Editorial Alaire

Pasó el amor como la luz,
breve como la vida.
Pasó fugaz, trascendente e inmaculado,
pasó el amor de las manos
de los sueños, de lo hallado.
Pasó su cuenta diaria de entendernos,
de existirnos, de contemplarnos
seduciendo el arduo brillo de las sombras,
pasó el amor cautivado.
¿Qué te halla aunada y doliente, en nombradía
de tu cepa vigorosa y de estallada melodía,
cuál origen de anhelos ciegos
en la temprana edad de lo perpetuo?
Pasó el amor de los abrazos, se ha ido.
Enmudeciendo el brillo.
Cortando el aire de filosas campanas.

Excelente, Ricardo. Describes muy bien esa amarga regresión al vacío, a la soledad insoportable del ser. Me ha gustado ese ritmo arromanzado de gran parte del poema. Mis aplausos.

Un abrazo.
Óscar

Me introduzco en tu poema y siento esa ausencia de tu hermoso poema. Un gusto seguir tus letras
Besos
Pilar

Ricardo José Lascano, Eres un gran poeta, amigo. Nunca defrauda tu poesía. Todo mi afecto, estimado Ricardo.

Quizá es que pasó la pasión aunque el amor permaneciera.
Dura más en el corazón, aunque se note menos.

Buen poema

un abrazo

Bellísimo Ricardo, es lo que nos queda en las manos cuando el amor se ha ido. Bellamente expresado amigo.

Un abrazo de luz.

Carmen