Editorial Alaire

I
EL NARCÓTICO DE LA BESTIA

Nuestro sueño es dormir en el vientre de la bestia
mientras la indiferencia
anestesia memorias saturadas
de spots publicitarios.

El mundo avanza rápido
hacia la destrucción.
En mitad de una violencia inusitada
las guerras de la Tierra
están negando a nuestros niños el futuro.

Los dioses y diablos
siempre nos engañan
con grandiosas recompensas
y la televisión
nos convierte en robots de una película
de ciencia ficción de serie B.

Los fármacos nos hacen insensibles
a emociones que emanan de la herida
y olvidamos
cómo distinguir la empatía
de la depredación
con las adicciones que nos drogan
transformándonos en zombis.

Sonámbulos los párpados descansan
en la luz y en la sombra de la ley.

Los cronómetros suenan impacientes.


II
VÉRTIGO

Vivíamos sumidos en la nada
respirando el latido
del pánico a expresar
el vértigo de Dios o de la luz.

Pensábamos que ellos eran fuertes
pero jamás lo fueron
necesitaban nuestra hormona más preciada
la mezcla de la esencia más antigua:
Adrenalina y néctar.

Pasábamos las horas
en espiral de pesadillas
con tiempos venideros sin salida,
con destrucción en masa
en un apocalipsis de silencio.

Parecía que el futuro
conllevaría muerte o extinción.

Pero lo cierto era
que ya había sucedido
el apocalipsis de mutismo
en el País del Sol Naciente.

Los venenos tomaban de nosotros
la última esperanza y sombra del pasado.

Vivíamos sumidos en el sueño
expulsando hacia el centro de la Tierra
el coraje de vivir sin opresión
y todo comenzó a concatenarse
al descubrir el código secreto
cifrado en las heridas de la historia.

Los relojes de agua
sonaban en la noche...


Ana Muela Sopeña

Sigues profundizando en este registro donde has logrado ya poemas memorables. Tu voz limpia, armoniosa, penetra las miserias humanas desnudándolas. Me gusta mucho este grito poético.

Un saludo fraterno.
Óscar

GRANDES LETRAS ES UN GUSTO LEERLAS, DESCRIVERN CLARAMENTE LA TRISTE REALIDAD QYE VIVIMOS EN EL MUNDO, ......GRACIAS PR COMPARTIR....saludos.....IRMA PERIBAN VILLA...MEXICO

Ana, un poema de carácter social, pero plasmado tal que lleva un aire místico, alberga un misterio maligno...Lo he disfrutado. Recibe mis abrazos y felicitaciones sinceras.

Armonía exisencial en tus críticos versos. Pasos damos hacia
adelante y hacia atrás esperando convencernos de qué es lo mejor
para nuestro pasado presencial y el futuro del barro que pisamos.

un abrazo

De la primera parte, destaco:

Los fármacos nos hacen insensibles
a emociones que emanan de la herida
y olvidamos
cómo distinguir la empatía
de la depredación
con las adicciones que nos drogan
transformándonos en zombis.


De la segunda:


Pero lo cierto era
que ya había sucedido
el apocalipsis de mutismo
en el País del Sol Naciente.

Los venenos tomaban de nosotros
la última esperanza y sombra del pasado.


Cuando te pones a pensar, eres una máquina talentosa...
Mi aplauso con un fuerte abrazo.

Muchas gracias, Óscar, por acompañar mi grito con tus palabras.

Un beso muy grande
Ana

Un buen poema, Ana, con un contenido de crítica social impresionante. Poemas necesarios a pesar de los que reniegan de la poesía comprometida.

Un abrazo.

Ana, cómo me gustan estos poemas tuyos que suponen un latigazo a la conciencia en este panorama mundial tan desilusionante y desolador. Hace falta un verdadero Despertar y tus versos ponen el dedo en la llaga. Mis felicitaciones, amiga. Besos.

Hermoso e interesante trabajo de Ana.

Muy bello, Ana querida. Con vigor emblemático, un pasaje de lo real en visión poética. Me ha gustado mucho, gran trabajo, poetisa.

besos, Mitsy

Mi muy querida amiga Ana. navegas con gran destreza por ese mundo tuya que también controlas, como dice Oscar, regalando letras memorables llenas de ti misma y de esos pedazos de tu alma que en alguna ocasión hemos compartido.
PERO QUE GENIO ERES !!!

Mil besos y mil gracias

TQ

Curra

Ana Muela Sopeña escribió:I
EL NARCÓTICO DE LA BESTIA


En mitad de una violencia inusitada
las guerras de la Tierra
están negando a nuestros niños el futuro.

Los fármacos nos hacen insensibles
a emociones que emanan de la herida
y olvidamos
cómo distinguir la empatía
de la depredación

Sonámbulos los párpados descansan
en la luz y en la sombra de la ley.


II
VÉRTIGO

Pasábamos las horas
en espiral de pesadillas
con tiempos venideros sin salida,
con destrucción en masa
en un apocalipsis de silencio.

Parecía que el futuro
conllevaría muerte o extinción.

Pero lo cierto era
que ya había sucedido
el apocalipsis de mutismo
en el País del Sol Naciente.


Los relojes de agua
sonaban en la noche...


Ana Muela Sopeña

La realidad hecha poesía en tus versos Ana, poemas que levantan ampollas porque la verdad es que a nivel individual poca es la yuda que podemos prestar y a nivel gubernativo no sé si las ayudan llegan a su destino.
Repito, tienes un don especial para vestir el horror con poemas bellísimos.
Un fuerte abrazo, compañera-

Ana Muela Sopeña escribió:I
EL NARCÓTICO DE LA BESTIA

Nuestro sueño es dormir en el vientre de la bestia
mientras la indiferencia
anestesia memorias saturadas
de spots publicitarios.

El mundo avanza rápido
hacia la destrucción.
En mitad de una violencia inusitada
las guerras de la Tierra
están negando a nuestros niños el futuro.

Los dioses y diablos
siempre nos engañan
con grandiosas recompensas
y la televisión
nos convierte en robots de una película
de ciencia ficción de serie B.

Los fármacos nos hacen insensibles
a emociones que emanan de la herida
y olvidamos
cómo distinguir la empatía
de la depredación
con las adicciones que nos drogan
transformándonos en zombis.

Sonámbulos los párpados descansan
en la luz y en la sombra de la ley.

Los cronómetros suenan impacientes.


II
VÉRTIGO

Vivíamos sumidos en la nada
respirando el latido
del pánico a expresar
el vértigo de Dios o de la luz.

Pensábamos que ellos eran fuertes
pero jamás lo fueron
necesitaban nuestra hormona más preciada
la mezcla de la esencia más antigua:
Adrenalina y néctar.

Pasábamos las horas
en espiral de pesadillas
con tiempos venideros sin salida,
con destrucción en masa
en un apocalipsis de silencio.

Parecía que el futuro
conllevaría muerte o extinción.

Pero lo cierto era
que ya había sucedido
el apocalipsis de mutismo
en el País del Sol Naciente.

Los venenos tomaban de nosotros
la última esperanza y sombra del pasado.

Vivíamos sumidos en el sueño
expulsando hacia el centro de la Tierra
el coraje de vivir sin opresión
y todo comenzó a concatenarse
al descubrir el código secreto
cifrado en las heridas de la historia.

Los relojes de agua
sonaban en la noche...


Ana Muela Sopeña

Obviamente este es un tema donde te entregas, Ana. Su tono profético, su planteamiento apocalíptico, sus referencias no diría que sociales, pero de carácter espiritual, todo eso lo hace un poema sobrio y necesario para expresar la realidad que se desintegra en cualquier momento ya sea con nuestra muerte personal, o con la gran tribulación de las naciones. No se como me he perdido de leer este gran poema antes. Me alegra encontrarlo hoy. Un abrazo, ERA