CONTIGO
Publicado: Mar, 17 Sep 2013 9:26
Dormido en el balcón de tu mirada
te imagino, y apenas quedan horas que no viva contigo
ni cuerpo que no me sea sincero,
que quiero que tu campo recoja mi avaricia
y no quede caricia ausente de destino
ni manantial sin boca,
ni cordura,
ni desatino que no lleve tu nombre escrito a ras de cuerpo,
ni rosario que no cuente las ondas de tu pelo,
y en tu trigal perderme,
y hacerme a la mar con la marea perenne de tus senos
enarbolando auroras.
Asomado a tu desnudo,
he vuelto a recordar que tuve vida cuando era pensamiento
y decidí morir atado a la palabra,
y me olvidé de ti,
envuelto en los silencios de este invierno que dura demasiado.
Hoy quiero ser de nuevo testigo de tu boca
y amarte en mi locura,
volver a la ternura de ser de tu caricia
y ver desarbolada la piel que me equivoca,
que me alejó de ti cuando aun eras de sueño
y te perdió desnuda de futuro.
He vuelto a los caminos en busca de existirte
apenas una vida,
he vuelto a ser eterno apenas un instante
desnudo,
como el aire que mece los maizales de tu pelo
dispersos en mi espalda,
como tu boca, ingenuamente obscena…
enamorada.
te imagino, y apenas quedan horas que no viva contigo
ni cuerpo que no me sea sincero,
que quiero que tu campo recoja mi avaricia
y no quede caricia ausente de destino
ni manantial sin boca,
ni cordura,
ni desatino que no lleve tu nombre escrito a ras de cuerpo,
ni rosario que no cuente las ondas de tu pelo,
y en tu trigal perderme,
y hacerme a la mar con la marea perenne de tus senos
enarbolando auroras.
Asomado a tu desnudo,
he vuelto a recordar que tuve vida cuando era pensamiento
y decidí morir atado a la palabra,
y me olvidé de ti,
envuelto en los silencios de este invierno que dura demasiado.
Hoy quiero ser de nuevo testigo de tu boca
y amarte en mi locura,
volver a la ternura de ser de tu caricia
y ver desarbolada la piel que me equivoca,
que me alejó de ti cuando aun eras de sueño
y te perdió desnuda de futuro.
He vuelto a los caminos en busca de existirte
apenas una vida,
he vuelto a ser eterno apenas un instante
desnudo,
como el aire que mece los maizales de tu pelo
dispersos en mi espalda,
como tu boca, ingenuamente obscena…
enamorada.