NO QUEDÓ MAS VIDA
Publicado: Lun, 04 Nov 2013 11:24
No quedó más vida que la noche
cuando volvieron vacías las palabras
y las marismas te hicieron cristal entre mis dedos.
Te fuiste donde te quise niña
y florecieron los años en tu nombre
para olvidar que el sol era cansancio,
y el ocre se hizo abril sobre mis labios de voz
para enterrar la carne y escribirte
rio abajo en la memoria.
Ahora, cuando la historia me vuelve caminante,
he venido a hablarte de recuerdos
y me has dejado solo,
atado a la tierra que nunca me quiso,
desnudo de lunas,
retorcido en la amargura de mi piel sarmiento,
entre los ríos secos de mi campo,
bajo el manto moribundo del deseo,
donde los miedos muerden y el ayer desangra.
Allí, donde las almas,
te he visto pasar de largo ante mi herida
y apenas he sentido,
he querido amarrarme a tu vestido y, sin embargo,
se han quedado sin castigo mis palabras
y apenas te he llorado.
Ahora, cuando los mundos se cierran
y las calles languidecen,
cuando parecen de hierro las palabras
y las ventanas atardecen sobre octubre,
supongo que alguna vez te tuve en mi mentira,
como tuve la muerte,
o la vida,
supongo que ansiaba conocerte y te busqué
allá donde enterraste el sueño que te quiso,
el cuerpo que te hizo,
y el verso que inició el poema equivocado.
cuando volvieron vacías las palabras
y las marismas te hicieron cristal entre mis dedos.
Te fuiste donde te quise niña
y florecieron los años en tu nombre
para olvidar que el sol era cansancio,
y el ocre se hizo abril sobre mis labios de voz
para enterrar la carne y escribirte
rio abajo en la memoria.
Ahora, cuando la historia me vuelve caminante,
he venido a hablarte de recuerdos
y me has dejado solo,
atado a la tierra que nunca me quiso,
desnudo de lunas,
retorcido en la amargura de mi piel sarmiento,
entre los ríos secos de mi campo,
bajo el manto moribundo del deseo,
donde los miedos muerden y el ayer desangra.
Allí, donde las almas,
te he visto pasar de largo ante mi herida
y apenas he sentido,
he querido amarrarme a tu vestido y, sin embargo,
se han quedado sin castigo mis palabras
y apenas te he llorado.
Ahora, cuando los mundos se cierran
y las calles languidecen,
cuando parecen de hierro las palabras
y las ventanas atardecen sobre octubre,
supongo que alguna vez te tuve en mi mentira,
como tuve la muerte,
o la vida,
supongo que ansiaba conocerte y te busqué
allá donde enterraste el sueño que te quiso,
el cuerpo que te hizo,
y el verso que inició el poema equivocado.