DE LA VIDA Y DE LA MUERTE
Publicado: Mar, 08 Oct 2013 9:27
Quiero, cuando el sendero se oculte,
que sea el abrigo de tus brazos
el último calor que me mantenga,
la última estación que me despida,
la última vida.
Quiero sentir la avaricia de escribirte
con el alma en la palabra y la mirada en la sombra
y que nada se diluya entre tu pecho y mi pecho,
que no se rompa el techo en los instantes
y el lecho nos recuerde peregrinos,
navegantes de caminos sin retorno,
sin destinos.
Quiero perderme en los vinos de tu boca
al paso de esta locura que arrasa y enamora,
que desarbola y agota la palabra conocida,
la sinrazón prohibida de sentirte en cada hora,
en cada esquina, en cada tacto,
en todas las vidas que he creado
a la sombra de esta herida que me abrasa
y me enloquece,
y mece mi deseo en las dunas de tu pelo
y en las fuentes de este cuerpo
que amenaza y que provoca.
Quiero decir que te quiero con el furor del poseso,
con el fuego del infierno y el infinito del cielo,
con la fe del peregrino y la amargura del preso,
con la muerte y con la vida…
por eso, cuando llegue mi partida y se me agote el aliento,
quiero sentirte en el viento que me empuje hacia la nada
y que sea tu mirada la que apague mi mirada,
y abandonar en tu boca el final de mi palabra.
Amor que me quieres vivo,
espérame entre sus ojos,
cuando se aleje mi barca.
que sea el abrigo de tus brazos
el último calor que me mantenga,
la última estación que me despida,
la última vida.
Quiero sentir la avaricia de escribirte
con el alma en la palabra y la mirada en la sombra
y que nada se diluya entre tu pecho y mi pecho,
que no se rompa el techo en los instantes
y el lecho nos recuerde peregrinos,
navegantes de caminos sin retorno,
sin destinos.
Quiero perderme en los vinos de tu boca
al paso de esta locura que arrasa y enamora,
que desarbola y agota la palabra conocida,
la sinrazón prohibida de sentirte en cada hora,
en cada esquina, en cada tacto,
en todas las vidas que he creado
a la sombra de esta herida que me abrasa
y me enloquece,
y mece mi deseo en las dunas de tu pelo
y en las fuentes de este cuerpo
que amenaza y que provoca.
Quiero decir que te quiero con el furor del poseso,
con el fuego del infierno y el infinito del cielo,
con la fe del peregrino y la amargura del preso,
con la muerte y con la vida…
por eso, cuando llegue mi partida y se me agote el aliento,
quiero sentirte en el viento que me empuje hacia la nada
y que sea tu mirada la que apague mi mirada,
y abandonar en tu boca el final de mi palabra.
Amor que me quieres vivo,
espérame entre sus ojos,
cuando se aleje mi barca.