Editorial Alaire

Dos manos, una tarde.
Noche cerrada,
abiertas las alas del silencio:
horas que se desgranan inertes
en la rueca del reloj,
minutos, minutos heridos
cadáveres sobre cadáveres:
de nuevo se aconseja el silencio

(Quieto, quedarse mudo,
ciego, ausente.
Ni un un solo movimiento,
ya sabéis:apenas un latido)

Otra vez amanece
en este páramo de carne
y una lágrima remansada
en el centro del universo
avisa de la inutilidad de la espera


2013

Qué belleza, Andrés.

Tiene un dejo nostálgico, valeroso, sublime.

Salud, felicidad y muchos aplausos.

Buen poema que ha sido un placer leer, y que deja, como todo lo valioso, un buen sabor de boca.
Un fuerte abrazo.

Como siempre es un placer saberte en mis textos.

Muchas gracias, Hallie

Muchas gracias, Manuel, por pasar por este solitario poema.

Un saludo,

A.

Este poema "solitario" es muy bello Andrés, como un paisaje nostálgico envuelto en bruma que se avise a si mismo. Me encantó.

Un abrazo.
Carmen

Gracias por tu a mabilidad, Carmen.

Un saludo cordial,

A.

Andrés Rebolledo escribió:
Dos manos, una tarde.
Noche cerrada,
abiertas las alas del silencio:
horas que se desgranan inertes
en la rueca del reloj,
minutos, minutos heridos
cadáveres sobre cadáveres:
de nuevo se aconseja el silencio

(Quieto, quedarse mudo,
ciego, ausente.
Ni un un solo movimiento,
ya sabéis:apenas un latido)

Otra vez amanece
en este páramo de carne
y una lágrima remansada
en el centro del universo
avisa de la inutilidad de la espera


2013

Me resulta un poema precioso. La descripción de la atmósfera de las dos estrofas iniciales es de una densidad poética intensa, y la conclusión, el remate, impactan sensorial e intelectualmente. Este verso es un universo poético:

en este páramo de carne

Un abrazo enorme, amigo.
Óscar

Sube para deleite de todos.

Melancólico, triste y hermoso... Impregnás el espacio con tu tristeza... Bello poema...

Un abrazo!!!

Magníficas letras nos haces llegar, compañero.

Un gusto pasar.

Muchas gracias por tu comentario, estimado Oscar.

Un saludo fraternal,

A.

Preciosos versos. Un placer haberlos leido.
Un abrazo.
Pepa