Editorial Alaire

A la vista de que no se derrite el iglú de las tormentas de tus últimos ojos,
he salido para encontrar un lugar que no sea próximo a la muerte.
Acepto por fin la irreversibilidad de los párpados
como si fuera agua filtrada por varios ataúdes
esporádicamente iluminando las estigmas de la memoria del barro.
Las sirenas del viento aparecen a estas horas, yo las veo con las heridas, con retinas dilatadas de lamento.
Es la prolongación de un eclipse donde tus labios tienen el vigor de las crestas de gallo, de la
canción que se mide con la altura de unas ruinas, por el cosmos de líquenes incoloros.
He salido para encontrar un lugar que no sea próximo a la muerte
y me he alejado de tu recuerdo, vida.
Aquí nada duele, al borde de los maniacos de luz que levantan copas de mi sangre.
He salido a caminar la vereda de los ángeles incinerados, para beber del ubre de ceniza.
Agarrada a la sombra de mis pulmones inflados de soledad y aureolas
en las garras de palabras del adiós, está el alma.
Agarrada a la respiración de la nada, a lo que me deshabita desesperadamente
como ejércitos de cumbres molidas por el éter,
como si la distancia de pies a cabeza fuera un infierno donde ya no caben mis pecados.

Marius Gabureanu escribió:A la vista de que no se derrite el iglú de las tormentas de tus últimos ojos,
he salido para encontrar un lugar que no sea próximo a la muerte.
Acepto por fin la irreversibilidad de los párpados
como si fuera agua filtrada por varios ataúdes
esporádicamente iluminando las estigmas de la memoria del barro.
Las sirenas del viento aparecen a estas horas, yo las veo con las heridas, con retinas dilatadas de lamento.
Es la prolongación de un eclipse donde tus labios tienen el vigor de las crestas de gallo, de la
canción que se mide con la altura de unas ruinas, por el cosmos de líquenes incoloros.
He salido para encontrar un lugar que no sea próximo a la muerte
y me he alejado de tu recuerdo, vida.
Aquí nada duele, al borde de los maniacos de luz que levantan copas de mi sangre.
He salido a caminar la vereda de los ángeles incinerados, para beber del ubre de ceniza.
Agarrada a la sombra de mis pulmones inflados de soledad y aureolas
en las garras de palabras del adiós, está el alma.
Agarrada a la respiración de la nada, a lo que me deshabita desesperadamente
como ejércitos de cumbres molidas por el éter,
como si la distancia de pies a cabeza fuera un infierno donde ya no caben mis pecados.

La necesidad de purgarnos es real y efectiva, vivimos en sistemas tóxicos. Me parece, Marius que estas bien cerca de la vida, tu poema es un auto examen. Verbalizas lo que mucha gente no se atreve, y por eso tu mismo te salvas. Me parece un poema espiritual de profunda psicología. Psicología es el estudio/ observación del alma. Abrazos, amigo poerta. ERA

Muchas gracias, E.R.A por leer este poema y dejar tan contundente comentario. Mis abrazos sinceros, amiga. Feliz inicio de semana.

Agarrada a la sombra de mis pulmones inflados de soledad y aureolas
en las garras de palabras del adiós, está el alma.
Agarrada a la respiración de la nada, a lo que me deshabita desesperadamente
como ejércitos de cumbres molidas por el éter,
como si la distancia de pies a cabeza fuera un infierno donde ya no caben mis pecados.

Me despierta todos los sentidos tu poesía querido amigo, es extraordinaria. Me gusta mucho la profundidad, el cruce interior que provee su luz exacta y melodiosa. Un lujo hoy para mi leerte. Todos los abrazos y la admiración a tu gran desempeño.

Ricardo.

... hoy es un día de suerte, me estoy encontrando con cosas importantes, y la tuya, Marius, lo es; en la imaginación caben las percepciones de lo que es o está, o ambas y cada una de las ausencias, y tratamos de traerlo aquí, de dar fe, de señalar algo de cuanto está más allá del mero vivir o sentir, del mero pensar e incluso de aquello que sabemos que no logramos pensar aún; es un trabajo inmenso, cual nuevos Sísifos empujando cuesta arriba; la vida y no vida; el dolor y el no dolor...; gracias por este aporte como cuestión/fundamento; Orión

Me he adentrado en las ubres de tus cenizas sin respuesta, profundamente, como si de un pozo interminable se tratase. Un gusto pasar por la hondura de tus versos
Abrazos
Pilar

Muy buenas imágenes en este poema dolorosamente existencial. Me ha gustado. Un abrazo.

Marius un placer siempre resulta la lectura de tus versos tan en tu línea y tan sugerentes e interesantes

saludos

rafael

Enorme, querido Marius. Todas las imágenes construyen un paisaje que duele y fortifica al mismo tiempo. A pesar de las tinieblas tu palabra salva el viaje de la luz.

Emoción y belleza a morir.

Mi abrazo enorme.

Maravilloso y doloroso poema Marius, como un viaje a través del alma, en busca de la luz. Resplandece, todo el poema, su luz es verdadera, hay un estado de gracia en tu forma de escribir, en lo que dice.

Un abrazo, grande.

Carmen

Tus versos transitan por un camino de ceniza y exorcizan sus propios demonios mientras aguardan la llegada del alba. Gran poema, querido amigo. Todo un lujo haberme topado de nuevo con la fuerza de tu palabra. Fuerte abrazo para ti.

Sube para deleite de todos.

Abrazo enorme, Marius.

Dicen que el purgatorio es el camino a la redención, pero del infierno no hay retorno. Me ha gustado asomarme a tus versos.
Un abrazo.
Pepa

Qué vigor tiene, qué poder, Marius. Arte y catársis. No pueden separarse. Abrazos.

Un poema excelente, muy complacido con esta lectura. Saludos, poeta.