrado, como estoy, a ser la oveja negra de la familia, entré sigiloso a la habitación del abuelo y me senté en el sillón de la esquina.

La mayor de las tías le secaba el sudor de la frente, la menor le susurraba alguna estupidez al oído y mamá, como siempre, rezaba el rosario.

De pronto, la señal esperada… Un grito apenas contenido y el llanto quedo de las tres.

Me levanté del sillón, tomé la mano del abuelo y, juntos, salimos de la habitación.

Un breve magnífico, Arturo. La línea final se lleva mil aplausos.

Bienvenido seas al subforo prosa de nuestro Alaire. Esperamos contar con tus aportes y reflejos en esta sala de narrativa.

Saludos cordiales y gracias por compartir.

Gracias Hallie, siempre un honor tu presencia y comentarios.

Un abrazo.

Un relato conmovedor y emocionante. En pocas lineas queda patente todo un perfil, una sensibilidad, y tambien, una relación magica que supera el tiempo. Me ha gustado mucho.
Fuerte abrazo

Carlos Justino Caballero escribió:Arturo Rodríguez Milliet, Un breve que encapsula todo un cuento. Muy logrado, poeta. Mis congratulaciones.

Gracias Carlos por tu lectura y generoso comentario.
Un abrazo.

Qué buen trabajo, estimado. El cierre es absolutamente sobrecogedor. Una chispa genial tuvo que encenderse en tu mente para llegar a esa revelación. Me ha encantado. Mis aplausos.

Un abrazo grande.
Óscar

Maria Pilar Gonzalo escribió:Una atmósfera que por sí misma encierra toda una lección de vida.

Gracias por compartirlo con todos nosotros.

Abrazos.

Gracias a ti, María Pilar,
por aproximarte a esta atmósfera.
Un abrazo.

Oh, por Dios, me ha llegado tu escrito. Mi abuelo era mi figura paterna y murió cuando yo tenía cuatro, pero entre los recuerdos que tengo de aquella edad, en casi todos está el viejo. Yo también lo tomé de la mano y salí con él y aún sigue conmigo. Te felicito. Que manera de condensar en pocos y bellos trazos, un sentimiento tan profundamente humano. Aplausos y un gran abrazo, amigo.

Magnífico relato que ocurre simultáneamente en el texto y en nuestra circunstancia, yo también llevo conmigo el perfume de mi abuela.
Gracias por escribir algo tan bello

Ónice Canet escribió: Me has hecho retroceder en el tiempo.... Esta corta prosa, ha cobrado un gran sentido para mi.... Ha sido intensa, como fotogramas, las imagenes de tu prosa se han posado sobre mi vida.. Por ser oveja negra, por tener un abuelo, que aun en la distancia del tiempo, su memoria, sigue cogiéndome la mano..Han pasado décadas, pero sigo viendo aquella habitación, con un sillón vacío, el corazón de una niña roto.... Pero aun hoy, seguimos cogidos de la mano. Me ha emocionado tu escrito. Gracias por compartirlo.
Un abrazo.

Gracias por tu entrañable comentario. Me alegra haber podido brindarte tanata emoción.
Por los Abuelos! Un fuerte abrazo.

Ventura Morón escribió:Un relato conmovedor y emocionante. En pocas lineas queda patente todo un perfil, una sensibilidad, y tambien, una relación magica que supera el tiempo. Me ha gustado mucho.
Fuerte abrazo

Saludos Ventura. Gracias por tu paso y amable comentario.
Un abrazo.

Muy buen cuento. Sorprende el final, te felicito, ha sido un placer leerlo.

María