El patio de cristal
Publicado: Dom, 29 Sep 2013 0:25
no sé quién soy
veo el discurso de las manos haciendo que circulen los cuerpos
arriba y abajo
ningún balcón es una esfera aunque desde el poniente alguna flor
se deje sustituir por un encuentro
con la ligereza de caer y posarse interrumpiendo su nombre
para que al menos pueda decir estrella y propagar su eco:
materia de la que descienden los espejos
pétalo que ha parado la pregunta dorada
aunque no sea cierto
continúo
cavando en el paréntesis
no es un vuelco fugitivo en la llamada de un centro
es el pacto de ser amamantado por un pezón hialino
con una aureola de espinas negras si abro los ojos
ciego y mudo en las vocales de la constancia
veo cielo y humo
arriba y abajo son interferencias que nada hablan
pero las manos siguen evitando los meandros
como si no quisieran escuchar la respiración del agujero que une los contactos
como si no quisieran dejarse atravesar por el melisma que viaja oculto
de palabra remansada a lugar sin espacio
pero empujan naturalmente los cuerpos
son columpios que abanican una pérdida
ahora sí ahora no sigo ya me voy
perdóname mano que estás en mi cintura
y tú boca que está llamándome con insistencia
dime dónde estamos
aunque no sea cierto
veo el discurso de las manos haciendo que circulen los cuerpos
arriba y abajo
ningún balcón es una esfera aunque desde el poniente alguna flor
se deje sustituir por un encuentro
con la ligereza de caer y posarse interrumpiendo su nombre
para que al menos pueda decir estrella y propagar su eco:
materia de la que descienden los espejos
pétalo que ha parado la pregunta dorada
aunque no sea cierto
continúo
cavando en el paréntesis
no es un vuelco fugitivo en la llamada de un centro
es el pacto de ser amamantado por un pezón hialino
con una aureola de espinas negras si abro los ojos
ciego y mudo en las vocales de la constancia
veo cielo y humo
arriba y abajo son interferencias que nada hablan
pero las manos siguen evitando los meandros
como si no quisieran escuchar la respiración del agujero que une los contactos
como si no quisieran dejarse atravesar por el melisma que viaja oculto
de palabra remansada a lugar sin espacio
pero empujan naturalmente los cuerpos
son columpios que abanican una pérdida
ahora sí ahora no sigo ya me voy
perdóname mano que estás en mi cintura
y tú boca que está llamándome con insistencia
dime dónde estamos
aunque no sea cierto