De barras y versos
Publicado: Mié, 11 Sep 2013 20:17
De los sudarios
revestidos de dipsómanos
emerge el color de
la fragancia rota del consuelo.
“Que llenen” es el latino
“Carpe Diem” actualizado,
el grito decrépito
que surca las barras
condensadas bajo el calor
del whisky sobre el hielo.
Y en las efímeras bravatas
de las historias acontecidas
o inventadas, renacen
los brumosos sueños perdidos
bajo el telón del teatro diario.
El escenario es siempre el mismo:
atronadores ruidos y risas estentóreas
camuflan límites
en la cercanía nocturna,
que suplen el valor nunca alcanzado
para con los anhelos delirantes.
En la tramoya, etílicos mares
se acotan en altos vidrios
donde subyacen la fragilidad
y los recuerdos.
Quizás seamos felices
manteniendo el equilibrio
sobre los minúsculos icebergs.
Pero… el fondo del vaso refleja
la permanente tormenta
agitadora de minúsculos océanos,
y la constante angustia
de la perdida comedia poética.
revestidos de dipsómanos
emerge el color de
la fragancia rota del consuelo.
“Que llenen” es el latino
“Carpe Diem” actualizado,
el grito decrépito
que surca las barras
condensadas bajo el calor
del whisky sobre el hielo.
Y en las efímeras bravatas
de las historias acontecidas
o inventadas, renacen
los brumosos sueños perdidos
bajo el telón del teatro diario.
El escenario es siempre el mismo:
atronadores ruidos y risas estentóreas
camuflan límites
en la cercanía nocturna,
que suplen el valor nunca alcanzado
para con los anhelos delirantes.
En la tramoya, etílicos mares
se acotan en altos vidrios
donde subyacen la fragilidad
y los recuerdos.
Quizás seamos felices
manteniendo el equilibrio
sobre los minúsculos icebergs.
Pero… el fondo del vaso refleja
la permanente tormenta
agitadora de minúsculos océanos,
y la constante angustia
de la perdida comedia poética.