ATARDECER
Publicado: Mié, 30 Oct 2013 11:45
No he de dejar tu nombre
en boca de otros mundos sin hablarte,
sin decirte que todo en la palabra te mantiene,
que tiene tu mirada el desafío
que me ata a los confines de este mar
y se hace hogar sobre tu arena.
No he de olvidar el alma en el camino
ni el vino de tus labios de sirena,
llamando a la locura de hacerme pasajero
del fuego que recorre la mañana,
cuando los linos alumbran tu paisaje
y el sol te multiplica entre mis dedos.
No he de morir al tiempo de esta piel
que ahoga los rocíos de mi tierra,
ni dejar de sentirte en el camino
que cierre tus latidos a mi puerta
y cubra de recuerdos los sonidos que me hicieron de ti
sobre los campos de hielo,
sobre los vuelos del alba,
en las entrañas del alma que se me hicieron poesía
cuando tu beso germinó sobre mi herida
y la vida me arrasó sobre tu cuerpo.
No he de dejar que el miedo te diluya
sin traer hasta tu puerta mis palabras
una a una,
sobre las lunas de agosto y los luceros de enero,
sobre los cielos de otoño,
entre la tierra que espera y el manantial que se agota,
sobre tu boca…
junto a tu cielo.
en boca de otros mundos sin hablarte,
sin decirte que todo en la palabra te mantiene,
que tiene tu mirada el desafío
que me ata a los confines de este mar
y se hace hogar sobre tu arena.
No he de olvidar el alma en el camino
ni el vino de tus labios de sirena,
llamando a la locura de hacerme pasajero
del fuego que recorre la mañana,
cuando los linos alumbran tu paisaje
y el sol te multiplica entre mis dedos.
No he de morir al tiempo de esta piel
que ahoga los rocíos de mi tierra,
ni dejar de sentirte en el camino
que cierre tus latidos a mi puerta
y cubra de recuerdos los sonidos que me hicieron de ti
sobre los campos de hielo,
sobre los vuelos del alba,
en las entrañas del alma que se me hicieron poesía
cuando tu beso germinó sobre mi herida
y la vida me arrasó sobre tu cuerpo.
No he de dejar que el miedo te diluya
sin traer hasta tu puerta mis palabras
una a una,
sobre las lunas de agosto y los luceros de enero,
sobre los cielos de otoño,
entre la tierra que espera y el manantial que se agota,
sobre tu boca…
junto a tu cielo.