Sintagma nominal de tus infiernos
Publicado: Mar, 01 Oct 2013 20:46
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Por mucho que le lances anatemas
cercados entre dos admiraciones
al morfema cabal de mis estigmas,
no escribiré tras este adiós dos puntos,
ni adverbios entre comas desgastadas,
borraré los artículos superfluos
y obviaré los severos adjetivos
que acompañan tu nombre en cualquier boca,
que tengo aún por conjugar mil verbos
que le pongan cabal letra de tango
canyengue y rechiflado a nuestra historia.
Y por si acaso la ira de tu anhelo
quisiera confinar entre corchetes
el ardor que dejé donde tú sabes,
sin zurcirle paréntesis al viento
parto de tus sombras de aquelarre
tras la estela de los puntos suspensivos,
para buscar otro discurso más ameno
allá donde la luz se dé en superlativo.
Elido pues, sin pausa al declamarlo,
esa preposición de ruin carencia
que le roba la faz a tu vergüenza,
escondo junto a ella por si acaso
el rictus de amargura florecida
con que intento encubrir sin conseguirlo
el dolor del suplicio que me obsequias
y te lloro en mis letras silenciadas
porque a nadie le gusta la derrota.
No me llevo en mi agenda de futuro
inscritas locuciones adverbiales
que te den un paréntesis de espera,
ni adosé numerales a un prefijo
que encajen en la rosa de los vientos
y le abran ecos a tu voz marchita.
Reviso lo escrito por si tuviera
errores ortográficos el texto,
subrayo que tu tiempo se ha agotado,
y dibujo el acento sin demora
a la palabra adiós con que concluyo.
Tras el punto final que le despide
hoy se rubrica al pie de su silencio
este sintagma nominal que hoy parte
de tus locos y cálidos infiernos.
© Antonio Urdiales ® Marzo 2006
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Por mucho que le lances anatemas
cercados entre dos admiraciones
al morfema cabal de mis estigmas,
no escribiré tras este adiós dos puntos,
ni adverbios entre comas desgastadas,
borraré los artículos superfluos
y obviaré los severos adjetivos
que acompañan tu nombre en cualquier boca,
que tengo aún por conjugar mil verbos
que le pongan cabal letra de tango
canyengue y rechiflado a nuestra historia.
Y por si acaso la ira de tu anhelo
quisiera confinar entre corchetes
el ardor que dejé donde tú sabes,
sin zurcirle paréntesis al viento
parto de tus sombras de aquelarre
tras la estela de los puntos suspensivos,
para buscar otro discurso más ameno
allá donde la luz se dé en superlativo.
Elido pues, sin pausa al declamarlo,
esa preposición de ruin carencia
que le roba la faz a tu vergüenza,
escondo junto a ella por si acaso
el rictus de amargura florecida
con que intento encubrir sin conseguirlo
el dolor del suplicio que me obsequias
y te lloro en mis letras silenciadas
porque a nadie le gusta la derrota.
No me llevo en mi agenda de futuro
inscritas locuciones adverbiales
que te den un paréntesis de espera,
ni adosé numerales a un prefijo
que encajen en la rosa de los vientos
y le abran ecos a tu voz marchita.
Reviso lo escrito por si tuviera
errores ortográficos el texto,
subrayo que tu tiempo se ha agotado,
y dibujo el acento sin demora
a la palabra adiós con que concluyo.
Tras el punto final que le despide
hoy se rubrica al pie de su silencio
este sintagma nominal que hoy parte
de tus locos y cálidos infiernos.
© Antonio Urdiales ® Marzo 2006