Editorial Alaire

No voy a despertar del sueño truculento
ni más allá del horizonte convenido
ni más acá del auge necesario.
Hasta que pueda discernir con quién me acuesto
propongo a la soledad de la abrupta noche
que su hosco contubernio,
reponga su coraza de cartón
en el instinto innato del juicio de la carne.
Si acalora la sangre y envenena las venas
de eléctrica pasión, entonces sólo y solo entonces
me hago, en un abrir de ciegos ojos, con el profundo sueño.
Si logra aparecer con su espantajo
se haga realidad la paz vencida.

He encontrado una cierta ironía en el final , no sé si intencionada o producto de mi imaginación.
Poema cierto, así deberían ser las cosas
Besos
Pilar

Gracias por pasar, amiga Pilar. Puede interpretarse la ironía, dado
que de los sueños puede surgir lo inesperado.

Un abrazo

Una tanto original e irónico me llega el mensaje de tus versos Guillermo. Los disfruté leyendo

saludos

rafael

"No voy a despertar del sueño truculento
ni más allá del horizonte convenido
ni más acá del auge necesario.
Hasta que pueda discernir con quién me acuesto
propongo a la soledad de la abrupta noche
que su hosco contubernio,
reponga su coraza de cartón
en el instinto innato del juicio de la carne.
Si acalora la sangre y envenena las venas
de eléctrica pasión, entonces sólo y solo entonces
me hago, en un abrir de ciegos ojos, con el profundo sueño.
Si logra aparecer con su espantajo
se haga realidad la paz vencida."


Una delicia de poema, Guillermo. Has colocado el fuego de los vocablos a tu entero favor. Es bueno declarar intenciones, que el universo sepa a que atenerse si nos toca con su hado de probabilidades.

Enhorabuena, compañero!

Abrazo y felicidad.


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Felicidades Guillermo. Excelente.

Un abrazo.
Ignacio

No sé que verso destacarte, pues todos, y digo bien TODOS, me han parecido sublimes, Maese Guillermo.
Te dejo aparte de un gran abrazo, aplausos sonoros.

Me encantó el poema Guillermo, también percibo cierta ironía al final del mismo, como bien dices de los sueños puede surgir lo inesperado.

Un abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:No voy a despertar del sueño truculento
ni más allá del horizonte convenido
ni más acá del auge necesario.
Hasta que pueda discernir con quién me acuesto
propongo a la soledad de la abrupta noche
que su hosco contubernio,
reponga su coraza de cartón
en el instinto innato del juicio de la carne.
Si acalora la sangre y envenena las venas
de eléctrica pasión, entonces sólo y solo entonces
me hago, en un abrir de ciegos ojos, con el profundo sueño.
Si logra aparecer con su espantajo
se haga realidad la paz vencida.

No despiertes de ese sueño hasta que la pasión rebose por dentro.

Guillermo, ha sido todo un acierto acercarme a tu poema y dejarme llevar por ese juicio de la carne.

Te aplaudo en pie.

Abrazos grandes.

Rafael Valdemar escribió:Una tanto original e irónico me llega el mensaje de tus versos Guillermo. Los disfruté leyendo

saludos

rafael

Gracias, amigo, estáis estudiando la ironía de esos versos finales
del espantajo y de la paz y no os falta razón...

U n abrazo

Guillermo Cuesta, Siempre paso un rato agradable sumergido en tus poemas. Gracias!

Escribes, poeta, con gran belleza y con ese arte propio que te caracteriza, pero además con gran sentido y profundidad, que leerte es un placer. Gracias por regalarnos esta obra. Mis abrazos sinceros.

Guillermo, el poema es soberbio y sumamente lúcido. Nada truculento, amigo, se bebe como un sorbo y se disfruta como sólo se disfruta la buena poesía.
Un gusto y un placer acercarme a tus buenas letras.

Un abrazo grande.

Carmen

Dentro del marco de la cultura está la grandeza de la poesía, que la diferencia en sí porque cada lector puede darle interpretaciones distintas a su lectura, aunque a veces ello conlleve alejarse de lo que quiso decir su autor...cómo los sueños.... pero esa es su grandeza, la misma que enaltece a quien lee poesía, como la tuya .

Un saludo afectivo.

José Manuel Acosta.

Hallie Acabo de comentar un poema tuya que hace referencia al sueño.
Te digo lo mismo, amiga. La vida está detrás del sueño y de los versos, y también delante. Eso lo disfrutamos los poetas, ya que somos sensibles a cosas que a otros se les escapan.

Muchas gracias, amiga, Tu siempre estás dispuesta a ser estupenda compañía.

un abrazo