Editorial Alaire

He muerto.
Yo no soy aquello.
Esos no son nuestros rostros.
La playa endureció los gestos,
el mar se tragó las bocas,
su arena interior eriza tu cuerpo,
lo allana con flautas de la luz
pero vos no sos aquella
la que se hiere en la distancia
y yo no muerdo su aire.
He muerto. Cercanamente,
sobre la vida de aquello que ama,
dejado las puertas del laurel sombrío,
marchado desde su aroma,
hasta el pulso sonoro
que asola el camino
con los mismos rasgos de quietud.

Me gusta, Ricardo.

Ricardo José Lascano escribió: He muerto.
Yo no soy aquello.
Esos no son nuestros rostros.
La playa endureció los gestos,
el mar se tragó las bocas,
su arena interior eriza tu cuerpo,
lo allana con flautas de la luz
pero vos no sos aquella
la que se hiere en la distancia
y yo no muerdo su aire.
He muerto. Cercanamente,
sobre la vida de aquello que ama,
dejado las puertas del laurel sombrío,
marchado desde su aroma,
hasta el pulso sonoro
que asola el camino
con los mismos rasgos de quietud.

Admirable imaginación poética es la que vengo certificando en ti. Y te sobra talento para trasmitirnos a tus lectores. En la última parte me confundo un poco. Sólo por preguntar, digo: ¿no se leería mejor este verso así: "sobre la vida de aquello que (se) ama"? Discúlpame si lo entiendo mal, amigo.

Un abrazo.
Óscar

[quote="Ricardo José Lascano"]
Interpreto en tus versos esos momentos en que, lejos de nosotros mismos, nos preguntamos sobre las cosas esenciales, nos distanciamos en una espiral de preguntas y de ensimismamiento. El poema siembra en el lectos una cierta inquietud. Me ha gustado mucho. Un abrazo.

Ricardo José Lascano escribió: He muerto.
Yo no soy aquello.
Esos no son nuestros rostros.
La playa endureció los gestos,
el mar se tragó las bocas,
su arena interior eriza tu cuerpo,
lo allana con flautas de la luz
pero vos no sos aquella
la que se hiere en la distancia
y yo no muerdo su aire.
He muerto. Cercanamente,
sobre la vida de aquello que ama,
dejado las puertas del laurel sombrío,
marchado desde su aroma,
hasta el pulso sonoro
que asola el camino
con los mismos rasgos de quietud.

Bello y profundo a más no poder. Un deleite de poema.
Abrazos

Un poema triste de adioses que matan, pero muy bien llevado en su levedad, con algunas imágenes muy bellas.

Ha sido un placer leerte.

Un abrazo.

, qué poema tan triste, tan fuerte, tan intimista.....
A mí, por naturaleza enamorada de la vida, se me hace de una profunda angustia leer verdades como éstas.
Porque lo son, a pesar que yo cierre los ojos.

Saludos mediterráneos, siempre, poeta.

Unos versos tristes pero hermosos en el decir. Me gustó visitarte
Abrazos
Pilar

Excelente poema rico en excelentes imagenes, un gusto leerte saludos.

Mauro Colomina escribió:Me gusta, Ricardo.

Mauro, te agradezco infinitamente tu visita. Ya voy a pasar por tus letras ya que no las conozco. Soy relativamente nuevo en esta preciosa casa.


Recibe mi abrazo cordial.

Ricardo.

Óscar Distéfano escribió:

Ricardo José Lascano escribió: He muerto.
Yo no soy aquello.
Esos no son nuestros rostros.
La playa endureció los gestos,
el mar se tragó las bocas,
su arena interior eriza tu cuerpo,
lo allana con flautas de la luz
pero vos no sos aquella
la que se hiere en la distancia
y yo no muerdo su aire.
He muerto. Cercanamente,
sobre la vida de aquello que ama,
dejado las puertas del laurel sombrío,
marchado desde su aroma,
hasta el pulso sonoro
que asola el camino
con los mismos rasgos de quietud.

Admirable imaginación poética es la que vengo certificando en ti. Y te sobra talento para trasmitirnos a tus lectores. En la última parte me confundo un poco. Sólo por preguntar, digo: ¿no se leería mejor este verso así: "sobre la vida de aquello que (se) ama"? Discúlpame si lo entiendo mal, amigo.

Un abrazo.
Óscar

Hola oscar, impagable tu mirada también como lector, creo que puedes desnudar cualquier poema, ya he visto la maestría en que se mueve tu razonamiento, tu permanente aporte a la poesía.

Refiriéndome a estos versos:

“He muerto. Cercanamente,
sobre la vida de aquello que ama”


Sobre la vida de aquello que ama, seguramente me ha sugerido un estado de desprendimiento de mi cuerpo, he leído varias veces esa expresión que se ha anudado a mi poesía últimamente. _Quizás como un cierre de ciclo ya que la mayoría de mis letras hablan de amor_ En esos versos siento el abandono, la mano huida que pertenecía a una reciprocidad. Creo que me he vuelto complejo, algo que no deseo pero la poesía tiene senderos entusiastas y yo, como malcriado y rebelde, por ahí voy.

Te dejo un abrazo cálido y de agradecimiento permanente, querido amigo.

Ricardo.

Es un poema inquietante, Ricardo, imágenes bellas llenas de tristeza, o tal vez de tristes son bellas.

Un abrazo.

ROBERTO LÓPEZ escribió:

Ricardo José Lascano escribió: Interpreto en tus versos esos momentos en que, lejos de nosotros mismos, nos preguntamos sobre las cosas esenciales, nos distanciamos en una espiral de preguntas y de ensimismamiento. El poema siembra en el lectos una cierta inquietud. Me ha gustado mucho. Un abrazo.

Una interesante apertura de tu mirada que me ha dejado maravillado. Muchas gracias compañero, un abrazo fuerte. RJL

Liz Barrio. escribió:

Ricardo José Lascano escribió: He muerto.
Yo no soy aquello.
Esos no son nuestros rostros.
La playa endureció los gestos,
el mar se tragó las bocas,
su arena interior eriza tu cuerpo,
lo allana con flautas de la luz
pero vos no sos aquella
la que se hiere en la distancia
y yo no muerdo su aire.
He muerto. Cercanamente,
sobre la vida de aquello que ama,
dejado las puertas del laurel sombrío,
marchado desde su aroma,
hasta el pulso sonoro
que asola el camino
con los mismos rasgos de quietud.

Bello y profundo a más no poder. Un deleite de poema.
Abrazos

Muchas gracias estimada Lis, te dejo abrazos. Ricardo.

Ricardo José Lascano, La trascendencia en la belleza de tu estilo. Un placer visitarte, amigo.