Editorial Alaire

Ya me dirás quién soy cuando me veas sobrio.
Toda una vida estuve tramando la manera
de ver lo positivo de la longevidad.
Nunca llegué a saber quién era el arquitecto
de las desavenencias que oprimen los detalles.
Si tú me ves escueta-mente desprevenido,
enrevesado, fatuo… no le eches la culpa
al ego de mí mismo o al croquis del concepto
abstruso y reciclado de los progenitores,
sino al espeso arbitrio de algún desaprensivo.
El primer arquetipo que removió los barros
de este planeta tierra, improvisadamente
se convirtió en etéreo. Me acompleja escapar
por la fachada oscura de su amplio veredicto,
pues, en mi mente ociosa, las oportunidades
de descubrir la fuente que desarraiga y mana
eligen la sorpresa de la espontaneidad.
Intervenir ahora me saca del apuro
aunque, a groso modo, es arduo y trabajoso
y a otro más pulido acaso inconveniente.

Precioso trabajo, Guillermo. Inteligencia y sensibilidad en tus manos de poeta.

Enhorabuena y un gran abrazo, compañero.

Pues bien, te lo diré cuando te vea sobrio, no te preocupes.
De momento, te digo que no es precisamente "escueta " Tu "mente", te delatan los poemas Guillermo, se siente !!!

Abrazos marinos.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Precioso trabajo, Guillermo. Inteligencia y sensibilidad en tus manos de poeta.

Enhorabuena y un gran abrazo, compañero.

Gracias, Hallie, qué bien pones los ojos en mis poemas.

Un abrazo

Toda una vida estuve tramando la manera
de ver lo positivo de la longevidad.


Y así se deduce de tus poemas positivos e inteligentes.
Besos
Pilar

Guillermo Cuesta, Lucidez plena en un decir talentoso, amigo Guillermo. Siempre place leerte. Un abrazo!

Guillermo Cuesta escribió:Ya me dirás quién soy cuando me veas sobrio.
Toda una vida estuve tramando la manera
de ver lo positivo de la longevidad.
Nunca llegué a saber quién era el arquitecto
de las desavenencias que oprimen los detalles.
Si tú me ves escueta-mente desprevenido,
enrevesado, fatuo… no le eches la culpa
al ego de mí mismo o al croquis del concepto
abstruso y reciclado de los progenitores,
sino al espeso arbitrio de algún desaprensivo.
El primer arquetipo que removió los barros
de este planeta tierra, improvisadamente
se convirtió en etéreo. Me acompleja escapar
por la fachada oscura de su amplio veredicto,
pues, en mi mente ociosa, las oportunidades
de descubrir la fuente que desarraiga y mana
eligen la sorpresa de la espontaneidad.
Intervenir ahora me saca del apuro
aunque, a groso modo, es arduo y trabajoso
y a otro más pulido acaso inconveniente.

Guillermo, es éste uno de esos poemas que provocan decir 'qué bien me hizo leerlo' quizás por ciertos puntos que nunca pude plasmar o por ir, al momento de leer, descubrirlos diciendo 'eso mismo'; resumiendo ( es que no me está resultando fácil explicarme) me encantó el poema, un abrazo, Luna.-

Me gustó mucho el poema Guillermo, lúcidos y sinceros versos.

Un abrazo.

Maese Guillermo, unos alejandrinos que me hubiese gustado a mí, haberlos escritos.

Recibe mis aplausos más largos y sonoros.
Un fuerte abrazo.

Concha Vidal escribió:Pues bien, te lo diré cuando te vea sobrio, no te preocupes.
De momento, te digo que no es precisamente "escueta " Tu "mente", te delatan los poemas Guillermo, se siente !!!

Abrazos marinos.

Gracias por estar dispuesta a sentir y leer mis versos. Me honras.

Un abrazo

Hermoso trabajo, Guillermo, sólido y bello como todas tus entregas. Un placer y un gusto pasar por tus versos.

Un abrazo fuerte.

Carmen

Pilar Morte escribió:Toda una vida estuve tramando la manera
de ver lo positivo de la longevidad.


Y así se deduce de tus poemas positivos e inteligentes.
Besos
Pilar

Gracias, amiga. leer tus comentarios también anima.

Un abrazo

Carlos Justino Caballero escribió:Guillermo Cuesta, Lucidez plena en un decir talentoso, amigo Guillermo. Siempre place leerte. Un abrazo!

Gracias por leerme con tanta amabilidad.
Un abrazo

Luna de Nos escribió:

Guillermo Cuesta escribió:Ya me dirás quién soy cuando me veas sobrio.
Toda una vida estuve tramando la manera
de ver lo positivo de la longevidad.
Nunca llegué a saber quién era el arquitecto
de las desavenencias que oprimen los detalles.
Si tú me ves escueta-mente desprevenido,
enrevesado, fatuo… no le eches la culpa
al ego de mí mismo o al croquis del concepto
abstruso y reciclado de los progenitores,
sino al espeso arbitrio de algún desaprensivo.
El primer arquetipo que removió los barros
de este planeta tierra, improvisadamente
se convirtió en etéreo. Me acompleja escapar
por la fachada oscura de su amplio veredicto,
pues, en mi mente ociosa, las oportunidades
de descubrir la fuente que desarraiga y mana
eligen la sorpresa de la espontaneidad.
Intervenir ahora me saca del apuro
aunque, a groso modo, es arduo y trabajoso
y a otro más pulido acaso inconveniente.

Guillermo, es éste uno de esos poemas que provocan decir 'qué bien me hizo leerlo' quizás por ciertos puntos que nunca pude plasmar o por ir, al momento de leer, descubrirlos diciendo 'eso mismo'; resumiendo ( es que no me está resultando fácil explicarme) me encantó el poema, un abrazo, Luna.-

Cuánto me alegra que hayas sentido ese placer que deja la lectura al pasar
por mi poema. Es suficiente la amabilidad con la que te has expresado,

Un abrazo grande y gracias por tu visita.