Editorial Alaire

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Gran poema, en mi opinión, claro.

Felicidades, guajín : )

Blanca

pedro arguedas ibáñez escribió:Es oscura mi mano y fosforece
sobre las ruinas del fondo.
(...)

Oh Némesis a ti también te amo pero
no entres en mi templo
mira
yo mismo lo derrumbaré
conmigo dentro
y entre los escombros verás mi mano
para que puedas cortarla
y usarla como trofeo
antes de dársela a los dioses que te envían.
Sí
también tú eres un mensajero
dales mi mano y diles que es mi cabeza
y deja que mi cuerpo siga derrumbándose
y sécale las lágrimas a mi mano
y si yo fui impío
múestrate tú piadoso
y toca con mi mano a esa mujer
para que me recuerde
cuando te bese.

pedro arguedas ibáñez,

Magnífico poema... TE DEJO MI POESÍA
CON EL MISMO TÍTULO





NÉMESIS



Mi ruego, sin condiciones,
cubierto de pesares,
con el alma entristecida súplica de amarga palabra,
sin lágrimas, donde el cielo es mi oración
y señor de la pálida, olvidada luz.

Mi ruego baña la voz del olvido,
con el polvo presencia arrodillada,
con mundos de ojos en el infinito,
con la siniestra sombra de la aflicción,
deshojadas creencias.

Mi ruego en viaje tomando las dudas
y el infeliz miedo partiendo en dos
la vida castigada

Mi ruego, Némesis, lo conoces, arroja
en la cascada delirante
los labios en flor, vírgenes del infortunio.

Mis ruegos sin aire, con cirios ardientes
que marcaron mis nombres, mis cuerpos
abiertos a mil sueños enterrados.

Mi ruego muere sin tu presencia,
de una sola imagen,
donde el consuelo fue historia sin contar.

Y, vuelan, en dirección del cielo,
los fantasmas de la justicia
vestidos de neblina marchita.



UN ABRAZO FUERTE, QUERIDO AMIGO

Hay varias cosas curiosas en tu poema, amigo Pedro.

Conscientemente planteas una intemporalidad, tal vez un equilibrio entre pasado, presente y futuro, y que, en ese caso, incide en la propia justicia universal.

y avanza la historia
y se repite el triunfo del caballero
que entierra en la cabeza de quien ayer amaré
su lengua como una espada
mientras yo escupo sangre
y fumo mucho.

Este es un ejemplo de esos saltos temporales...
lo cierto es que consigues un cierto clima de "velocidad" de tiempo ido.

La mano, posiblemente la escritura, que lucha por tener su propio dominio, y esa conciencia siempre dispuesta a sucumbir.

Difícil el reto de adentrarse en tu poema, pero cautivador.
Ese saber de Némesis, de el equilibrio entre lo dado y lo recibido.

Un placer, compañero.

Luis Oroz.