Hasta tu huerta
Publicado: Sab, 13 Jul 2013 14:24
Hasta tu huerta…
EL glucoso sentido de los caramelos
que
se vierten sobre el otro deseo;
pero
dos pasos sobre la consciencia poliespacial que son?
tú
no eres quien dices: Que tu me amas y me olvidas
“ El verso canta en el cielo e irrumpe”
Pablo Neruda se fue por el castillo del horizonte.
El glucoso deseo de una niña en mis brazos,
cifro la boca de la mujer
cifro la moneda de Dios.
Se palpita el canto de la alondra
aparecen los rostros de Kafka
cifro el cuchillero que quiso mentir sin lastimar
aquí bendecido por el presente.
Afirmo que
“ No habrá mas penas ni olvidos”
no existirá la otra mirada del otro patio.
¡ Auséntate niña que me masturbas!
Deseame y hazme feliz en la irrupción del mandamiento.
Todo es un magnetismo de tu futuro
solitario poeta que camina
sobre los panes que no maldicen al hombre.
Quiso ser
“ ni yo te condeno” camina sobre el sendero
aventurera de los mares;
pirata del último rezo en el desierto
sabrás que yo te amo y tu me olvidas.
Quizá el destino sea unas estatuas de hielo
en este mundo lejano hasta tu huerta siniestra del placer
EL glucoso sentido de los caramelos
que
se vierten sobre el otro deseo;
pero
dos pasos sobre la consciencia poliespacial que son?
tú
no eres quien dices: Que tu me amas y me olvidas
“ El verso canta en el cielo e irrumpe”
Pablo Neruda se fue por el castillo del horizonte.
El glucoso deseo de una niña en mis brazos,
cifro la boca de la mujer
cifro la moneda de Dios.
Se palpita el canto de la alondra
aparecen los rostros de Kafka
cifro el cuchillero que quiso mentir sin lastimar
aquí bendecido por el presente.
Afirmo que
“ No habrá mas penas ni olvidos”
no existirá la otra mirada del otro patio.
¡ Auséntate niña que me masturbas!
Deseame y hazme feliz en la irrupción del mandamiento.
Todo es un magnetismo de tu futuro
solitario poeta que camina
sobre los panes que no maldicen al hombre.
Quiso ser
“ ni yo te condeno” camina sobre el sendero
aventurera de los mares;
pirata del último rezo en el desierto
sabrás que yo te amo y tu me olvidas.
Quizá el destino sea unas estatuas de hielo
en este mundo lejano hasta tu huerta siniestra del placer