Editorial Alaire

Pensé que eras yerma
y me quedé, como todos,
esperando la lluvia, y se nos hizo tarde
dormidos en un sueño que nunca se deshizo,
y sé que te quise porque aún recuerdo
tus manos detenidas en un rincón del miedo.

Quisiste que me fuera y te dejé
rompiendo el horizonte en mil palabras
y el alma en un silencio,
un solo silencio que me dejó las horas cargadas de renuncias
y el cuerpo vestido de abstinencia,
y tu presencia inútilmente llena de poesía
que nunca quiso ser sentido en la verdad
ni amante en la lujuria.

Pensé que eras del agua, como mi boca,
y te bebí inconsciente haciendo del instante religión,
y te perdí en cada noche que quise tu ternura,
en cada sorbo de amargura y añoranza,
en cada dios y cada infierno que me hirió junto a tu cama
apenas cuando el alba tensaba una a una las cuerdas de esta locura
indecentemente unida al hábito de tenerte
atada a este cuerpo que añora tu piel ahogando mi desnudo.

Pensé que el mundo eran tus senos
y el sexo el horizonte,
y caminé errante en tu lascivia impenitente
creyendo en tus palabras y en tus dioses
y así, subí contigo al cielo imaginario y nos perdimos,
sin un adiós que hiciera de presente,
sin una madrugada que hiciera de testigo,
sin nada que ocultarnos…
y nada que decirnos.

Miguel Alcantud escribió:Pensé que eras yerma
y me quedé, como todos,
esperando la lluvia, y se nos hizo tarde
dormidos en un sueño que nunca se deshizo,
y sé que te quise porque aún recuerdo
tus manos detenidas en un rincón del miedo.

Quisiste que me fuera y te dejé
rompiendo el horizonte en mil palabras
y el alma en un silencio,
un solo silencio que me dejó las horas cargadas de renuncias
y el cuerpo vestido de abstinencia,
y tu presencia inútilmente llena de poesía
que nunca quiso ser sentido en la verdad
ni amante en la lujuria.

Pensé que eras del agua, como mi boca,
y te bebí inconsciente haciendo del instante religión,
y te perdí en cada noche que quise tu ternura,
en cada sorbo de amargura y añoranza,
en cada dios y cada infierno que me hirió junto a tu cama
apenas cuando el alba tensaba una a una las cuerdas de esta locura
indecentemente unida al hábito de tenerte
atada a este cuerpo que añora tu piel ahogando mi desnudo.

Pensé que el mundo eran tus senos
y el sexo el horizonte,
y caminé errante en tu lascivia impenitente
creyendo en tus palabras y en tus dioses
y así, subí contigo al cielo imaginario y nos perdimos,
sin un adiós que hiciera de presente,
sin una madrugada que hiciera de testigo,
sin nada que ocultarnos…
y nada que decirnos.

Si se logra por lo.menos un gran amor, nos queda el resto de la vida para recordarlo en mil maneras ¡Qué bello poema! Te felicito, Miguel. Abrazos, ERA

Hay una fuerza conmovedora en todos los versos de Amargura.

Enhorabuena por tu trabajo, Miguel.

Un abrazo.

E. R. Aristy escribió:

Miguel Alcantud escribió:Pensé que eras yerma
y me quedé, como todos,
esperando la lluvia, y se nos hizo tarde
dormidos en un sueño que nunca se deshizo,
y sé que te quise porque aún recuerdo
tus manos detenidas en un rincón del miedo.

Quisiste que me fuera y te dejé
rompiendo el horizonte en mil palabras
y el alma en un silencio,
un solo silencio que me dejó las horas cargadas de renuncias
y el cuerpo vestido de abstinencia,
y tu presencia inútilmente llena de poesía
que nunca quiso ser sentido en la verdad
ni amante en la lujuria.

Pensé que eras del agua, como mi boca,
y te bebí inconsciente haciendo del instante religión,
y te perdí en cada noche que quise tu ternura,
en cada sorbo de amargura y añoranza,
en cada dios y cada infierno que me hirió junto a tu cama
apenas cuando el alba tensaba una a una las cuerdas de esta locura
indecentemente unida al hábito de tenerte
atada a este cuerpo que añora tu piel ahogando mi desnudo.

Pensé que el mundo eran tus senos
y el sexo el horizonte,
y caminé errante en tu lascivia impenitente
creyendo en tus palabras y en tus dioses
y así, subí contigo al cielo imaginario y nos perdimos,
sin un adiós que hiciera de presente,
sin una madrugada que hiciera de testigo,
sin nada que ocultarnos…
y nada que decirnos.

Si se logra por lo.menos un gran amor, nos queda el resto de la vida para recordarlo en mil maneras ¡Qué bello poema! Te felicito, Miguel. Abrazos, ERA

Muchas gracias ERA. Un saludo

Hallie Hernández Alfaro escribió:Hay una fuerza conmovedora en todos los versos de Amargura.

Enhorabuena por tu trabajo, Miguel.

Un abrazo.

Como siempre muy agradecido por tu paso amiga. Un abrazo

Hermoso poema de Miguel.

Rafel Calle escribió:Hermoso poema de Miguel.

Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo amigo

Fantástico poema, Miguel:

Tus versos siempre son perfectos por su sentimiento y por su hondura.

Enhorabuena
Un beso
Ana

Ana Muela Sopeña escribió:Fantástico poema, Miguel:

Tus versos siempre son perfectos por su sentimiento y por su hondura.

Enhorabuena
Un beso
Ana

Muchas gracias amiga Ana. Otro para ti.