Es todo
Publicado: Vie, 27 Sep 2013 15:13
Escribo y se sacan mutuamente el ojo más corpóreo.
No lo intercambian pero podrían hacerlo.
Eso los neutraliza, la potencia, el limbo que los penetra.
Pero yo no escribo, sólo me acuerdo de permanecer,
de acostarlos.
Los segrego, los disgrego, me dan calima al vientre;
a un florete lo pelan en filamentos pluviales como cuellos de un sólo cisne buscando su ceniza en el recitado de las torsiones,
a una daga le pulen los tallos y al final de la hoja se encuentran las dos lenguas y tiran hacia abajo como de una vieja cisterna.
Es todo.
Quizá tentado por la determinación de no buscar me los encuentro,
allá, en espectrales trepanaciones, más que esta isla con forma de herradura.
Si voy a lo nevado se han enterrado para estar a solas;
el bulto es bicéfalo pero no parece un bípedo ni un cuadrúpedo.
Me recuerda a la huella de un rastrillo al inicio de una escritura casual,
a una mano que se ha recuperado del asombro y ya no se reconoce porque sabe usarse,
de modo que abrió el botiquín y se puso a vendar sombras,
a ponerle un antifaz a las heridas y a las campanas,
porque es siempre agradable el sobrio volumen de una parte cobriza en cada extremo
queriendo sonar para completar un día.
Ella ¿tenía un collar de campanas, un círculo de cuentas que eran campanas
con un monstruo desfilando sobre ellas a base de pequeños saltos
como si fuese el centinela de una almena intermitente?.
Él ¿ era sólo una bestia que sacaba a pasear bajo los cabellos colgantes el cielo como un retazo de su propia espuma?.
Cada uno con el ojo del otro en el cuenco de la espalda,
ahí están debajo de toda esta blancura.
Yo escribo encima, yo me hundo.