Editorial Alaire

...

Olían a ira, a paño basto,
a sayas de tragedia peninsular
empapadas de potencia ilusa,
olían a blanco y negro, a sebo
embebido en el cuello de sus camisas.

Eran jóvenes tan viejos,
resentidos tan temprano
en sus celdas limpias que no limpiaban
y ya al amanecer olían a vinagre y vino.

Olían a frustración y yo no lo sabía,
olían a fruta pasada, a cera, a calvario.
Reyes vicarios mal vigilados, náufragos
de su saber entre mordazas sin criterio.

Olían a despensa mal ventilada, a humo
de ideales perdidos en los bolsillos
y yo no lo sabía. Olían a lana sucia
de ovejas ciegas atravesando el istmo.

De ellos aprendí a contar las cosas
de otro modo, a rebelarme, a no morir
en el miedo que fundaban como un aria
murmurando rezos en azulejos de pasillo
naranja, azul, marrón, verde, amarillo.

...

No hay nada tan efectivo para hacernos rebeldes como el intentar convencernos por la fuerza de que no lo seamos. Me han llegado con una nausea esos olores que describes. Tengo que ventilar la casa. Un lujo leerte.
Un abrazo.
Pepa

Ignacio Mincholed escribió:...

Olían a ira, a paño basto,
a sayas de tragedia peninsular
empapadas de potencia ilusa,
olían a blanco y negro, a sebo
embebido en el cuello de sus camisas.

Eran jóvenes tan viejos,
resentidos tan temprano
en sus celdas limpias que no limpiaban
y ya al amanecer olían a vinagre y vino.

Olían a frustración y yo no lo sabía,
olían a fruta pasada, a cera, a calvario.
Reyes vicarios mal vigilados, náufragos
de su saber entre mordazas sin criterio.

Olían a despensa mal ventilada, a humo
de ideales perdidos en los bolsillos
y yo no lo sabía. Olían a lana sucia
de ovejas ciegas atravesando el istmo.

De ellos aprendí a contar las cosas
de otro modo, a rebelarme, a no morir
en el miedo que fundaban como un aria
murmurando rezos en azulejos de pasillo
naranja, azul, marrón, verde, amarillo.

...

Poema enigmático (al no saber quiénes eran los olorosos seres) pero agradable de leer. Creo que, de cualquier manera, crea un propicio clima de emoción. Se disfruta el derroche en la creación de imágenes para describir los olores. Me ha gustado, amigo.

Un abrazo.
Óscar

Ignacio Mincholed escribió:...

Olían a ira, a paño basto,
a sayas de tragedia peninsular
empapadas de potencia ilusa,
olían a blanco y negro, a sebo
embebido en el cuello de sus camisas.

Eran jóvenes tan viejos,
resentidos tan temprano
en sus celdas limpias que no limpiaban
y ya al amanecer olían a vinagre y vino.

Olían a frustración y yo no lo sabía,
olían a fruta pasada, a cera, a calvario.
Reyes vicarios mal vigilados, náufragos
de su saber entre mordazas sin criterio.

Olían a despensa mal ventilada, a humo
de ideales perdidos en los bolsillos
y yo no lo sabía. Olían a lana sucia
de ovejas ciegas atravesando el istmo.

De ellos aprendí a contar las cosas
de otro modo, a rebelarme, a no morir
en el miedo que fundaban como un aria
murmurando rezos en azulejos de pasillo
naranja, azul, marrón, verde, amarillo.

...

Qué excelente trabajo, Ignacio.

Golpea y despierta la conciencia histórico-personal; me ha llevado con sabiduría lírica a los años de represión, de voz baja y cañón en alto. Hay tanto dolor en las despensa de la memoria; quizás es bueno abrir sus puertas, mirar fijamente sus crímenes, no olvidar la palabra libertad en cada poema que osemos escribir.

Salud y aplausos fuertes.

Creo que a los que tenemos algunos años no nos cuesta identificar a personajes de ese tipo. Me ha gustado el poema. Un abrazo.

Josefa A. Sánchez escribió:No hay nada tan efectivo para hacernos rebeldes como el intentar convencernos por la fuerza de que no lo seamos. Me han llegado con una nausea esos olores que describes. Tengo que ventilar la casa. Un lujo leerte.
Un abrazo.
Pepa

Bueno... menos mal que es verano, ventanas abiertas, y casi se ventila sola la cosa. Sonrío.

Gracias Josefa, un abrazo.

Ignacio

bien Ignacio, bien. el poema tensa y horada. saludos

Saludos Óscar.
Muy amable por el comentario que sin duda aprecio.

Estos "olorosos seres" como tú dices (sonrío) andan a vueltas en la vida de cada cual, unas veces más nítidos y otras más difusos, con los que alguna vez hemos/han interactuado en la educación, la política y lo social. Siempre un poder equívoco sobre la infancia y la juventud ejercido desde una posición preeminente y dudosa.

Gracias y un abrazo,
Ignacio

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Ignacio Mincholed escribió:...

Olían a ira, a paño basto,
a sayas de tragedia peninsular
empapadas de potencia ilusa,
olían a blanco y negro, a sebo
embebido en el cuello de sus camisas.

Eran jóvenes tan viejos,
resentidos tan temprano
en sus celdas limpias que no limpiaban
y ya al amanecer olían a vinagre y vino.

Olían a frustración y yo no lo sabía,
olían a fruta pasada, a cera, a calvario.
Reyes vicarios mal vigilados, náufragos
de su saber entre mordazas sin criterio.

Olían a despensa mal ventilada, a humo
de ideales perdidos en los bolsillos
y yo no lo sabía. Olían a lana sucia
de ovejas ciegas atravesando el istmo.

De ellos aprendí a contar las cosas
de otro modo, a rebelarme, a no morir
en el miedo que fundaban como un aria
murmurando rezos en azulejos de pasillo
naranja, azul, marrón, verde, amarillo.

...

Qué excelente trabajo, Ignacio.

Golpea y despierta la conciencia histórico-personal; me ha llevado con sabiduría lírica a los años de represión, de voz baja y cañón en alto. Hay tanto dolor en las despensa de la memoria; quizás es bueno abrir sus puertas, mirar fijamente sus crímenes, no olvidar la palabra libertad en cada poema que osemos escribir.

Salud y aplausos fuertes.

Gracias Hallie, eres muy generosa y certera con el comentario que aprecio.

Un abrazo,
Ignacio

Ramón Carballal escribió:Creo que a los que tenemos algunos años no nos cuesta identificar a personajes de ese tipo. Me ha gustado el poema. Un abrazo.

Gracias por el comentario, Ramón.

Un abrazo,
Ignacio

Macedonio Tracel escribió:bien Ignacio, bien. el poema tensa y horada. saludos

Muy amabe, Macedonio. Gracias.

Un abrazo,
Ignacio

Muy bueno. Me ha gustado mucho este certero recordatorio.

Un abrazo.

CELIA PUERTA escribió:Muy bueno. Me ha gustado mucho este certero recordatorio.

Un abrazo.

Saludos Celia.
Muy amable por el comentario. Gracias.

Un abrazo,
Ignacio

Muy bueno el poema Ignacio, que despierta al olfato y a la conciencia. Me ha gustado mucho.

Un abrazo.

Carmen

Carmen López escribió:Muy bueno el poema Ignacio, que despierta al olfato y a la conciencia. Me ha gustado mucho.

Un abrazo.

Carmen

Gracias Carmen, te agradezco mucho el comentario.

Un abrazo