Editorial Alaire

[B]La cárcel de tus ojos[/B]

Condenado a cadena perpetua de tu mirada
por el juzgado de tus labios,
paso las noches y los días en la celda de tus caderas
desde donde comienzo a distorsionar la realidad,
a convertirme en un demente
que mira a través de los barrotes de tus pestañas,
incapaz de atinar a ver y creer
cualquier atisbo de existencia
que vaya más allá de tus iris color libertad.

Únicamente consigo enfocar tus ojos,
tan grandes como dos oceános de hojas secas de otoño
que, tras un equinoccio de segundo,
comienzan a mezclar sus caudalosas aguas,
convirtiéndose en un inmenso, brillante e indisoluble mundo único.

Es más, apelaré al tribunal supremo de tu cuerpo
la absolución inmediata de las cortinas de oscuridad
que mis párpados portan consigo,
impidiendo que cumpla con suma y consentida obediencia,
la sentencia que destina a mi mirada a morir en vida,
presa en el calabozo del devenir de tus pupilas,
mientras las mías portan reflejos de tus espejos
y grilletes bordados con tu nombre por los hilos de tus besos.

Hola Joel,

Un gusto pasar por tus versos en los que has resuelto con gran sobriedad esa cadena perpetua corporal. Saludos

El cantar a unos ojos, siempre ha sido mi pasíón, y leyendo tu magnifico poema, lleno de riquísimas metáforas, suba éste a su sitio... ! arriba con él !
un abrazo.

Muy bello poema, me han gustado las imágenes y metáforas que lo atavían.
Saludos

La jurisprudencia poética fallará a tu favor, Joel.
Hermoso trabajo; un lujo su lectura.

Salud y felicidad.

Buen poema, Joel, de esos que dejan sabor dulce. Un placer
Besos
Pilar

Muy original y con metáforas acertadas. Me gusta.