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Ejercicio número cinco.

Publicado: Mar, 26 Nov 2013 19:43
por Andrés Rebolledo



**


De pronto, caes en la cuenta
de que eres un perfecto cadáver
con gafas graduadas
en la precisión exacta de la apariencia.
Que dices buenos dias
en el trabajo con la sonrisa del esclavo,
saludas educadamente en el ascensor,
cedes con galantería el paso
ante las puertas. Incluso pagas
con puntualidad tus impuestos. Un ciudadano
ejemplar, diría. No, corrijo. Mas bien un muerto
que late
al son que le marcan,
-para qué nos vamos a engañar-.
Dócil. Atribulado. Amaestrado cordero.
Artificio programado en el arte
del consumo, sea cual sea.
Mesa y exquisito mantel.
Mercancía al uso.
Rúbrica
vaporosa de alguien que alguna vez
firmó como hombre
sobre un papel -ahora amarillento-
un contrato de preferentes con la vida
( y, como es obvio,
fue timado).



2013

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Publicado: Mar, 26 Nov 2013 22:33
por Hallie Hernández Alfaro
Brillante y hermosísimo, Andrés.
Gracias por tan valiosa entrega.

Salud y muchos aplausos.

Publicado: Mar, 26 Nov 2013 22:56
por Carmen López
Bellísimo poema, Andrés, ritmo, elocuencia, inteligencia. Un placer siempre leerte.

Un abrazo.

Carmen

Publicado: Mié, 27 Nov 2013 13:26
por Guillermo Cumar.
Dejarse llevar resulta siempre negativo. No aprendemos
a medrar por nuestros méritos, ni nos dejan...

un abrazo

re: Ejercicio número cinco.

Publicado: Dom, 01 Dic 2013 19:25
por Óscar Distéfano
Un poema directo, como un cuchillo que hiende en la realidad del diario vivir. Son golpes persistentes que da la vida, que va matando lentamente la ilusión de vernos en un paraíso terrenal, para comprender, finalmente, que todo es un doloroso tránsito hacia la soledad infinita. Hermoso poema expresado con ideas claras y delicadas, abriendo surcos en la mente evocadora del lector. Te deseo lo mejor, amigo.

Un abrazo.
Óscar

Re: Ejercicio número cinco.

Publicado: Lun, 02 Dic 2013 2:51
por Luna de Nos
Andrés Rebolledo escribió:


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De pronto, caes en la cuenta
de que eres un perfecto cadáver
con gafas graduadas
en la precisión exacta de la apariencia.
Que dices buenos dias
en el trabajo con la sonrisa del esclavo,
saludas educadamente en el ascensor,
cedes con galantería el paso
ante las puertas. Incluso pagas
con puntualidad tus impuestos. Un ciudadano
ejemplar, diría. No, corrijo. Mas bien un muerto
que late
al son que le marcan,
-para qué nos vamos a engañar-.
Dócil. Atribulado. Amaestrado cordero.
Artificio programado en el arte
del consumo, sea cual sea.
Mesa y exquisito mantel.
Mercancía al uso.
Rúbrica
vaporosa de alguien que alguna vez
firmó como hombre
sobre un papel -ahora amarillento-
un contrato de preferentes con la vida
( y, como es obvio,
fue timado).



2013

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Además de coincidir, de sentir en el tono poético una sustancia compartida, una conclusión o varias, en las que me 'veo' aunque obviamente eso no sea importante, percibo o se percibe, que aún en la desilusión del poeta, el hombre, se salvó.
Demás está decir que me encantó leerte Andres, saludos, Luna.-

Publicado: Lun, 02 Dic 2013 3:17
por Josefa A. Sánchez
Desesperanza...Un gran poema.
Un abrazo.
Pepa