Editorial Alaire

Con la melancolía que dejan las bufandas lanzadas sobre el Sena
y el secreto de un pájaro dibujado en Montmartre
dicen que se construye un amor en París.
Hasta los extranjeros aprenden enseguida
a rezar en francés, no vaya a ser que infarten
por una sobredosis de paseos nocturnos
heridos por las copas que adornan el champagne,
sin poder despedirse esa noche de Dios.

Cuando te habla de aquello
la forma de callar que tienen los rincones de los palacios viejos,
tú piensas, de repente,
entre salas vestidas como se va a la ópera,
espejos de saqueos otomanos,
o dorados
que aún sonríen al esplendor lejano de las fiestas.

Yo he visto deslizarse
los barcos en la niebla,
cruzar bajo los puentes, dolidos como estatuas,
y desaparecer
llevándose su ruido de madera y sus lamentos húmedos
como quien va a morir a otro lugar.

Y es que la vida inunda las ciudades
dejando solo vivos y cadáveres,
excepto sólo en una.
Y nosotros volvemos
de donde medio mundo se rompe de milagro.

Que hermoso, Manuel...


Yo he visto deslizarse
los barcos en la niebla,
cruzar bajo los puentes, dolidos como estatuas,
y desaparecer
llevándose su ruido de madera y sus lamentos húmedos
como quien va a morir a otro lugar.

Manuel, la penúltima estrofa tiene una magia singular. El poema entero es hermoso y doliente. De cierta manera suspira en el aire parisino que aprendemos a amar, cuando amamos.

Enhorabuena y muchos aplausos!

Manuel, me ha encantado el poema, y como lo has dicho. Estoy con Hallie y Marius, la penúltima estrofa tiene bruma, es como una magia.

Los tres primeros versos, son también especialmente bellos. Un placer visitar tu sitio.

Un abrazo

Carmen

Nos has dado un paseo en hermosos versos. Coincido con la penúltima estrofa, está muy lograda.
Abrazos
Pilar

ha sido un grato momento leer tu poema, amigo. La atmósfera creada es muy atrapante.

Un abrazo.
Óscar

Precioso, Manuel, este sensual pase
por los recovecos abiertos
y los silencios arcanos de París.

un abrazo

Marius, me alegra que te haya gustado esa estrofa. Te agradezco tu lectura y tus amables palabras.
Un fuerte abrazo.
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Hallie, muchas gracias por leerme y por identificarte con ese ambiente parisino que algunos conocemos bien.
Un fuerte abrazo.

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Carmen, me alegra mucho que el poema te haya parecido de interés, lo que destacas me parece también lo mejor. Muchas gracias por tu lectura y tu cercanía.
Un fuerte abrazo.

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Pilar, gracias por el paseo en tu compañía. Eres muy amable.
Un fuerte abrazo.

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Óscar, muchas gracias , amigo. Es un placer verificar que te ha gustado este poema.
Un fuerte abrazo.

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Muchas gracias Guillermo, gracias por tu tiempo.
Un fuerte abrazo.

Yo he visto deslizarse
los barcos en la niebla,
cruzar bajo los puentes, dolidos como estatuas,
y desaparecer
llevándose su ruido de madera y sus lamentos húmedos
como quien va a morir a otro lugar.

Me fascina la melancolía y el misterio de estos versos. Hermoso poema. Felicidades. Un abrazo.

Rosa, un placer que te hayas parado ante esta estructura poética y que hayas encontrado en ella versos para destacar.
Muchas gracias por leer este poema y por tu cariñoso comentario.
Un fuerte abrazo.

El hermoso estilo de Manuel, elegante, cálido... ahora en París.

Mi agradecimiento, Rafel, por un trato inmerecido.
Un fuerte abrazo.

Muy hermosos. Unos versos llenos de magia y encanto. Un placer.

Un abrazo.

Muchas gracias, Celia. Me alegra mucho que te haya gustado y que hayas dejado tu paso por aquí.
Un fuerte abrazo.

Uff, cuánta maestría para escribir, poeta.
Aplausos y un abrazo muy fuerte