Editorial Alaire

Quema el sol en las preguntas del dique.

Aguardamos como un canto dormido
a que la mañana despierte.

El mar es un rizo suave y melancólico sobre el tapiz
de este julio ambidextro.

La travesía rompe las flechas de los atunes,
la ternura infinita de las gaviotas.

¿Qué color es el color en que ahora pienso?

Los turistas veranean en fotos amargas, su felicidad
se acomoda, se daña en la costumbre de otro verano
o de otra luz.

Me gusta el rompeolas, los campos de tenis, la arboleda
que no admite un dios descreído.

Yo no sé donde está el árbol de las mil calles sonoras.

Un quiebro es la melancolía, otro la lujuria, el otro
la edad que adivina los cánticos del mediodía
con sus flores de organdí.

Es posible que en el estío los peces blancos lleguen
como signo o ciempiés.

El regreso sabe a piel joven, a esporas de fantasía,
a ráfagas de un azul olvidado en las noches de mercurio.

Vuelve la noche a ser hospital de viajeros, ancianos Ulises
que lloran su imagen perdida o extraños atlantes que no
entienden la virtud multiforme de la historia y se van
hacia si o el olvido.

En la ciudad rosada sufren los labios
el enigma de no haber sido memoria en la luz.

Es un placer detenerse en cada verso y soñar en él. Hermoso poema que se viste de experiencias vividas con el alma.
Besos
Pilar

Siempre activa la magia alucinógena de tu ingente e inagotable destilería metafórico-conceptual.

Un abrazo, compañero.

Fuerza y bondad lírica que no dan tregua a las retinas embelesadas, Ramón.

Hay unas imágenes sobresalientes que amenazan con quedarse en la posteridad.

"El regreso sabe a piel joven, a esporas de fantasía,
a ráfagas de un azul olvidado en las noches de mercurio."

"Vuelve la noche a ser hospital de viajeros, ancianos Ulises
que lloran su imagen perdida o extraños atlantes que no
entienden la virtud multiforme de la historia y se van
hacia si o el olvido."

"En la ciudad rosada sufren los labios
el enigma de no haber sido memoria en la luz."


Una gestalt hermosísima que aplaudimos con fervor.

Beso grande, poeta.

Ramón Carballal escribió:Quema el sol en las preguntas del dique.

Aguardamos como un canto dormido
a que la mañana despierte.

El mar es un rizo suave y melancólico sobre el tapiz
de este julio ambidextro.

La travesía rompe las flechas de los atunes,
la ternura infinita de las gaviotas.

¿Qué color es el color en que ahora pienso?

Los turistas veranean en fotos amargas, su felicidad
se acomoda, se daña en la costumbre de otro verano
o de otra luz.

Me gusta el rompeolas, los campos de tenis, la arboleda
que no admite un dios descreído.

Yo no sé donde está el árbol de las mil calles sonoras.

Un quiebro es la melancolía, otro la lujuria, el otro
la edad que adivina los cánticos del mediodía
con sus flores de organdí.

Es posible que en el estío los peces blancos lleguen
como signo o ciempiés.

El regreso sabe a piel joven, a esporas de fantasía,
a ráfagas de un azul olvidado en las noches de mercurio.

Vuelve la noche a ser hospital de viajeros, ancianos Ulises
que lloran su imagen perdida o extraños atlantes que no
entienden la virtud multiforme de la historia y se van
hacia si o el olvido.

En la ciudad rosada sufren los labios
el enigma de no haber sido memoria en la luz.

Magnífico poema el que acabo de leer. Mis felicitaciones sinceras.
Un abrazo, poeta.
BEGOÑA.

Ramón Carballal escribió:Quema el sol en las preguntas del dique.

Aguardamos como un canto dormido
a que la mañana despierte.

El mar es un rizo suave y melancólico sobre el tapiz
de este julio ambidextro.

La travesía rompe las flechas de los atunes,
la ternura infinita de las gaviotas.

¿Qué color es el color en que ahora pienso?

Los turistas veranean en fotos amargas, su felicidad
se acomoda, se daña en la costumbre de otro verano
o de otra luz.

Me gusta el rompeolas, los campos de tenis, la arboleda
que no admite un dios descreído.

Yo no sé donde está el árbol de las mil calles sonoras.

Un quiebro es la melancolía, otro la lujuria, el otro
la edad que adivina los cánticos del mediodía
con sus flores de organdí.

Es posible que en el estío los peces blancos lleguen
como signo o ciempiés.

El regreso sabe a piel joven, a esporas de fantasía,
a ráfagas de un azul olvidado en las noches de mercurio.

Vuelve la noche a ser hospital de viajeros, ancianos Ulises
que lloran su imagen perdida o extraños atlantes que no
entienden la virtud multiforme de la historia y se van
hacia si o el olvido.

En la ciudad rosada sufren los labios
el enigma de no haber sido memoria en la luz.

Tu poema se recocija y crece en sus imágenes. La yuxtaposición de ellas nos muestra una tela, un mundo donde la voz poética va desgranado sus impresiones, sus visiones casi oníricas, sus reflexiones existenciales, su manera particular de ver la vida, de vivir. Te felicto, Ramón, por haber alcanzado una poesía madura que forma parte de tus funciones vitales.

Un abrazo grande, amigo.
Óscar

¿Qué decir Ramón que no dijeran mis compañeros? El poema me parece soberbio, las imágenes que creas son pura belleza, el poema se hace en nuestro interior mientras leemos. Soberbio!

Unha aperta.

Carmen

Pilar Morte escribió:Es un placer detenerse en cada verso y soñar en él. Hermoso poema que se viste de experiencias vividas con el alma.
Besos
Pilar

Muchas gracias, Pilar, por tu lectura y amables palabras. Un beso.

Ramón,

me gusta mucho. Eres único fijando la imagen, definiendo. Un día de vacaciones junto a un mar nostálgico y evocador. Me encanta tu capacidad de trasmitir momentos, pasajes aparentemente intrascendentes de la vida que conviertes en vías hacia otro lado, hacia la visión poética.

Un abrazo.

Gracias, Nésthor, por la lectura y el amable comentario. Un abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Fuerza y bondad lírica que no dan tregua a las retinas embelesadas, Ramón.

Hay unas imágenes sobresalientes que amenazan con quedarse en la posteridad.

"El regreso sabe a piel joven, a esporas de fantasía,
a ráfagas de un azul olvidado en las noches de mercurio."

"Vuelve la noche a ser hospital de viajeros, ancianos Ulises
que lloran su imagen perdida o extraños atlantes que no
entienden la virtud multiforme de la historia y se van
hacia si o el olvido."

"En la ciudad rosada sufren los labios
el enigma de no haber sido memoria en la luz."


Una gestalt hermosísima que aplaudimos con fervor.

Beso grande, poeta.

Hallie, agradezco tus palabras, siempre generosas. Un beso.

Begoña Egüen escribió:

Ramón Carballal escribió:Quema el sol en las preguntas del dique.

Aguardamos como un canto dormido
a que la mañana despierte.

El mar es un rizo suave y melancólico sobre el tapiz
de este julio ambidextro.

La travesía rompe las flechas de los atunes,
la ternura infinita de las gaviotas.

¿Qué color es el color en que ahora pienso?

Los turistas veranean en fotos amargas, su felicidad
se acomoda, se daña en la costumbre de otro verano
o de otra luz.

Me gusta el rompeolas, los campos de tenis, la arboleda
que no admite un dios descreído.

Yo no sé donde está el árbol de las mil calles sonoras.

Un quiebro es la melancolía, otro la lujuria, el otro
la edad que adivina los cánticos del mediodía
con sus flores de organdí.

Es posible que en el estío los peces blancos lleguen
como signo o ciempiés.

El regreso sabe a piel joven, a esporas de fantasía,
a ráfagas de un azul olvidado en las noches de mercurio.

Vuelve la noche a ser hospital de viajeros, ancianos Ulises
que lloran su imagen perdida o extraños atlantes que no
entienden la virtud multiforme de la historia y se van
hacia si o el olvido.

En la ciudad rosada sufren los labios
el enigma de no haber sido memoria en la luz.

Magnífico poema el que acabo de leer. Mis felicitaciones sinceras.
Un abrazo, poeta.
BEGOÑA.

Gracias, Begoña.Me alegra que te haya gustado el poema. Un abrazo.

JUANPABLO escribió:En la ciudad rosada sufren los labios
el enigma de no haber sido memoria en la luz."

Ramón Carballal
*

El la luz o en la sombra,
si los labios carecen de memoria
perderán el placer del recuerdo
de algunos besos que gozaron.

Excelente poema, amigo Ramón.

Un abrazo.
* * *

Muchas gracias, Juan Pablo, por leerme y comentar. Un abrazo.

Arriba con este bellísimo poema de Ramón.