Editorial Alaire

El largo túnel la lleva al mar,
mira el vaso de las olas
antes vacío de cargas,
ahora lleno por la herida
que atavía la memoria,
cree nadar en su sabor, en su saliva,
allí, el tiempo se muere
oxidando las horas
sobre las costas del hombre,
como en un infinito que se le retirara.
Deja allí, apostados, sus ojos sobre la ola
y como una ofrenda, deposita todas sus lágrimas.
Esa mujer de ojos nublados
con su ceniza a cuestas,
es tan sólo un soplo de espíritu
transitando las mareas,
ella recibe en el silencio toda la noche
que le devuelve su soledad,
plumas mojadas para remontar el sueño.

Es hermoso, deja que se infiltre en la naturaleza un hueco no anegable, un alrededor de la materia más cierto que el poso que va a dejar para apoyar el pie, el lenguaje, la llaga
de no saber cómo se mueren las ofrendas, de no creerlo, invirtiendo así el eje de las proporciones, tal y como crecen los recuerdos que ya no se interrogan.
Un placer leerlo, Carmen. Recibe un abrazo.

me distraigo en estas letras, un reflujo de ir y volver la noche dándose pocas cosas, las que crecen con el sabor a sal son las que vuelven y vuelven en parecerse en los sueños. cada vez me gusta más.

Carmen López escribió:El largo túnel la lleva al mar,
mira el vaso de las olas
antes vacío de cargas,
ahora lleno por la herida
que atavía la memoria,
cree nadar en su sabor, en su saliva,
allí, el tiempo se muere
oxidando las horas
sobre las costas del hombre,
como en un infinito que se le retirara.
Deja allí, apostados, sus ojos sobre la ola
y como una ofrenda, deposita todas sus lágrimas.
Esa mujer de ojos nublados
con su ceniza a cuestas,
es tan sólo un soplo de espíritu
transitando las mareas,
ella recibe en el silencio toda la noche
que le devuelve su soledad,
plumas mojadas para remontar el sueño.

Me ha parecido un poema redondo, completo, con un cierre magnífico. Ha sido un placer leerte, amiga.

Un abrazo.
Óscar

Carmen, en este poema todo es solidez, ritmo, propuesta sabia, brillo. Como si ya existiera integramente en otro plano y hubieses podido trasladarla, con perfección, a la eternidad que suponen las palabras.

Ovación sostenida, compañera.

Abrazos.

Logrado poema que se adentra al lector con la suavidad de sus hermosos versos. Un gusto leerte
Besos
Pilar

El mar apacigua el espíritu del sueño desde este cálido versar
que nos ofreces.

un abrazo

Bruno Laja escribió:Es hermoso, deja que se infiltre en la naturaleza un hueco no anegable, un alrededor de la materia más cierto que el poso que va a dejar para apoyar el pie, el lenguaje, la llaga
de no saber cómo se mueren las ofrendas, de no creerlo, invirtiendo así el eje de las proporciones, tal y como crecen los recuerdos que ya no se interrogan.
Un placer leerlo, Carmen. Recibe un abrazo.

Hermoso comentario Bruno, que recibo junto con tu abrazo y que guardo como se atesora la belleza.

Un abrazo grande para ti.

Carmen

Macedonio Tracel escribió:me distraigo en estas letras, un reflujo de ir y volver la noche dándose pocas cosas, las que crecen con el sabor a sal son las que vuelven y vuelven en parecerse en los sueños. cada vez me gusta más.

Siempre hay cercanía en lo que dices, siempre me llega. Y me alegra infinito que te guste.

Mi abrazo para vos.

Carmen

Hallie Hernández Alfaro escribió:Carmen, en este poema todo es solidez, ritmo, propuesta sabia, brillo. Como si ya existiera integramente en otro plano y hubieses podido trasladarla, con perfección, a la eternidad que suponen las palabras.

Ovación sostenida, compañera.

Abrazos.

Te agradezco Hallie tu generosidad y esa mirada que entregas sin reservas.

Un abrazo grande y felicidad para ti.

Carmen

Pilar Morte escribió:Logrado poema que se adentra al lector con la suavidad de sus hermosos versos. Un gusto leerte
Besos
Pilar

Muchas gracias Pilar, un placer que tú vengas, un honor.

Besos

Carmen

Óscar Distéfano escribió:

Carmen López escribió:El largo túnel la lleva al mar,
mira el vaso de las olas
antes vacío de cargas,
ahora lleno por la herida
que atavía la memoria,
cree nadar en su sabor, en su saliva,
allí, el tiempo se muere
oxidando las horas
sobre las costas del hombre,
como en un infinito que se le retirara.
Deja allí, apostados, sus ojos sobre la ola
y como una ofrenda, deposita todas sus lágrimas.
Esa mujer de ojos nublados
con su ceniza a cuestas,
es tan sólo un soplo de espíritu
transitando las mareas,
ella recibe en el silencio toda la noche
que le devuelve su soledad,
plumas mojadas para remontar el sueño.

Me ha parecido un poema redondo, completo, con un cierre magnífico. Ha sido un placer leerte, amiga.

Un abrazo.

Óscar

Gracias Óscar, por dedicar tu tiempo a este poema, por tu generosidad, por tu presencia.

Un abrazo, amigo.

Carmen

Guillermo Cuesta escribió:El mar apacigua el espíritu del sueño desde este cálido versar
que nos ofreces.

un abrazo

Gracias amigo Guillermo por tener tu presencia entre mis versos. Por esos comentarios que son como regalos que tú ofreces.

Un gran abrazo

Carmen

Un poema muy bello, intimo y melancólico. Enhorabuena y un abrazo.