Editorial Alaire

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A pesar de esas curvas sinuosas
que, sugerentes, me invitan al abrazo
o de ese brillo aceitoso de tu piel
que refleja como un sueño irremediable,
la sombra atardecida de mis ansias…

A pesar de esa pose de abandono
que sofoca el sopor de los sentidos
y estimula al amoroso roce,
a la caricia dulce de unos dedos
que hagan ascender por tus quejidos
vuelos eternos de tenues mariposas…

A pesar de esos duendes que te habitan
y de esa levedad de tu cintura
que busca el acomodo de mis brazos,
o de esa dejadez, de esa desidia,
con las que ahíta de lujuria exhibes
la obscena desnudez del santuario,
donde el eco se evade melodioso
en orgasmos de notas imposibles…

En esta noche eclipsada de angustia,
no rasgaré la armonía del silencio,
ni te daré mi abrazo milonguero,
ni danzarán mis dedos vagabundos
por la escala de trastes de tu mástil,
querida guitarra mía,
hasta que el alba plena de sol
se beba sorbo a sorbo mi tristeza.


© Antonio Urdiales

!Precioso! Antonio. Presentas aquí un tema muy musical, muy bien escrito y con buen ritmo, como no podía ser menos.

Versos eternos, de amores y abrazos y solo al final desvelados, acordes, rasgados al son de guitarra.

Me ha llegado al alma.

Un abrazo, amigo.

Víctor F. Mallada

Con guitarra o sin ella se deja sentir la musicalidad de tus preciosos versos. Me ha encantado el poema. Un abrazo.

Siempre se ha comparado la guitarra a la mujer, en sus formas, por su cintura breve, caderas suaves y sinuosas.
Provoca y espera tus dedos para romper el silencio.
Sin ellos, no hay posible danza, y en ella caben todas las danzas del mundo, depende del alma.

Me ha fascinado ¿sabes? De principio a fin.

Abrazos mediterráneos.

UAn poema profundamente hermoso, Antonio. La tercera estofa me parece una maravilla, pero todo, todo me ha encantado. Mis felicitaciones sinceras, amigo.

[quote="Antonio Urdiales"].
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Precioso, musical, rítmico, sensual... Saludos.

Víctor F. Mallada escribió:!Precioso! Antonio. Presentas aquí un tema muy musical, muy bien escrito y con buen ritmo, como no podía ser menos.

Versos eternos, de amores y abrazos y solo al final desvelados, acordes, rasgados al son de guitarra.

Me ha llegado al alma.

Un abrazo, amigo.

Víctor F. Mallada

Muchas gracias, amigo Víctor, por tu comentario que valoro enormemente porque sé de tu pasión por la música.

Un abrazo.

Un alarde!!!, un placer, hermosísimo. Un muy trabajo que agradezco y te aplaudo. Está muy bien escrito Antonio, precioso.

Un abrazo grande.

Carmen

Sorprendete e ingenioso, sí. Hasta el final me has hecho pensar ya sabes qué.
La guitarra siempre me pareció tan similar a las curvas de una mujer que ha estado acertadísimo.

Un abrazo

uuhh, hermoso. me maravilla tu decir y me da mucha alegría que compartamos la música. yo toco el bajo y el contrabajo. entiendo sus sensaciones. abrazo

Unos versos muy bellos. Y como dicen algunos compañeros el poema se lee como si llevara música dentro. Felicidades y un abrazo.

Una preciosidad, puro arte y finísima inspiración.

De pie para la ovación Antonio, y gracias por compartir tus magníficas letras.

Salud y felicidad.

Antonio Urdiales, Sobria sensualidad en versos con oficio. Mis plácemes, poeta!

Rosa Marzal escribió:Con guitarra o sin ella se deja sentir la musicalidad de tus preciosos versos. Me ha encantado el poema. Un abrazo.

Rosa, gracias por acercarte y por la generosidad de tu comentario.

Un abrazo.

Antonio Urdiales escribió:.
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A pesar de esas curvas sinuosas
que, sugerentes, me invitan al abrazo
o de ese brillo aceitoso de tu piel
que refleja como un sueño irremediable,
la sombra atardecida de mis ansias…

A pesar de esa pose de abandono
que sofoca el sopor de los sentidos
y estimula al amoroso roce,
a la caricia dulce de unos dedos
que hagan ascender por tus quejidos
vuelos eternos de tenues mariposas…

A pesar de esos duendes que te habitan
y de esa levedad de tu cintura
que busca el acomodo de mis brazos,
o de esa dejadez, de esa desidia,
con las que ahíta de lujuria exhibes
la obscena desnudez del santuario,
donde el eco se evade melodioso
en orgasmos de notas imposibles…

En esta noche eclipsada de angustia,
no rasgaré la armonía del silencio,
ni te daré mi abrazo milonguero,
ni danzarán mis dedos vagabundos
por la escala de trastes de tu mástil,
querida guitarra mía,
hasta que el alba plena de sol
se beba sorbo a sorbo mi tristeza.


© Antonio Urdiales

Desde el título mismo se saborea este exquisito poema de mayoría endecasílaba: principalmente por su ritmo deslizante, imparable, que se produce como consecuencia de algunos dobles encabalgamientos. Su tema es original, bien llevado, manteniendo un suspenso agradable que, al final, refuerza su encanto. Te felicito, amigo.

Un abrazo.
Óscar