Editorial Alaire

El aguanieve,
el aguanieve
en mi cazadora ambigua.

Mil doctrinas en la noche escarlata, la música del óxido,
las galerías con candelas
que aman el suburbio.

Y mi corazón que se paraliza
como el metal de las hojas de los árboles amigos,
con el misterio de este tren que angustia en su rumor
la piedad de la luna.

Mi destino cruje en los arrebatos de la velocidad.

Hay sombras que pueblan los arrabales
y rumores de pasos azules
o risas o susurros
o silencios
del hombre que mira
su faz en el cristal celeste.

Me duermo entre plásticos,
el olor de las horas gastadas
se acurruca sobre el zinc de tejados impasibles.

La vida no deja de ser vulgar,
lo sé cuando las fotografías me anticipan
islas sin nombre, ceniceros de lapislázuli,
orangutanes de vicios ocres o la bienvenida
que nunca ruge como un sol de verano.

Nadie podrá envolver el sueño que madura.

Nosotros, con el equipaje despoblado, conoceremos la ciudad
-deja que el recuerdo abra sus jardines, que la historia regrese
a los bares anfibios, con sus doctrinas y su cielo
y sus ofrendas amarillas-.

Ya sé que quieres el mar de un rojo perpetuo,
las botellas son faros de esta nocturnidad festiva.

Hay un más allá que no mereces,
pero las olas son viejas, van y vienen,
encuentran su aposento en las raíces del destino.

¿Mirarías en paz a quien anuncia el desorden,
cuando su valentía resulta ser la mentira del canon
y el silencio fugaz?

Transita, extraño amigo, los carros del aire
porque tu luz desordena el ácido eclipse de la muerte.

Tu voz ha sido memoria, cárcel de los versos,
efímera jactancia
de este poema inútil.

Siempre habrá una parte que no habrá sido inútil, que no será inútil
al menos para crear esta belleza.

UN placer, siempre, leerte.

Un abrazo

Medir la utilidad de un buen poema es misión de quien lo lea. Este dialogo
en tercera persona ocupa el saberr y el sabor de cada reflexión y reposa
en el sentir de la memoria y las vivencias.

un abrazo

Medir la utilidad de un buen poema es misión de quien lo lea. Este dialogo
en tercera persona ocupa el sentir y el sabor de cada reflexión y reposa
en el sentir de la memoria y de las vivencias.

un abrazo

Qué inmensidad de apertura. Se me han quedado esos tres versos en el alma.

Accedemos a tu sensibilidad fuera de lo común, Ramón.

Abrazos y mi sincera ovación.

Brilla generosamente cada verso, es un poema "in crescendo" espléndido.
Abrazos y aplausos, poeta

Sandra Gª Garrido escribió:Siempre habrá una parte que no habrá sido inútil, que no será inútil
al menos para crear esta belleza.

UN placer, siempre, leerte.

Un abrazo

Muchas gracias, Sandra, por leerme y comentar. Un fuerte abrazo.

Tu voz poética me resulta inconfundible y brillante, Ramón, estos días he vuelto a leer el poemario Árido Umbral, sabes que me encanta tu poemazo Lo que soy, pues este me ha encantado tanto o más, es un deleite leerte, no puedo más que agradecerte por escribir así y compartirlo..

Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:El aguanieve,
el aguanieve
en mi cazadora ambigua.

Mil doctrinas en la noche escarlata, la música del óxido,
las galerías con candelas
que aman el suburbio.

Y mi corazón que se paraliza
como el metal de las hojas de los árboles amigos,
con el misterio de este tren que angustia en su rumor
la piedad de la luna.

Mi destino cruje en los arrebatos de la velocidad.

Hay sombras que pueblan los arrabales
y rumores de pasos azules
o risas o susurros
o silencios
del hombre que mira
su faz en el cristal celeste.

Me duermo entre plásticos,
el olor de las horas gastadas
se acurruca sobre el zinc de tejados impasibles.

La vida no deja de ser vulgar,
lo sé cuando las fotografías me anticipan
islas sin nombre, ceniceros de lapislázuli,
orangutanes de vicios ocres o la bienvenida
que nunca ruge como un sol de verano.

Nadie podrá envolver el sueño que madura.

Nosotros, con el equipaje despoblado, conoceremos la ciudad
-deja que el recuerdo abra sus jardines, que la historia regrese
a los bares anfibios, con sus doctrinas y su cielo
y sus ofrendas amarillas-.

Ya sé que quieres el mar de un rojo perpetuo,
las botellas son faros de esta nocturnidad festiva.

Hay un más allá que no mereces,
pero las olas son viejas, van y vienen,
encuentran su aposento en las raíces del destino.

¿Mirarías en paz a quien anuncia el desorden,
cuando su valentía resulta ser la mentira del canon
y el silencio fugaz?

Transita, extraño amigo, los carros del aire
porque tu luz desordena el ácido eclipse de la muerte.

Tu voz ha sido memoria, cárcel de los versos,
efímera jactancia
de este poema inútil.

Otra cosa notable en tu original poética es tu extenso vocabulario, cada poema es completamente nuevo. Tus metáforas son irrepetibles. Siempre marvillosas. Abrazos, ERA

El título hace comprender el poema que brilla con tus imágenes siempre tan hermosas. Un placer
Besos
Pilar

Saludos Ramón.
Resulta magnífica la cadencia con que intruces el desarrollo y el desenlace, de una apacible serenidad.

Felicidades y un abrazo,
Ignacio

Guillermo Cuesta escribió:Medir la utilidad de un buen poema es misión de quien lo lea. Este dialogo
en tercera persona ocupa el saberr y el sabor de cada reflexión y reposa
en el sentir de la memoria y las vivencias.

un abrazo

Gracias, Guillermo, por tu lectura y amables palabras. Un abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Qué inmensidad de apertura. Se me han quedado esos tres versos en el alma.

Accedemos a tu sensibilidad fuera de lo común, Ramón.

Abrazos y mi sincera ovación.

Gracias, Hallie, por tu generosidad. Besos.

Liz Barrio. escribió:Brilla generosamente cada verso, es un poema "in crescendo" espléndido.
Abrazos y aplausos, poeta

Gracias, Liz, por las palabras que me dejas. Un abrazo.