que de nuevo dices mujer
y sé,
que de mi nombre aspiras las vocales
y siento,
que no fueron baldíos los posits en los Puentes de Madison,
y digo,
que con lo que me provocas yo me conformo.
Y eres
un tsunami en el silencio, barro, arcilla,
un rayajo de horizonte y una coma,
un asombro, el son de Los Tabajaras y tres tardes,
extraña conjunción copulativa si prefieres.
Así, el cristal por medio, la sonrisa y el sombrero,
siempre
si díces mujer,
siempre
en no sentimiento impío.
(Este poema, si tiene algo de curioso es que está prácticamente todo, compuesto a base de títulos de algunos poemas míos. Agosto sigue adelante en este año de 2013 y en Alicante)