Editorial Alaire

Manuel Sánchez escribió:No tengo nada que decir,
y tus ojos han desaparecido
ahora que vuelvo a silenciar mi espacio
con una seducción de fotogramas
que recorren la acera
y siguen con destreza los paraguas.


Pero la luz extiende sus fronteras
hasta este ocaso débil de la mano
como escapa el balcón de los cristales, y respiran
las calles que trabajan
para dejar las casas en su sitio.

Detrás de todo esto me enamoro
como se cubre el mar de visitantes náuticos
y se tumba la flor sobre la arena.

Yo, ciudadano en prácticas,
no aprendí hasta el momento
a contemplar los rostros de los que son ausencia,
con vino entre la boca
y un filtro de jazmín, de paz y de paciencia.

Y heme aquí,
propietario de corrientes muníficas,
asociado a un recado de la naturaleza azulada y fonética,
guardián de una esperanza,
de una estancia con cama para dos, y tradición pagana.

La vida no es mentira ni es un sueño,
pero los tiempos sí, los tiempos que intervienen en mi tiempo,
y me prestan su día de mañana para volver atrás.

Como el frio, la voz y la conciencia,
los fantasmas se acercan de repente,
y luego nos terminan por dejar la costumbre
a tener miedo.