Editorial Alaire

Absorbe la penumbra el desengaño

de unos focos sin luz, de una condena

que se desliza como la lluvia en los tejados

y se amarra al origen de mis noches.

Fluye la sangre del metal

y una voz púrpura amanece

mientras brillan los ojos ya bermejos

de una serpiente blanca,

palpita el escenario

con la niebla que envuelve los marshall,

cuando un rumor , pronuncia el sentimiento

de un bajo que sacude los bordones,

y en Btama, se anuncian terremotos

nacidos de una doble pedalera.

Siento el calor, la magia de la música

cuando el heavy metal,

penetra como un clavo por mi carne

y me abraza en un negro paraíso

junto a los rotos parches de mi chupa de cuero.

Renacen las tinieblas en los focos

y concluye un orgasmo de guitarras.

Regreso con el frío de la muerte

cuando el lúpulo llega hasta mi boca,

a un macilento origen de penumbra

mientras siento el acorde de una Gibson

que me entrega su pulcra melodía.

Hoy brillan las estrellas, y un corazón renace

con el último duelo

de una Gibson llorando entre la lluvia.