Editorial Alaire

[I]Hola a todo el mundo. Soy Dorian, sin cuadro, sin leyenda negra, sin bucles rubios inmortales, sólo Dorian: presentado estoy.
Hace como mil años que no tenía debilidades poéticas y me dio ayer por ahí por culpa, creo yo, de un libro narrativo que me ha fascinado es decir poco (Tiempo de Silencio), y que tenía un día chungo y cuando tengo días así suelo imaginar historias que a veces escribo para distraer la mente; ésto iba a ser una historia, pero una vez vi la aspereza de las frases que nacían me lo replanteé y lo reconduje a poema, pero no es un poema, y la historia no la he escrito, porque el misterio de la poesía quedaría perjudicado si me dedicaba a dar forma a ideas menos ambiguas y poderosas por ambiguas. No hay ritmo poético, lo sé, pero me ha parecido curioso el resultado y quería mostrarlo. Ya esta explicado.
Nos iremos conociendo.
Ciao[/I]

Soy otra vez, con más razón que la última vez, y de nuevo otra vez fracasado (por no desbaratar con mi lucidez exquisita el sacramento oscuro en la lengua del melodrama) un trastornado efluvio de emociones que siento al culminar el silencio desgarrado de una corrupción en las maneras del silencio que sangra salpicando un chorro de coagulo infectado de constelaciones del cerebro ponzoñosas de sangre vomitada a la atmósfera de la consciencia del cerebro que es mi alma. Fracasado y otra vez consumido en las atmósferas de la lógica, el dolor, la soledad y el silencio de mi sexo en el océano castrado de rituales bajo el lienzo delicado de la atmósfera del pétalo grotesco, la rabia del rencor del pétalo arrancado del pétalo de la flor de mi alma abandonada bajo el foco fulminante del sol de agosto que ahora libo palpitante de la acera al cielo.

¿Es que no merezco ni un poco del amor que tanto esfuerzo me ha costado extraer a lo largo de la noche de nuestro triunvirato ritual antes de volver a sepultarlo? ¿Merezco, a cambio, el seco talante de su metódico desprecio? ¿Merezco el cáncer de mi soledad que no me describe sino que subraya la silueta de rasgos anfetamínicos que soy, infinitamente aniñados en los difusos rasgos de un hombre que no puede ser hombre, porque otra cosa es su alma nunca ordenada al tiempo que habita sino perdida en su abyección sin nudos de estaciones ni témpanos de edad, no un aroma sino el éxodo de extraños sortilegios prepuber de millones de conflictos recitados uno a uno en la mente umbilical de mi disfraz de niño eterno? ¿Merezco compartirme a mí mismo en dolor, soledad y silencio así de magullado el corazón mientras me desbordan uno tras otro cadáveres transeúntes que no pueden evitar mirarme con miradas de horror las heridas de batalla de mis juegos de niño adulto trasnochado sentado como una marioneta enredada de mí mismo en los escalones de una salida de Nuevos Ministerios con la luz estival abrasadora fulminando el moreno ya moreno de mi rostro de muñeco afeminado? ¿Merezco la plenitud pantanosa de la vida? ¿Merezco comprender cada pequeño axioma de dolor descifrado en los ángulos de las muecas de los cadáveres transeúntes que me desbordan mientras su obscena realidad aniquila la última perla del perfume romántico que me mantenía a salvo de sus monstruosas y aberrantes parcelas de realidad? ¿No bastaba mi propio dolor para hundirme todo entero o tengo que comprender a fondo las sutilezas de su humillación resignada para caer más profundo en la catarata de mi alma de niño decadente adulto? ¿Y cómo es posible que el dolor que recibo, almaceno y me exijo comprender para salvar sus almas en mi alma de reflejos doloridos que me impactan de sus muecas angulosas de venenos me arraiguen a la vida con la profundidad tan profunda que lo hacen y no me desgarren de tripas arriba y abajo el animal que soy al punto de convertirme en otro cadáver transeúnte sentado en los escalones que desbordan Nuevos Ministerios?

¿Por una vez no podría esta pose que hago mía de "Maldito Angelical" hiperconsciente del dolor espolvorear una micra más de romanticismo antes de continuar su camino hacía la comprensión y permitirme una balsámica carcajada grandilocuente y redentora? ¿No podría por una vez?

Bienvenido al foro. Espero que te sientas a gusto en este espacio tan rico en palabras.
Hay bellas imágenes en tu entrega
Un abrazo
Pilar

Gracias por la bienvenida.
Pronto me pondré a curiosear: soy un animal inquieto.
Otro abrazo para vos, Pilar.
Y un beso, si no es excederme.
Dorian

Pues nada, oficialmente saludada quedo por tí y tú por todos nosotros.

Una curiosidad ¿por qué parte de las galaxias mundiales queda ese lugar de ubciación?

Sé bienvenido, en serio, al foro y siempre, mis saludos mediterráneos.

Tus frenéticas palabras han convocado a Antonin Artaud en mi cajón memorístico. En algunas costillas de su osamenta en prosa he alcanzado la inhalación precipitada de aire, pero aparte de ese radicalismo expresivo, las sensaciones que rezuma por sus poros todos podemos comprenderlas palmo a palmo. Ahora ya no soy el nuevo el foro, ¡aunque siga siendo novato! Te doy la bienvenida, la virtudvenida y la bieanventuranzavenida. Aguardo a que nos nutras más con piezas de este calibre... u otros más impresionantes. Salud.

Concha:
Gracias por el detalle de la calidez mediterránea. La verdad es que yo que he vivido lejos de este epicentro de Madrid que es dónde nací y vio en la actualidad (aunque en mi mente resido en las luces cálidas que van muriendo del atardecer otoñal: de ahí mi ubicación) reconozco que es una ciudad con intensos grados de desmesura que pierde bastante gusto por las formas, y aunque habiendo de todo en esta vida en cualquier lugar del universo, otras tierras han sabido perpetuar con mejor tino el trato humano en sus culturas: es dulce ser dulce y cuesta muy poco. Aunque soy de ciudad porque adoro lo frenético y desquiciado tengo una cualidad contemplativa inherente y sé valorar los bellos paisajes: lo mismo hago en las ciudades porque me encanta pasear solo por ellas en busca de confrontaciones estéticas: contemplar en medio del caos.
Gracias otra vez por el afecto.

Exnovato R (más simple para mí dislexia reducirte a una sigla, lo siento: es cierto que soy disléxico y a lo bestia)
Obviamente me encanta el buen rollo que me has transmitido y la empatía y comprensión a este especie de vómito intimista poético que he parido, ¡a quién no le gustaría¡ Me has hecho el día bastante más feliz de lo que imaginas. Gracias infinitas: sé que has sido honesto y lo valoro de corazón.
Sobre una posible reiteración activa de publicaciones, lamento decirte que no me veo relacionándome con la poesía de manera habitual. Soy músico y me roba muchas horas el arte de crear canciones y tocar con gente. Adoro la literatura y leo como una lima: eso nunca cambiará. Y me encantará algún día escribir libros, cuándo me canse de hacer música. Si escribo me absorbe el proceso como a un puto psicótico (ya escribí algunos capítulos de un intento de novela y la experiencia fue delirante) y no puedo hacer, literalmente, otra cosa. Este texto surgió de forma muy espontánea: lo escribí en el móvil sentado en la calle ayer a medio día. Suelo escribir siempre por arrebatos y el móvil se ha convertido en mi nueva y triste pluma bohemia: no hay color con el siglo XIX pero la modernidad es lo que tiene. Pero reconozco que tu comentario me ha estimulado y tal vez me proponga alguna forma de rutina. Ya veremos.
Ya me pondré a leerte yo a ti.
Un abrazo fuerte fuerte.

D.

"Soy otra vez, con más razón que la última vez, y de nuevo otra vez fracasado (por no desbaratar con mi lucidez exquisita el sacramento oscuro en la lengua del melodrama) un trastornado efluvio de emociones que siento al culminar el silencio desgarrado de una corrupción en las maneras del silencio que sangra salpicando un chorro de coagulo infectado de constelaciones del cerebro ponzoñosas de sangre vomitada a la atmósfera de la consciencia del cerebro que es mi alma. Fracasado y otra vez consumido en las atmósferas de la lógica, el dolor, la soledad y el silencio de mi sexo en el océano castrado de rituales bajo el lienzo delicado de la atmósfera del pétalo grotesco, la rabia del rencor del pétalo arrancado del pétalo de la flor de mi alma abandonada bajo el foco fulminante del sol de agosto que ahora libo palpitante de la acera al cielo.

¿Es que no merezco ni un poco del amor que tanto esfuerzo me ha costado extraer a lo largo de la noche de nuestro triunvirato ritual antes de volver a sepultarlo? ¿Merezco, a cambio, el seco talante de su metódico desprecio? ¿Merezco el cáncer de mi soledad que no me describe sino que subraya la silueta de rasgos anfetamínicos que soy, infinitamente aniñados en los difusos rasgos de un hombre que no puede ser hombre, porque otra cosa es su alma nunca ordenada al tiempo que habita sino perdida en su abyección sin nudos de estaciones ni témpanos de edad, no un aroma sino el éxodo de extraños sortilegios prepuber de millones de conflictos recitados uno a uno en la mente umbilical de mi disfraz de niño eterno? ¿Merezco compartirme a mí mismo en dolor, soledad y silencio así de magullado el corazón mientras me desbordan uno tras otro cadáveres transeúntes que no pueden evitar mirarme con miradas de horror las heridas de batalla de mis juegos de niño adulto trasnochado sentado como una marioneta enredada de mí mismo en los escalones de una salida de Nuevos Ministerios con la luz estival abrasadora fulminando el moreno ya moreno de mi rostro de muñeco afeminado? ¿Merezco la plenitud pantanosa de la vida? ¿Merezco comprender cada pequeño axioma de dolor descifrado en los ángulos de las muecas de los cadáveres transeúntes que me desbordan mientras su obscena realidad aniquila la última perla del perfume romántico que me mantenía a salvo de sus monstruosas y aberrantes parcelas de realidad? ¿No bastaba mi propio dolor para hundirme todo entero o tengo que comprender a fondo las sutilezas de su humillación resignada para caer más profundo en la catarata de mi alma de niño decadente adulto? ¿Y cómo es posible que el dolor que recibo, almaceno y me exijo comprender para salvar sus almas en mi alma de reflejos doloridos que me impactan de sus muecas angulosas de venenos me arraiguen a la vida con la profundidad tan profunda que lo hacen y no me desgarren de tripas arriba y abajo el animal que soy al punto de convertirme en otro cadáver transeúnte sentado en los escalones que desbordan Nuevos Ministerios?

¿Por una vez no podría esta pose que hago mía de "Maldito Angelical" hiperconsciente del dolor espolvorear una micra más de romanticismo antes de continuar su camino hacía la comprensión y permitirme una balsámica carcajada grandilocuente y redentora? ¿No podría por una vez?"




Dorian, bienllegado seas a nuestro Alaire.

El texto es denso y tiene belleza, fuerza e imágenes sobresalientes. Volumen y semántica salen disparados y llegan en sucesivas ráfagas a los ojos lectores.
Me ha encantado la reflexión y la interrogante y todo lo que comprometes en ellas.

Salud, felicidad y un abrazo cordial.

Una más que interesante catarsis que, como tú lo has comentado, se derramó de un tirón.
Te deseo un provechoso intercambio en este foro poético que, para mí, es el mejor de la red en la actualidad.

Saludos cordiales.
Óscar

Hola Hallie:
Me alegro que encuentres valor en él. Lo cierto es que pretendía ser el inicio reflexivo de lo que me estaba sucediendo a mí en ese momento que era mi cumple y llevaba tres días sin dormir y eran las tres de la tarde y me acababa de quedar solo y me quedaba un buen trecho hasta poder regresar a un hogar y la expectativa sentado en unos escalones sin un céntimo y con el corazón a los pies era demasiado para mí, ya ves que tontería. Desde ese comienzo realista había figurado una ficción que hubiera sido, básicamente, una solución ficticia ideal a esa situación que me desolaba, así que no hubiera resultado tan brutal edificado según el plan, pero mi mente creo que deliraba, las frases salían de una manera que era imposible jugar a la narración, y me dejé llevar más que nada porque dejar de escribir era ponerme a llorar y el surrealismo que brotaba me ayudaba a no tener que hablar mucho de lo que me estaba jodiendo así que tampoco creo que sea nada brillante: desde luego la literatura que me gusta amí no es dispersa; aunque sí reconozco que es raro y tiene fuerza porque me salió del alma... Emociones: todos las sentimos a diario: no es nada extraordinario.
Un beso, y gracias

Una profunda narración en la que tú mismo te liberas de ti mismo
y te intruduces en los enigmas propios de ser, estar y comprender.
Bienvenido, amigo a este foro.
Aquí hay sitio para todas las ocurrencias, vivencias y catarsis.

Un abrazo

Bienvenido seas, Dorian, me alegra ver gente nueva, con miradas nuevas, te presentas con un texto de nubarrones existenciales en un día soleado, un mal día, como dices, lo dicho sé bienvenido, un abrazo.

Una reflexión de lo más personal. Hay buenos versos existenciales. Un saludo y bienvenido al foro.

que hacés Dorian, qué suerte que caíste acá. Las cosas pasan porque tienen que pasar las más terribles y las más bellas, y siempre es a tiempo salvo cierta música exquisita. hay una virulencia exorcizada, narcótica en el mejor sentido, una tormenta que ha venido a redimirse con solo escribir, a sentarse sobre su historia, a escuchar su propio vuelo donde las palabras son plumas que se desprenden. no es fácil escribir pero por momentos nos salva. te voy a seguir leyendo

Un grito de cascadas nebulosas emprendiendo la lanza vertiginosa de este relato poético que descansará en este sitio de excelentes artistas. Maravillosa presentación. Bienvenido a la batalla. Se feliz. Si puedes. La felicidad no es imprescindible en la poesía.

Dorian,

me ha gustado tu texto amigo. ¿Dorian Gray o Boris Vian?, ¿O Boris Gray? Tus referencias no dejan lugar a dudas y son dignas del apabullante texto que presentas. El tono dolorosamente existencial, la profusa y agresiva adjetivación, atrapan el interés desde el principio. El formato de oraciones largas subordinadas, a veces intencionalmente confusas, densas, no da descanso a la inteligencia hasta el final, dejando una sensación de gran poderío linguístico.

Un verdadero placer de lectura, amigo.

Bienvenido, te leo.