Tallo
Publicado: Mié, 27 Nov 2013 23:45
dormir con grasa en el óvalo,
debajo de la noche, con las manos más cerca que nunca,
apartar la grasa, sentir la mandíbula como un jardín
no sembrado, los molares erectos como bulbos pulsantes,
las yemas de los dedos como damas que fingen un desmayo
al unísono
y añorando un perfil que no llega,
una frente vengadora como la superficie mayólica
de una luna completa,
como un retrete de loza azul que no puede más brillo
apartar la grasa del follaje, el brocal que fosforece pardamente, las joyas
que impiden que trascienda el golpeteo del agua más allá de la luminosa deglución
rubíes que no quieren sangre, esmeraldas que no verán
la rotura de un tendón del aire herido por el árbol dueño del bosque,
ni el nacimiento de una lágrima en el índice como si hubiese
brotado entre la carne y la uña
bajando hasta la palma y la palma fuese toda uña
como una tortuga que come carne lentamente
dentro de una tempestad y así se desengrosa su dureza esmaltada
su frugal malignidad
dormir descendiendo por el cuello,
eje y copa de la runa que une los muslos y dobla las rodillas
como si un paso se cerrase para afilar la anchura de un camino
que no cabe en la espera
dormir roto, multiplicado
sollozando alrededor del cráneo
debajo de la noche, con las manos más cerca que nunca,
apartar la grasa, sentir la mandíbula como un jardín
no sembrado, los molares erectos como bulbos pulsantes,
las yemas de los dedos como damas que fingen un desmayo
al unísono
y añorando un perfil que no llega,
una frente vengadora como la superficie mayólica
de una luna completa,
como un retrete de loza azul que no puede más brillo
apartar la grasa del follaje, el brocal que fosforece pardamente, las joyas
que impiden que trascienda el golpeteo del agua más allá de la luminosa deglución
rubíes que no quieren sangre, esmeraldas que no verán
la rotura de un tendón del aire herido por el árbol dueño del bosque,
ni el nacimiento de una lágrima en el índice como si hubiese
brotado entre la carne y la uña
bajando hasta la palma y la palma fuese toda uña
como una tortuga que come carne lentamente
dentro de una tempestad y así se desengrosa su dureza esmaltada
su frugal malignidad
dormir descendiendo por el cuello,
eje y copa de la runa que une los muslos y dobla las rodillas
como si un paso se cerrase para afilar la anchura de un camino
que no cabe en la espera
dormir roto, multiplicado
sollozando alrededor del cráneo