Editorial Alaire

Empecé a caminar por la calle entre la gente,
saludé a todas las personas que pasaban,
a todas las saludé y se me ocurrió copiar sus ojos;
algunos me ignoraron, otros saludaron con temor
y sentí la distancia que el tiempo me obligaba,
y les regalé girasoles y les encendí esferas
de luz sobre la hierba que rodeaban almas
y me sentí cansado para volver hasta mi casa
y me quedé dormido en un río de ellos y la noche
me abrazó con un niño con ramas brotadas de palomas
que amanecían con frágil tibieza de madre,
entonces supe que nunca más tenía que regresar.

La maternidad siempre envuelve a sus hijos viajeros, querido Ricardo.
Girasoles que hablan el idioma del vientre primordial...

Un abrazo fuerte.

Ricardo José Lascano escribió:Empecé a caminar por la calle entre la gente,
saludé a todas las personas que pasaban,
a todas las saludé y se me ocurrió copiar sus ojos;
algunos me ignoraron, otros saludaron con temor
y sentí la distancia que el tiempo me obligaba,
y les regalé girasoles y les encendí esferas
de luz sobre la hierba que rodeaban almas
y me sentí cansado para volver hasta mi casa
y me quedé dormido en un río de ellos y la noche
me abrazó con un niño con ramas brotadas de palomas
que amanecían con frágil tibieza de madre,
entonces supe que nunca más tenía que regresar.

Un poema redondo, conciso, bien escrito, en formato de relato poético, que penetra más allá de la conciencia lectora. Ha sido un placer leer esta hermosa "historia" de tu génesis.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Ah, esto es muy hermoso, copiar los ojos de la gente, el reflejo que se arroja antes del paso, las mejillas brillantes de lágrimas que van dejando un surco que cualquiera diría es una araña y en verdad es un sol que se clava en la tierra a través del rostro, tatuándole para siempre la pureza. Me ha entusiasmado, Ricardo. Recibe un fuerte abrazo.

Elegante disentir que tu poema acoge con quejas, pero que desde el
verso hiere menos. Un brazo

que lindo poema, como un pan, como vaso de agua cuando hace calor. un poema que trae regalos.

El abrazo a la vida, impresionante, sin duda. Una belleza.

Aquí, otro abrazo.

Hermosa, muy hermosa la profundidad de estos versos, es un poema, Ricardo, que ofrece al lector un posible refugio. El ser que contempla los reflejos de sí mismo en otro, el ser que se cansa de la humanidad pero no del hombre... nuestra forma de inventar la felicidad y quedar rendidos. Mis abrazos y felicitaciones sinceras, querido amigo. Feliz fin de semana.

Hallie Hernández Alfaro escribió:La maternidad siempre envuelve a sus hijos viajeros, querido Ricardo.
Girasoles que hablan el idioma del vientre primordial...

Un abrazo fuerte.

Gracias querida amiga, tus palabras que atesoro infinitamente. Abrazo de luz. RJL

Óscar Distéfano escribió:

Ricardo José Lascano escribió:Empecé a caminar por la calle entre la gente,
saludé a todas las personas que pasaban,
a todas las saludé y se me ocurrió copiar sus ojos;
algunos me ignoraron, otros saludaron con temor
y sentí la distancia que el tiempo me obligaba,
y les regalé girasoles y les encendí esferas
de luz sobre la hierba que rodeaban almas
y me sentí cansado para volver hasta mi casa
y me quedé dormido en un río de ellos y la noche
me abrazó con un niño con ramas brotadas de palomas
que amanecían con frágil tibieza de madre,
entonces supe que nunca más tenía que regresar.

Un poema redondo, conciso, bien escrito, en formato de relato poético, que penetra más allá de la conciencia lectora. Ha sido un placer leer esta hermosa "historia" de tu génesis.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Gracias hermano querido, Maestro de la palabra escrita. Recibe un abrazo fuerte. RJL

Ricardo, me deje abrazar por tu poema, lo sentí así, y me hizo bien.

Un abrazo de luz para vos.

Carmen

Yo lo veo como una vuelta al claustro materno. Un poema hermoso que brilla.
Besos
Pilar