Editorial Alaire

YO SOY





Soles distintos te adoraron,
maduraron tu piel,
fueron dejando
seco tu corazón.

José Hierro


Mírame viajero:
se deshizo mi clámide
y mi túnica yace en la ceniza.
Por mi bosque de cedros han cruzado los siglos
y descansan palomas en mi hombro.

Mas
mi desnudez te dice que un día yo viví
y que fueron mis sueños los de un ángel.

Caminante,
apiádate de mí,
recórreme en mis ruinas de arenisca,
pisa sobre la hierba mi dorado cabello
y a la sombra del bosque
-si arden fuegos azules todavía-
recuérdame que un día
tuve sueños.
Me olvidaron los hombres
y ahora
sobre el mármol de mi corazón
las aves se disputan mi piel,
deshacen mi armadura.

Acércate
a la obsidiana de mis labios,
no temas, no hay distancias aquí
más allá de la bruma de mis ojos, cegados
por el río de fuego de un llanto inmemorial.

Viajero, si no puedo ser tú,
mírame con piedad
y dile a este silencio
que me siento cansada de estar muerta.


Venezia Lesseps

Venecia Lesseps escribió:YO SOY





Soles distintos te adoraron,
maduraron tu piel,
fueron dejando
seco tu corazón.

José Hierro


Mírame viajero:
se deshizo mi clámide
y mi túnica yace en la ceniza.
Por mi bosque de cedros han cruzado los siglos
y descansan palomas en mi hombro.

Mas
mi desnudez te dice que un día yo viví
y que fueron mis sueños los de un ángel.

Caminante,
apiádate de mí,
recórreme en mis ruinas de arenisca,
pisa sobre la hierba mi dorado cabello
y a la sombra del bosque
-si arden fuegos azules todavía-
recuérdame que un día
tuve sueños.
Me olvidaron los hombres
y ahora
sobre el mármol de mi corazón
las aves se disputan mi piel,
deshacen mi armadura.

Acércate
a la obsidiana de mis labios,
no temas, no hay distancias aquí
más allá de la bruma de mis ojos, cegados
por el río de fuego de un llanto inmemorial.

Viajero, si no puedo ser tú,
mírame con piedad
y dile a este silencio
que me siento cansada de estar muerta.


Venezia Lesseps

Venezia, me gusta la lectura literal del poema y aún más la otra que me parece ver y que puede o no coincidir con la intención con la cual lo escribiste, creo que eso sucede con frecuencia en la poesía y quizás sea ésa, su magia.
Saludos, Luna.-

Viajero, si no puedo ser tú,
mírame con piedad
y dile a este silencio
que me siento cansada de estar muerta.


Mi querida amiga de siempre, que alegría encontrarme con tu poesía, es una delicia para el espíritu, te dejo un cariñoso abrazo.

Cecilia

Eres, sin uda alguna, una excelente poeta, y es una gran placer volver a leer tus versos. No me equivoco al leerlos, porque es indudable que tu sello es singular aunque no llevaran tu firma.

Recibe con mi felicitación, un cordial saludo.

José Manuel F. Febles

[quote="Venecia Lesseps"]YO SOY


El poema es magnífico, sin duda, cargado de lirismo. Me arrastra irremisiblemente a los paisajes de Kavafis. Me ha encantado. Saludos.

Muy hermoso y triste poema, de los que gusta volver a leer. Un placer
Abrazos
Pilar

Como realizado , Venecia, sobre el mármol de una estela, este canto fúnebre toma el tono triste para lo que deseas transmitir, nos acercas al mundo de la Grecia clásica utilizando un léxico adecuado, y nos deja una muestra de poesía de altos vuelos.
Viajero, si no puedo ser tú,
mírame con piedad
y dile a este silencio
que me siento cansada de estar muerta.

Un abrazo.

Precioso Venecia.

Todo un placer leerte de nuevo.

Abrazos

Gracias, Luna de Nos. Gracias por tu lectura.
Lo que te haya sugerido el poema es lo que cuenta. Al final, el poema siempre termina en la mente del lector. En mi criterio, el poema debe guardar el suficiente misterio para que cada cual lo aprehenda según sus sensibilidad y sus experiencias.

Un saludo y gracias.

Venezia.

Venecia Lesseps escribió:YO SOY





Soles distintos te adoraron,
maduraron tu piel,
fueron dejando
seco tu corazón.

José Hierro


Mírame viajero:
se deshizo mi clámide
y mi túnica yace en la ceniza.
Por mi bosque de cedros han cruzado los siglos
y descansan palomas en mi hombro.

Mas
mi desnudez te dice que un día yo viví
y que fueron mis sueños los de un ángel.

Caminante,
apiádate de mí,
recórreme en mis ruinas de arenisca,
pisa sobre la hierba mi dorado cabello
y a la sombra del bosque
-si arden fuegos azules todavía-
recuérdame que un día
tuve sueños.
Me olvidaron los hombres
y ahora
sobre el mármol de mi corazón
las aves se disputan mi piel,
deshacen mi armadura.

Acércate
a la obsidiana de mis labios,
no temas, no hay distancias aquí
más allá de la bruma de mis ojos, cegados
por el río de fuego de un llanto inmemorial.

Viajero, si no puedo ser tú,
mírame con piedad
y dile a este silencio
que me siento cansada de estar muerta.


Venezia Lesseps

Estimada amiga:

Encantado de encontrarte en el foro, Venezia, y poder releer este magnífico poema que nos propones.

Siempre me ha gustado tu poesía con pinceladas culturalistas, pero, sobre todo, elegante y personalísima.

En tu poema, de una euritmia notable, nos hablas "en" la estatua, tu estatua, Venezia, del dolor de la pérdida, de la añoranza de tus propios sueños, del tiempo en que florecían. Todos los viajeros de la vida somos un poco esa estatua que te representa en la composición y en la que líricamente te encarnas, y todos, breves caminantes, necesitamos piedad.

Recibe un cariñoso abrazo.
Felipe.

El encantamiento de lo que reposa su vida en un hálito más lento. Por eso la pisada se hace más honda y percute una doble presencia, la que ve sin esperar y la que camina esperando. Es realmente bello. Es admirable su hondura, y su pulcritud es el instrumento de la fijación del mensaje. Un gran placer. Abrazos.

qué ciudad ha hablado, cuanto respira aún en el frío de la sombra...
saludos

Un placer el reencuentro con tu verso elegante y culto. Felicidades por el poema y un saludo cordial.

Acudo a tu llamada, y pongo mis aplausos al lado de tus silencios
y tu espléndida poesía. Yo no te miro con piedad. Como poeta te miro
y te leo con envidia.

un abrazo

Regresa la Venecia de siempre.
La de los poemas hermosos, imaginativos y profundos.
Un gran placer volver a leerte de nuevo, compañera, en este trabajo cargado de simbologías y lirismo. Me encantó. Un abrazo y bien venida.

Mario.