Editorial Alaire

Navegando el río irrevocable

En un día cualquiera se puede navegar el río irrevocable,
y ahí estaba nadando, su alma en la otra orilla,
un día insospechado, en cruz sobre el destino.
Yo me arrastré hasta el grito, hasta el cable homicida,
y pude ver su perro olisqueando el suéter
sobre la tierra húmeda de la lluvia de ayer.
Pude ver dioses afligidos. Era un día raro.
Y su rostro de fuga se me incrustó en el ojo
como un cuchillo de la gente fría,
del vecino que apático pisaba la existencia,
de la brisa sin gracia y sin tersura,
como si fuese cosa de los otros.

Y me precipité sobre su cuerpo
y lo cargamos con mi padre corriendo por la calle
y se me cerró la garganta de serpientes
y se me llenaron los ojos de blasfemias
y sin planes para el futuro
y a él nos abrazamos con mi padre
y quisimos apretujar la duda
y nos quitaron de las manos
y nos aislamos atontados con mi padre
mientras buscaban reanimar nuestro amado cadáver.

!Qué difícil es aceptar lo irrevocable!

Muy bonito en el dolor, Óscar. Por lo bien que está descrito, por lo mucho que has sentido la partida.

Un honor compartir estas hermosas letras.

Un abrazo, poeta.

Víctor

Mucho dolor y un arte irrevocable, querido Óscar.

Vuelvo con más tiempo para comentar con justicia tu gran trabajo.

Abrazos fuertes.

[quote="Óscar Distéfano"]

El poema tiene fuerza. La reiteración de las copulativas imprime dramatismo al mensaje, que de por sí estremece por su crudeza. Un afectuoso abrazo.

Un poema muy bien escrito. Del dolor nacen imágenes poderosas y elocuentes. Mi felicitación y un abrazo.

Óscar Distéfano escribió:Navegando el río irrevocable

En un día cualquiera se puede navegar el río irrevocable,
y ahí estaba nadando, su alma en la otra orilla,
un día insospechado, en cruz sobre el destino.
Yo me arrastré hasta el grito, hasta el cable homicida,
y pude ver su perro olisqueando el suéter
sobre la tierra húmeda de la lluvia de ayer.
Pude ver dioses afligidos. Era un día raro.
Y su rostro de fuga se me incrustó en el ojo
como un cuchillo de la gente fría,
del vecino que apático pisaba la existencia,
de la brisa sin gracia y sin tersura,
como si fuese cosa de los otros.

Y me precipité sobre su cuerpo
y lo cargamos con mi padre corriendo por la calle
y se me cerró la garganta de serpientes
y se me llenaron los ojos de blasfemias
y sin planes para el futuro
y a él nos abrazamos con mi padre
y quisimos apretujar la duda
y nos quitaron de las manos
y nos aislamos atontados con mi padre
mientras buscaban reanimar nuestro amado cadáver.

¡ Encomiable, poema!!! Me ha encantado pasar por tus /prócer, poemas/.
Un abrazo, poeta.
BEGOÑA.

Un estilo muy simbólico, metafórico y perifrásico de expresar esa negación de lo irrevocable y, a la par, su misma aceptación. La forma del poema, además, atrae a la vista, atrapándote y sumergiéndote en la espiral de su pequeño mundo de imágenes, su diminuta y abismal circunstancia. Me ha gustado leer tus versos de nuevo, ¡salud compañero!

El desgarro del dolor se lo lleva la corriente y es inútil
luchar contra el destino.

Qué fuerza la de estos versos, cuya sangre, clama reiteradamente
que por la angustia también aparece la buena poesía, con el sentir
presente en la distancia.

Un abrazo

Un poema hermoso, crudo y emotivo que se lee sin respiro. Un gusto pasar por tus letras, como siempre
Besos
Pilar

Víctor F. Mallada escribió:!Qué difícil es aceptar lo irrevocable!

Muy bonito en el dolor, Óscar. Por lo bien que está descrito, por lo mucho que has sentido la partida.

Un honor compartir estas hermosas letras.

Un abrazo, poeta.

Víctor

Gracias, Víctor, por tu certera lectura. Realmente hay dolor aquí. Este es uno de mis poemas autobiográficos. Para mí, el honor es tenerte en esta ventana.

Un gran abrazo, amigo.
Óscar

Hallie Hernández Alfaro escribió:Mucho dolor y un arte irrevocable, querido Óscar.

Vuelvo con más tiempo para comentar con justicia tu gran trabajo.

Abrazos fuertes.

Gracias, Hallie, por tu visita y tu valoración. Tu sensibilidad es una luz para mis poemas.

Un abrazo fraterno desde el frío sur.
Óscar

ROBERTO LÓPEZ escribió:

Óscar Distéfano escribió:
El poema tiene fuerza. La reiteración de las copulativas imprime dramatismo al mensaje, que de por sí estremece por su crudeza. Un afectuoso abrazo.

Gracias, Roberto, por tus palabras. A veces el poema te pide, te exige cierto y determinado recurso. Creo que el suceso (porque de eso se trata), su característica trágica, necesitaba una fluidez sin trabas (ausencia de puntuación), desembocando, por ello, en la anáfora de la conjunción.

Un abrazo, amigo.
Óscar

Con la claridad con que solo puede escribir un poeta de altura. Hay un dolor desbocado, crudo e irrevocable, con ese estilo tan propio y hermoso que deslumbra en su decir. Hay metáforas e imágenes más reales que el sol que alumbra cuando nace, hay versos que hielan, pero basta que yo los vea o los sienta, para saber que es real. Te felicito, querido amigo-poeta, y te envío un fuerte abrazo desde la distancia que nos abisma.

José Manuel F. Febles

me precipité sobre su cuerpo
y lo cargamos con mi padre corriendo por la calle
y se me cerró la garganta de serpientes
y se me llenaron los ojos de blasfemias
y sin planes para el futuro
y a él nos abrazamos con mi padre
y quisimos apretujar la duda
y nos quitaron de las manos
y nos aislamos atontados con mi padre
mientras buscaban reanimar nuestro amado cadáver.

Tus versos llegan inmensos, un poema donde la angustia se apodera de los versos y transmite ese momento con gran intensidad, gran poema, lo he sentido profundamente.
Mi abrazo emocionado.

Cecilia

Intenso en ritmo y emoción. Épico en el empeño. Salud.