Editorial Alaire

Puede que no exista un laberinto para tu dedo mágico.
Puede que los anillos del aire te columpien y no arrastren
tu candil. Puede que una ciudad se vista de tejados
para recibirte. En cada calle las flores juegan-en el
martillear del adoquín yo habito tu oasis-. Dame
los ojos de un gusano, la electricidad del viento
que fluye en la armonía de las fachadas. El mercurio
gris de los cuadros. El rio y su pronombre, el lenguaje
como un elixir en las sombras de agosto. ¿Son dorados
los abanicos?- te pregunto-. Ya llueve, ya llueve en los
infantiles ejercicios de la aurora, jardines sin féretro,
pieles sin mapas, dormitorios que ambicionan la petunia
de tu luz, el tiempo rojo de las palomas. Mi hermana
quiebra su voz en la sala nocturna, sus privilegios
rozan la infausta cicatriz de la sangre. No hay
lunares en la virtud, sus gárgolas se agitan o mueren,
sus hemisferios son cánticos y elipse. Alguien
nos recordará como una pausa. En el silencio del día
las gaviotas se ausentan del mar.

Esta continuidad de imágenes está muy bien lograda y, la verdad, me he regodeado excesivamente en algunas como "puede que una ciudad se vista de tejados para recibirte". Trata de un "yang" efusivo y burbujeante, surrealista y agitado. Me encanta lo que acabo de leer hace apenas unos segundos, por lo que le dedicaré una relectura más acertada en un futuro. ¡Un placer! ¡Saludos!

Ramón Carballal escribió:Puede que no exista un laberinto para tu dedo mágico.
Puede que los anillos del aire te columpien y no arrastren
tu candil. Puede que una ciudad se vista de tejados
para recibirte. En cada calle las flores juegan-en el
martillear del adoquín yo habito tu oasis-. Dame
los ojos de un gusano, la electricidad del viento
que fluye en la armonía de las fachadas. El mercurio
gris de los cuadros. El rio y su pronombre, el lenguaje
como un elixir en las sombras de agosto. ¿Son dorados
los abanicos?- te pregunto-. Ya llueve, ya llueve en los
infantiles ejercicios de la aurora, jardines sin féretro,
pieles sin mapas, dormitorios que ambicionan la petunia
de tu luz, el tiempo rojo de las palomas. Mi hermana
quiebra su voz en la sala nocturna, sus privilegios
rozan la infausta cicatriz de la sangre. No hay
lunares en la virtud, sus gárgolas se agitan o mueren,
sus hemisferios son cánticos y elipse. Alguien
nos recordará como una pausa. En el silencio del día
las gaviotas se ausentan del mar.

Un encadenamiento surrealista de imágenes atrapantes que fluyen incontenibles del estro poético, y que crean una armonía sonora de agradable sinfonía. Me ha gustado, amigo, leerte.

Un abrazo.
Óscar

Entrar en tus renglones poéticos es inmiscuirse de imágenes preciosas llenas de
sofisticados sentires de pausas y presencias.

Un abrazo

[quote="Ramón Carballal"]

¿Son sueños tus poemas? Sea como sea, encadenan paisajes oníricos, adjetivaciones imposibles. Un placer de lectura. Un abrazo.

Maravillosas letras, muy bonitas y originales.


Abrazo de luz.

RJL

escribía a la velocidad del que viaja, los equipajes son livianos y las palabras las que puedan seguirte. Puedo ver los paisajes ordenándose como un ejercicio de la luz sobre el gesto de escribir. abrazo

Rürik Singajik escribió:Esta continuidad de imágenes está muy bien lograda y, la verdad, me he regodeado excesivamente en algunas como "puede que una ciudad se vista de tejados para recibirte". Trata de un "yang" efusivo y burbujeante, surrealista y agitado. Me encanta lo que acabo de leer hace apenas unos segundos, por lo que le dedicaré una relectura más acertada en un futuro. ¡Un placer! ¡Saludos!

Gracias, Rürik, por tu lectura y comentario. Un saludo cordial.

Óscar Distéfano escribió:

Ramón Carballal escribió:Puede que no exista un laberinto para tu dedo mágico.
Puede que los anillos del aire te columpien y no arrastren
tu candil. Puede que una ciudad se vista de tejados
para recibirte. En cada calle las flores juegan-en el
martillear del adoquín yo habito tu oasis-. Dame
los ojos de un gusano, la electricidad del viento
que fluye en la armonía de las fachadas. El mercurio
gris de los cuadros. El rio y su pronombre, el lenguaje
como un elixir en las sombras de agosto. ¿Son dorados
los abanicos?- te pregunto-. Ya llueve, ya llueve en los
infantiles ejercicios de la aurora, jardines sin féretro,
pieles sin mapas, dormitorios que ambicionan la petunia
de tu luz, el tiempo rojo de las palomas. Mi hermana
quiebra su voz en la sala nocturna, sus privilegios
rozan la infausta cicatriz de la sangre. No hay
lunares en la virtud, sus gárgolas se agitan o mueren,
sus hemisferios son cánticos y elipse. Alguien
nos recordará como una pausa. En el silencio del día
las gaviotas se ausentan del mar.

Un encadenamiento surrealista de imágenes atrapantes que fluyen incontenibles del estro poético, y que crean una armonía sonora de agradable sinfonía. Me ha gustado, amigo, leerte.

Un abrazo.
Óscar

Gracias, Óscar, por tu lectura y amables palabras. Un abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:Entrar en tus renglones poéticos es inmiscuirse de imágenes preciosas llenas de
sofisticados sentires de pausas y presencias.

Un abrazo

Muchas gracias, Guillermo, por esas amables palabras. Un abrazo.

ROBERTO LÓPEZ escribió:

Ramón Carballal escribió:
¿Son sueños tus poemas? Sea como sea, encadenan paisajes oníricos, adjetivaciones imposibles. Un placer de lectura. Un abrazo.

No son sueños, Roberto, son intentos metafóricos casi nunca logrados. Gracias por leerme y comentar. Un abrazo.

Ricardo José Lascano escribió:Maravillosas letras, muy bonitas y originales.


Abrazo de luz.

RJL

Gracias, Ricardo, por tu generosidad. Un abrazo.

Bellas imágenes nos introducen en ese mundo tuyo tan especial. Me gusta leerte.
Besos
Pilar

Me he quedado muy quieta para sentir cada imagen, casa verso lúcido, pulcro, hermoso.

Un gusto enorme pasar por tu gran poética, Ramón.

Abrazos y felicidad.

Macedonio Tracel escribió:escribía a la velocidad del que viaja, los equipajes son livianos y las palabras las que puedan seguirte. Puedo ver los paisajes ordenándose como un ejercicio de la luz sobre el gesto de escribir. abrazo

Mi agradecimiento, Macedonio, por tu lectura y comentario. Un abrazo.