Editorial Alaire

Una luz de atardecer de otoño
se acunaba embrujada en sus pupilas
pero me quedaba tan lejos…


En madrugadas de aquelarre iluminado
revivo mi voz como una caricia
que entre las brumas silentes del ensueño
fluía primaveras a través del camino de los dedos
hasta el eco de un teclado harto ruidoso
para recitarle la noche entre sonrisas
mientras ella bordaba promesas de encuentros
que en barcos cargados de sueños
surcaban ávidas el océano,
pero nos quedábamos tan lejos…


Luego los cuervos del tiempo
le fueron descontando lunas al futuro
y deshojándole sueños al pasado
mientras que las semillas del tedio fueron floreciendo
entre tímidas lluvias de estrellas,
que amplificaron el eco triste de las sombras,
hasta acabar sucumbiendo entre el polvo del olvido,
que disolvió, sin remedio, en la distancia,
el aroma virtual de sus “te quiero”.


Tal vez me amara, sí,
pero yo le debía quedar tan lejos…


© AntonioUrdiales

Buena idea la de la lejanía para acomodar la ilusión al fracaso. Me ha gustado. Un placer leerte.
Un fuerte abrazo.

Tal vez me amara, sí,
pero yo le debía quedar tan lejos…

Qué buen final, Antonio. Un placer el lirismo de tus versos.
Abrazos
Pilar

Transparencia y poesía a corazón abierto. Has construído una red finísima de imágenes que toman la palabra y van dejando su pureza inflada de respeto, de aceptación y de belleza. Lejos es quizás una prueba, un mandato, un filtro.

Sinfín de aplausos y chapeau, Antonio. Te agradezco mucho el gratísimo momento de lectura.

Salud y felicidad.

Antonio Urdiales escribió:




Una luz de atardecer de otoño
se acunaba embrujada en sus pupilas
pero me quedaba tan lejos…


En madrugadas de aquelarre iluminado
revivo mi voz como una caricia
que entre las brumas silentes del ensueño
fluía primaveras a través del camino de los dedos
hasta el eco de un teclado harto ruidoso
para recitarle la noche entre sonrisas
mientras ella bordaba promesas de encuentros
que en barcos cargados de sueños
surcaban ávidas el océano,
pero nos quedábamos tan lejos…


Luego los cuervos del tiempo
le fueron descontando lunas al futuro
y deshojándole sueños al pasado
mientras que las semillas del tedio fueron floreciendo
entre tímidas lluvias de estrellas,
que amplificaron el eco triste de las sombras,
hasta acabar sucumbiendo entre el polvo del olvido,
que disolvió, sin remedio, en la distancia,
el aroma virtual de sus “te quiero”.


Tal vez me amara, sí,
pero yo le debía quedar tan lejos…


© AntonioUrdiales

Un poema entrañable que se disfruta de principio a fin, con un cierre niquelado, de lujo. Ha sido un placer, amigo.

Un abrazo.
Óscar

Manuel Sánchez escribió:Buena idea la de la lejanía para acomodar la ilusión al fracaso. Me ha gustado. Un placer leerte.
Un fuerte abrazo.

Manuel, muchas gracias por la amabilidad de tu comentario.

Un abrazo.

Fértil y enjudiosa tu pluma, Antonio; ya con presencia y voz propia en la casa.


Un placer, paisano.

Pilar Morte escribió:Tal vez me amara, sí,
pero yo le debía quedar tan lejos…

Qué buen final, Antonio. Un placer el lirismo de tus versos.
Abrazos
Pilar

Pilar, gracias por leerme y dejarme constancia de ello con esos ánimos que me transmites.

Un a brazo.

Ha sido todo un placer leerte Antonio, acercarme a tus versos. Bello, bien contado, hermoso este trabajo.

Un abrazo.

Carmen

Tienes el don de contar historias, "que creo son reales" con un finismo lirismo envuelto en sublimes metáforas.
Por ello, como dice el compañero Nésthor, tienes tu sitio propio en esta santa casa de las letras.
Un fuerte abrazo.

Verdadera filigrana versal este poema. Un placer la lectura. Saludos cordiales.

Me ha encantado ese recurso de los "tan lejos...", en primera persona, en ambos, en ese quizás sólo tú. Desarrollas a traves de ellos la historia y hace que esta resulte amena y que los versos se lean con avidez y cadencia. Sin duda un buen poema. Te felicito.
Un abrazo
J. Manuel

Hallie Hernández Alfaro escribió:Transparencia y poesía a corazón abierto. Has construído una red finísima de imágenes que toman la palabra y van dejando su pureza inflada de respeto, de aceptación y de belleza. Lejos es quizás una prueba, un mandato, un filtro.

Sinfín de aplausos y chapeau, Antonio. Te agradezco mucho el gratísimo momento de lectura.

Salud y felicidad.

Hallie, muchísimas gracias por tu lectura y la enorme amabilidad que despliegas a la hora de comentar mis poemas.


Un fuerte abrazo.

Óscar Distéfano escribió:

Antonio Urdiales escribió:




Una luz de atardecer de otoño
se acunaba embrujada en sus pupilas
pero me quedaba tan lejos…


En madrugadas de aquelarre iluminado
revivo mi voz como una caricia
que entre las brumas silentes del ensueño
fluía primaveras a través del camino de los dedos
hasta el eco de un teclado harto ruidoso
para recitarle la noche entre sonrisas
mientras ella bordaba promesas de encuentros
que en barcos cargados de sueños
surcaban ávidas el océano,
pero nos quedábamos tan lejos…


Luego los cuervos del tiempo
le fueron descontando lunas al futuro
y deshojándole sueños al pasado
mientras que las semillas del tedio fueron floreciendo
entre tímidas lluvias de estrellas,
que amplificaron el eco triste de las sombras,
hasta acabar sucumbiendo entre el polvo del olvido,
que disolvió, sin remedio, en la distancia,
el aroma virtual de sus “te quiero”.


Tal vez me amara, sí,
pero yo le debía quedar tan lejos…


© AntonioUrdiales

Un poema entrañable que se disfruta de principio a fin, con un cierre niquelado, de lujo. Ha sido un placer, amigo.

Un abrazo.
Óscar

Muchas gracias Óscar, tú siempre tan magnánimo con mis poemas.

Un abrazo.

[quote="Antonio Urdiales"]



Tal vez me amara, sí,
pero yo le debía quedar tan lejos…


Un placer leer este poema de amores y distancias, Antonio,
Precioso y melacólico final, es como un suspiro resignado.
Felicidades y un saludo.