Editorial Alaire

porque jamás consigo recordar las hechuras de tu nombre,
ni olvidar el testigo original que te vio danzar por vez primera,
así como naciste al fondo de las manos profundamente ocultas
debajo de un rostro que no puede reflejarse, espero
de mi cansancio que te hagas a mí donde la ruta muere
y abre un poco los brazos restándole briznas a la hierba

hay gente por el prado que habla con voz nasal,
(pero las fosas de tu nariz aletean como la falda de una mantarraya)
se llaman y se conquistan, se miran y se pierden,

yo no quiero darle la vuelta a mi mano para poder hablar
porque sé que en el dorso que aprieto contra ti cuando me extiendo
está el eco de las aglutinaciones que me hacen ver por ejemplo a aquel muchacho
con una franja de verdor entre sus dientes aún blancos,
haciéndola oscilar sin que ninguna posición del sol pueda sesgarla,
como si masticara vengativo una cana de su propio pecho
que flota boca abajo río arriba

y está la morada expansiva que hace ruido dentro del viento
y conduce las manchas trepadoras de las extremidades
hasta hacerlas formar en una contracción muy leve que hace de ti el sí agrimensor

aquí hace mucho frío,
no hay vegetación,
los pocos pájaros que llegan son transparentes,
no sé de qué se alimentan
pero uno va a posarse,
va a entrar en mi boca va a seguir aleteando dentro de mí
con mucha fuerza,
va a destrozarme, mi vida

va a desbrozarme así como respiras y susurras
en cada ola del yugo una vertiente,
una persecución,
otra danza

Genial, Bruno.

Tu poética jamás me deja indiferente.

Besos
Ana

El pájaro que puede y salva, o lleva el todo deshecho bajo sus alas.
Cada verso lleva un frío magro, un testamento solícito, un verde manzana que saliva esperanza. Sí, esperanza, a pesar de cualquier ventisca.

Abrazos, Bruno.

tienes el amor como un latir y el escribir como si te taparas con mantas, con silencios y hubiese una hojarasca hirviente todo por encima que moldea un fermento lúgubre en el interior del decir. algo que se filtra o destila y en el cual unos destinatarios atentos intentamos entender de sus alcoholes. a veces cada vez es más abajo y más dentro, como un topo que habla un idioma acumulado en las pezuñas, aún sin ver, aún sin saber si afuera están.

Bruno Laja, Letras con oficio y desbordando sentimientos. Un placer, poeta!

Ana, gracias, no dejar indiferente, es difícil también eso, valioso para mí. Besos.

Hallie, me gusta tu manera de ver, es una bendición inmerecida. Abrazos.

Macedonio, y es un error escribir así, pero no hay manera de evitarlo, cada tanto viene el monstruo y se hace cargo de todo. Y sin embargo estás. Te agradezco mucho, abrazos.

Carlos, gracias por tu generosa lectura, un placer verte. Abrazos.

Magnífico, Bruno. Desborda emoción este poema. Mis aplausos siempre a tu obra. Abrazos.