Editorial Alaire

Somos aves de paso
en la estación del tiempo;
tierra motriz
que viaja
sobre el tren de la vida
y hay vagones sellados,
clausurados
por ojos amarillos;
otros:
capillas ardientes
de palabras
donde velar
el último sueño ya difunto.

Hay trenes
que se cruzan al filo del abismo
y rescatan fragmentos de alma
y la transportan
de nuevo hacia la sangre.

Hay destinos
que toman cuerpo de azar
y eternizan su impronta
de amanecer o espada
en las aceras en sombra
donde dormitan los sueños
del viajero.

Hay destinos
creciendo en las arcenes
del camino
como plantas acuáticas
que alargan sus raíces
a las neuronas ebrias del hastío
y siembran
de cuando en cuando
un billete de luz sobre la frente.

Bellísimo poema Rosa, todo él. Pero, ese cierre me parece magistral.

Hay destinos
creciendo en las arcenes
del camino
como plantas acuáticas
que alargan sus raíces
a las neuronas ebrias del hastío
y siembran
de cuando en cuando
un billete de luz sobre la frente.

Te felicito. Un abrazo.

Carmen

Hay poesía, buena poesía en tus versos. Magnífico poema, Rosa. Me ha encantado.

Un abrazo.

Un poema sensacional, sobre esos últimos momentos a los que nadie queremos llegar, pero a los que llegaremos, sin duda.

Ha sido un placer leerte.

Un abrazo.

[quote="Rosa Marzal"]

Has trazado las líneas de la soledad que revierte siempre al corazón en los veloces trenes que unen la sangre con el alma. Saludos.

[quote="Rosa Marzal"]

Somos aves de paso
en la estación del tiempo;
tierra motriz
que viaja
sobre el tren de la vida
y hay vagones sellados,
clausurados
por ojos amarillos;
otros:
capillas ardientes
de palabras
donde velar
el último sueño ya difunto.

Hay trenes
que se cruzan al filo del abismo
y rescatan fragmentos de alma
y la transportan
de nuevo hacia la sangre.

Hay destinos
que toman cuerpo de azar
y eternizan su impronta
de amanecer o espada
en las aceras en sombra
donde dormitan los sueños
del viajero.

Hay destinos
creciendo en las arcenes
del camino
como plantas acuáticas
que alargan sus raíces
a las neuronas ebrias del hastío
y siembran
de cuando en cuando
un billete de luz sobre la frente.







Estaba intentando acotar un verso, una estrofa... algo que me sirviera para decirte que me parece una maravilla este poema, Rosa. Pero es necesrio todo porque es una joya.
¡Ay! los trenes y los destinos... ¡Felicidades!
Y un beso.

Qué bien has descrito el paso del tiempo y como reverbera la luz en cada verso. Un poema precioso. Me ha gustado
Besos
Pilar

Qué maravilla, Rosa. Trenes que has hilvanado con maestría y pulcritud. Queda un dolor, un riel deshecho, una impronta acurrucada en el vagon. Lleva y trae mucha vida tu poema.

Aplausos miles y todas las enhorabuenas!

Abrazote.

Hermoso poema, Rosa, que acepta lo inevitable, lo dices de una forma muy bella, me ha gustado mucho.

Un abrazo.

Me subo a este tren y que me deje en la mejor estación
javier

Un poema existencial, lacerante, con un ritmo envidiable que acompaña el sentimiento de marcha que no se puede detener. Encantadora descripción de una realidad irrevocable.

Un saludo fraterno, amiga mía.
Óscar

Rosa Marzal, Encierras belleza en una gran verdad. Mi enhorabuena, Rosa!

Maravilloso, y qué redención la última estrofa, qué necesaria.
Y qué sabia esta:
"Hay trenes
que se cruzan al filo del abismo
y rescatan fragmentos de alma
y la transportan
de nuevo hacia la sangre."

Un gran placer, Rosa. Abrazos.

Un excelente poema, ante una realidad irrefutable. Enhorabuena.

Abrazos desde México.

José Manuel F. Febles

La vida es pasajera subida en el tren del tiempo...
Un placer, Rosa, pasar y dejar mi huella.
Un abrazo.