Editorial Alaire

Yo, clara, hago un órgano con tu pensamiento,
si quieres saber para qué sirve,
cava en mí cuando muera,
con tus manos simples, tus manos sin dedos,
cava en mi cuerpo más útil que nunca.
El que no se ha podrido es tu pensamiento,
es por piedad que quise cuando muerta que cavaras,
viva no serviría de nada tu pensamiento,
claro es el azogue del fuego, con sus cinco llamas suples
las vías correctas para enterrar cavando, luz desojada,
lágrimas,
tu pensamiento es muchas lágrimas, tu palma sola
aviva mi cuerpo, lágrima virgen.
He pensado que tendremos muchos hijos debajo de la tierra
y les pondremos nombres,
tu pensamiento vivo sobre mi cuerpo muerto engendrará hibrideces,
unas serán cuerpos vivos con un pensamiento muerto,
hambriento dentro,
otras serán pensamientos vivos buscándose el cuerpo en imágenes deseables:
nubes como heces blancas, finamente deshilachadas, ranuras para la lengua,
como atravesando un beso,
imágenes deseables:
tu lengua como un martillo golpeando la tierra,
abriéndose paso en una galería recta hacia el órgano de tu pensamiento
que está entre mis muslos descarnados
y a veces entre mis muslos desencarnados,
como una flor volante que no girara más y repartiérase por no enterrarse,
todo eso será el nombre helicoidal de nuestros hijos.
Esta pulsión también es el órgano
de tu pensamiento:
tu palma ventosa en mi vientre bombeando muerte
hasta estallar la muerte,
y luego una lluvia fina pero copiosa,
una luz abundante como si debajo del párpado pudiese
entornarse la mirada y aún más profundo el ojo conociera
su volumen al verte,
con esa cavidad entre los muslos,
con esa inhumana capacidad
de no doler.

Yo, clara, hago un órgano con tu pensamiento,
si quieres saber para qué sirve,
cava en mí cuando muera,



Buen comienzo para un poema de hermosas imágenes. Un disfrute

Besos

Pilar

Bruno Laja escribió:Yo, clara, hago un órgano con tu pensamiento,
si quieres saber para qué sirve,
cava en mí cuando muera,
con tus manos simples, tus manos sin dedos,
cava en mi cuerpo más útil que nunca.
El que no se ha podrido es tu pensamiento,
es por piedad que quise cuando muerta que cavaras,
viva no serviría de nada tu pensamiento,
claro es el azogue del fuego, con sus cinco llamas suples
las vías correctas para enterrar cavando, luz desojada,
lágrimas,
tu pensamiento es muchas lágrimas, tu palma sola
aviva mi cuerpo, lágrima virgen.
He pensado que tendremos muchos hijos debajo de la tierra
y les pondremos nombres,
tu pensamiento vivo sobre mi cuerpo muerto engendrará hibrideces,
unas serán cuerpos vivos con un pensamiento muerto,
hambriento dentro,
otras serán pensamientos vivos buscándose el cuerpo en imágenes deseables:
nubes como heces blancas, finamente deshilachadas, ranuras para la lengua,
como atravesando un beso,
imágenes deseables:
tu lengua como un martillo golpeando la tierra,
abriéndose paso en una galería recta hacia el órgano de tu pensamiento
que está entre mis muslos descarnados
y a veces entre mis muslos desencarnados,
como una flor volante que no girara más y repartiérase por no enterrarse,
todo eso será el nombre helicoidal de nuestros hijos.
Esta pulsión también es el órgano
de tu pensamiento:
tu palma ventosa en mi vientre bombeando muerte
hasta estallar la muerte,
y luego una lluvia fina pero copiosa,
una luz abundante como si debajo del párpado pudiese
entornarse la mirada y aún más profundo el ojo conociera
su volumen al verte,
con esa cavidad entre los muslos,
con esa inhumana capacidad
de no doler.

Impresiona, impresiona la claridad de pensamiento, su pulso, el mundo que se dibuja al leer, algo así como arabescos que entremezclan materia y espíritu, se fusionan, entrelazan, creando nuevas dimensiones espaciales y estados anímicos. Me place visitar tu mundo poético Bruno, abrazo, Luna.-

Pilar, muchas gracias por tu lectura. Siempre es un placer tu presencia. Abrazos.

Luna, me gusta mucho lo que dices, la claridad tal vez pueda ser eso, una fusión, o el modo de buscarla sea eso, caminos en uno. Un placer siempre tu presencia. Recibe un abrazo.

Bruno Laja escribió:Yo, clara, hago un órgano con tu pensamiento,
si quieres saber para qué sirve,
cava en mí cuando muera,
con tus manos simples, tus manos sin dedos,
cava en mi cuerpo más útil que nunca.
El que no se ha podrido es tu pensamiento,
es por piedad que quise cuando muerta que cavaras,
viva no serviría de nada tu pensamiento,
claro es el azogue del fuego, con sus cinco llamas suples
las vías correctas para enterrar cavando, luz desojada,
lágrimas,
tu pensamiento es muchas lágrimas, tu palma sola
aviva mi cuerpo, lágrima virgen.
He pensado que tendremos muchos hijos debajo de la tierra
y les pondremos nombres,
tu pensamiento vivo sobre mi cuerpo muerto engendrará hibrideces,
unas serán cuerpos vivos con un pensamiento muerto,
hambriento dentro,
otras serán pensamientos vivos buscándose el cuerpo en imágenes deseables:
nubes como heces blancas, finamente deshilachadas, ranuras para la lengua,
como atravesando un beso,
imágenes deseables:
tu lengua como un martillo golpeando la tierra,
abriéndose paso en una galería recta hacia el órgano de tu pensamiento
que está entre mis muslos descarnados
y a veces entre mis muslos desencarnados,
como una flor volante que no girara más y repartiérase por no enterrarse,
todo eso será el nombre helicoidal de nuestros hijos.
Esta pulsión también es el órgano
de tu pensamiento:
tu palma ventosa en mi vientre bombeando muerte
hasta estallar la muerte,
y luego una lluvia fina pero copiosa,
una luz abundante como si debajo del párpado pudiese
entornarse la mirada y aún más profundo el ojo conociera
su volumen al verte,
con esa cavidad entre los muslos,
con esa inhumana capacidad
de no doler.

Bruno, te luces con ésta magnífica obra. Te felicito. Abrazos,ERA

ERA, muchas gracias por tu amable y generoso comentario.Recibe un fuerte abrazo.

Bruno Laja, Talento y oficio de poeta desbordan tus letras llenas de imágenes y contenido. Mi afectuoso saludo, poeta!

y la claridad a mi me lleva a los incendios, me incendiantes con esos ultimos versos:

tu palma ventosa en mi vientre bombeando muerte
hasta estallar la muerte,
y luego una lluvia fina pero copiosa,
una luz abundante como si debajo del párpado pudiese
entornarse la mirada y aún más profundo el ojo conociera
su volumen al verte,
con esa cavidad entre los muslos,
con esa inhumana capacidad
de no doler.

rico en imagenes y en matáfora, en lirismo y existencia.

un abrazo

es un poema de amor Bruno, que lindo que el amor atraviese la vida y la muerte, y su color nos exceda, nos traiga paz. un abrazo. me da felicidad leerte

Un declaración de amor y deseo hasta el más allá, es lo que me sugiere este poema lleno de fuerza y de imágenes impactantes.

Siempre es bueno abrir tu ventana, Bruno.

Un abrazo.

Me ha gustado tu poema, Bruno. Su palabra arrastra con una eficacia comunicativa que no puedo por menos que destacar y aplaudir.
Recibe un abrazo.
Felipe.

Bruno, a mí cuando llego a tus poemas me sucede que he de vaciarme previamente, me doy cuenta de ello. Así que lo hago y en ese acto hay algo contenedor después, como sí te leyera desde otro espacio no sugerido, de alerta y nube. Y después se me quedan tus poemas, porque ellos mismos se acomodan y se hacen espacio. Un abrazo grande, buen domingo.

Carmen

Me quedaría a vivir en el poema de la claridad, Bruno. Acto de amor, entrega insospechada, vuelta y borrón de oscuras pertinencias, sed en los espacios del vértigo.

Gracias por compartir tanta belleza, querido amigo.

El amor nos piensa y transciende la propia muerte... Maravilloso, Bruno. Un lujo perderse en los caminos de tu poesía. Abrazos.

Preciosa entrega de una poesía magnífica, colmada de imágenes, recidentes para el amor, el sentimiento de revelde latido ya hacia su lugar sanguíneo. Recibe un abrazo fuerte. RJL