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Agustín

Publicado: Jue, 26 Sep 2013 16:19
por Macedonio Tracel
Agustín me miró como si los dos viviéramos sobre una parrilla y con su mano, con sus dedos flacos se bailó cerca de la sien.

“Aquí es donde cambia el sudor, cambia donde no palpito, así es, tiemblo y subo unas cortinas que no tenía hasta que el paladar me quedó desnudo o me sentí obsceno con mi paladar obsoleto. Un hueco disimulado, la distancia entre los costados donde encontrás que el cuello me queda al medio de la casualidad, que por ahí ya nada me va a subir a buscar nada, que solo hay saliva o que debería sacarme rápido este absoluto de cuando fui feliz. Hace rato que me pican en el pantalón los papeles que me hicieron escribir.”

La otra mano le estaba quedando apretada o tiesa o encendida como si acertara hurgando su desierto naranja.

“Estoy la incandescencia (siguió), la que me enrosca vergüenzas para darse de comer. Aquí donde me ves ya no creo ni en los besos por llegar. Ema se fue y siento ausencias.
Se me caen unas siluetas que ni los animales se pueden poner a oler; palabras como trenes para afuera. La palabra que es un pájaro es donde más encontré la noche caída. Aguaclara también es el reflejo de lo que no llego a ver. La palabra coz es frágil y patea lo que se le pierde. El aire que exhala se desgrana, se desinfla o se muere sin que un reloj le haya podido herir ni una sombra le sepamos ver. Ni amor ni sueño las hacen llorar.”

Publicado: Jue, 26 Sep 2013 16:36
por Hallie Hernández Alfaro
Agustín y sus dos manos revolucionan el aire para tararear cenizas o palpitan en la hoz del salitre enamorado.

De la poesía más limpia, bella y pura que he leído, Macedonio.

Beso grande.

Re: Agustín

Publicado: Jue, 26 Sep 2013 17:43
por Carmen López
Macedonio Tracel escribió:Agustín me miró como si los dos viviéramos sobre una parrilla y con su mano, con sus dedos flacos se bailó cerca de la sien.

“Aquí es donde cambia el sudor, cambia donde no palpito, así es, tiemblo y subo unas cortinas que no tenía hasta que el paladar me quedó desnudo o me sentí obsceno con mi paladar obsoleto. Un hueco disimulado, la distancia entre los costados donde encontrás que el cuello me queda al medio de la casualidad, que por ahí ya nada me va a subir a buscar nada, que solo hay saliva o que debería sacarme rápido este absoluto de cuando fui feliz. Hace rato que me pican en el pantalón los papeles que me hicieron escribir.”

La otra mano le estaba quedando apretada o tiesa o encendida como si acertara hurgando su desierto naranja.

“Estoy la incandescencia (siguió), la que me enrosca vergüenzas para darse de comer. Aquí donde me ves ya no creo ni en los besos por llegar. Ema se fue y siento ausencias.
Se me caen unas siluetas que ni los animales se pueden poner a oler; palabras como trenes para afuera. La palabra que es un pájaro es donde más encontré la noche caída. Aguaclara también es el reflejo de lo que no llego a ver. La palabra coz es frágil y patea lo que se le pierde. El aire que exhala se desgrana, se desinfla o se muere sin que un reloj le haya podido herir ni una sombra le sepamos ver. Ni amor ni sueño las hacen llorar.”


Macedonio,

Creo que a Agustín no macanea nada, de hecho creo que como todos los seres incandescentes, permuta una luz blanca, blanquísima, con algunos destellos azules.

Creo que su cabeza le hace daño, pero que su paladar no está ni estará nunca obsoleto. A veces las palabras parecen sombras que nos reclaman algo.

Y sobre todo creo que Agustín está vivo y es humano, terriblemente humano.

Un beso grande.

Carmen

Publicado: Dom, 13 Oct 2013 3:53
por Macedonio Tracel
Hallie Hernández Alfaro escribió:Agustín y sus dos manos revolucionan el aire para tararear cenizas o palpitan en la hoz del salitre enamorado.

De la poesía más limpia, bella y pura que he leído, Macedonio.

Beso grande.
sí, pobre agustín. es de esas cosas que se quedan en el medio y no son ni una cosa ni la otra. yo soy un poco así o bastante. mi viejo que era napolitano, vino en barco y el idioma se le quedó en el oceáno... era un cocoliche propio y mezclado. acá lo cargaban y le preguntaban cuando iba a aprender a hablar después de tantos años, allá le protestaban que se había olvidado el idioma. no le entendían bien en ningún lado y por eso hablaba con las manos.

Agustín está en el medio azorado, perplejo y sin saber decir.
no un beso, un besotón te mando

Publicado: Lun, 12 May 2014 23:05
por Macedonio Tracel
Gracias Carmen por tu comentario encendido