Editorial Alaire

Nunca se siente, hasta después. Su paso es leve,
de polen que lleva el aire o palabra que se ha ido.
Su fulgor sereno penetra en la piel, come en la
fuente de los sentidos y deja un poso dulce
en los labios. No se puede compartir porque
late en la sangre como las cosquillas de un dios.
Con el tiempo es pan de nostalgia, luz de vida,
muro de amor. Con ella negamos la muerte
y proclamamos el ser.

Qué bien lo has dicho, Ramón, cuando lo somos no nos damos cuenta de ella, y sí, es muy personal, a cada cual le hace feliz distintas cosas, a unos lo mucho y a otros lo no tanto, a mí leerte ya me hace feliz.

Un abrazo.

Mucha profundidad reflexiva en tu poema, amigo.
Lo malo de la felicidad es que te la arranquen...

un abrazo

Isabel Moncayo escribió:Qué bien lo has dicho, Ramón, cuando lo somos no nos damos cuenta de ella, y sí, es muy personal, a cada cual le hace feliz distintas cosas, a unos lo mucho y a otros lo no tanto, a mí leerte ya me hace feliz.

Un abrazo.

Muchas gracias, Isabel, por tu amable comentario. Me alegra que te haya gustado esta visión, quizá demasiado personal, de la felicidad. Un abrazo.

Me parece una reflexión razonada y profunda, amén del deleite que producen tus versos
besos
Pilar

Me parece una reflexión razonada y profunda, amén del deleite que producen tus versos
besos
Pilar

Ramón felicidades por la maravilla de poema, una verdad como un templo, que tu magnífico poema nos recuerda.

Unha aperta

Carmen

El maravilloso arte de un gran poeta. Una maravilla. RJL

Ramón Carballal escribió:Nunca se siente, hasta después. Su paso es leve,
de polen que lleva el aire o palabra que se ha ido.
Su fulgor sereno penetra en la piel, come en la
fuente de los sentidos y deja un poso dulce
en los labios. No se puede compartir porque
late en la sangre como las cosquillas de un dios.
Con el tiempo es pan de nostalgia, luz de vida,
muro de amor. Con ella negamos la muerte
y proclamamos el ser.

Este poema me gusta mucho. La poesía rezuma de cada verso. Me trasmite la sensación de una verdad eterna. Valoro muchísimo las ideas y las imágenes tuyas que siempre resultan creaciones sólo tuyas, personales, originales. Ha sido un placer, apreciado Ramón.

Un abrazo.
Óscar

Guillermo Cuesta escribió:Mucha profundidad reflexiva en tu poema, amigo.
Lo malo de la felicidad es que te la arranquen...

un abrazo

Tienes razón, Guillermo, lo peor de la felicidad es que te la quiten. Gracias por leerme y comentar. Un abrazo.

Pilar Morte escribió:Me parece una reflexión razonada y profunda, amén del deleite que producen tus versos
besos
Pilar

Gracias, Pilar, por tu valoración positiva de esta reflexión de andar por casa. Besos.

Encuentras la felicidad en pequeños instantes que nos rodean, y lo haces con una aparente sencillez que esconde talento y belleza a partes iguales.

Una delicia estar en tus letras.

Ramón Carballal escribió:Nunca se siente, hasta después. Su paso es leve,
de polen que lleva el aire o palabra que se ha ido.
Su fulgor sereno penetra en la piel, come en la
fuente de los sentidos y deja un poso dulce
en los labios. No se puede compartir porque
late en la sangre como las cosquillas de un dios.
Con el tiempo es pan de nostalgia, luz de vida,
muro de amor. Con ella negamos la muerte
y proclamamos el ser.

Extraordinario! Me deja una grata sensación. Abrazos, ERA

A veces, es difícil saber cuando se lee poesía, cuál es el sentir del poeta en el instante de terminar su obra y siempre creo que hay que respetar sus sentimientos porque es muy complicdo ponerse en ese instante, pero me llevo parte de ese sentimiento a mi rincón de lectura para poder releer tus versos. Un cordial saludo.

José Manuel Acosta.

Felicidades Ramón.
Me gusta mucho el tratamiento sencillo del concepto, cargado de conocimiento.

Un abrazo,
Ignacio