Luis García Montero, dos poemas
-
Hallie Hernández Alfaro
- Mensajes: 19882
- Registrado: Mié, 16 Ene 2008 23:20
Luis García Montero, dos poemas
Señor compañero, Señor de la noche,
haz que vuelva su rostro
quien no quiso mirarme.
Que sus ojos me busquen
sostenidos y azules
por detrás de la barra.
Que pregunte mi nombre
y se acerque despacio
a pedirme tabaco.
Si prefiere quedarse,
haz que todos se vayan
y este bar se despueble
para dejarnos solos
con la canción más lenta.
Si decide marcharse,
que la luna disponga
su luz en nuestro beso
y que las calles sepan
también dejarnos solos.
Señor compañero, Señor de la noche,
haz que no cante el gallo
sobre los edificios,
que se retrase el día
y que duren tus sombras
el tiempo necesario.
El tiempo que ella tarde en decidirse.
De "Habitaciones separadas"
Confesiones
Yo te estaba esperando.
Más allá del invierno, en el cincuenta y ocho,
de la letra sin pulso y el verano
de mi primera carta,
por los pasillos lentos y el examen,
a través de los libros, de las tardes de fútbol,
de la flor que no quiso convertirse en almohada,
más allá del muchacho obligado a la luna,
por debajo de todo lo que amé,
yo te estaba esperando.
Yo te estoy esperando.
Por detrás de las noches y las calles,
de las hojas pisadas
y de las obras públicas
y de los comentarios de la gente,
por encima de todo lo que soy,
de algunos restaurantes a los que ya no vamos,
con más prisa que el tiempo que me huye,
más cerca de la luz y de la tierra,
yo te estoy esperando.
Y seguiré esperando.
Como los amarillos del otoño,
todavía palabra de amor ante el silencio,
cuando la piel se apague,
cuando el amor se abrace con la muerte
y se pongan mas serias nuestras fotografías,
sobre el acantilado del recuerdo,
después que mi memoria se convierta en arena,
por detrás de la última mentira,
yo seguiré esperando.
- F. Enrique
- Mensajes: 10579
- Registrado: Mié, 22 Ago 2012 19:47
- Ubicación: Abyla
- Contactar:
Re: Luis García Montero, dos poemas
Hay que romper una lanza, sobre todo por el gran poeta que transitaba por la experiencia, allá por los 90 y sus crisis profundas.
Un abrazo.
y como todos los que amamos, sonriente,
puede llevar la luz sobre la frente,
pero lleva la muerte en el costado.
(José Martí - Abril)