Último tren a ninguna parte
Publicado: Lun, 08 Jul 2013 17:44
Traslada el hierro frío y afilado
el roce paralelo de raíles
mientras en la estación dormitan
los espectros turgentes de la espera.
Todo parece hecho a medida
para que el devenir viajero
le corte el paso al refugiado instinto
desde el amanecer convulso de la rueda
hasta la mutación improvisada
de un mágico traspaso obligatorio.
Podría haber querido llegar de otra manera
al destino ferviente prefijado.
Podría haber llegado sin ayuda
pero… necesitaba una ventana
y al tra-ca-tra de cada eje
redescubrir cómo el paisaje
desliza suavemente sus inercias
reflectando las iris y miradas
del espejo que el tren instala
en el ojo de vaca estupefacto.
Vigilaré el invento
cuando haya que rasgar el bosque.
Cuando convenga remontar el río
pondré los arcos a templar
y cuando sea necesario
le abriré un gran ojo a la montaña
desde la oscuridad de un túnel.
A golpe de taladro traspasaré la roca.
Es de obligado cumplimiento,
a estas alturas, regresar entero.
O sea que ya vuelvo
con el mero billete
de haber ido a ninguna parte
y verme en el paisaje de ida y vuelta.
Qué gran satisfacción haber interpretado el recorrido
a costa de que el viaje
equilibrara la nostalgia y el deseo.
Amanece en su sitio cada cosa
igual que ayer…y que mañana
Por la similitud se ve la compostura.
por la velocidad escapa el tiempo
a recibir imagen, elegancia y transición;
comodidad, urgencia y desafío.
Por culpa de un sinfín de divergencias
-todas estrictamente consentidas-
el maquinista de esta historia
une, con precisión exacta,
el guiño y verborrea del viajante.
A nadie se le ocurra hacer el recorrido en falso.
el roce paralelo de raíles
mientras en la estación dormitan
los espectros turgentes de la espera.
Todo parece hecho a medida
para que el devenir viajero
le corte el paso al refugiado instinto
desde el amanecer convulso de la rueda
hasta la mutación improvisada
de un mágico traspaso obligatorio.
Podría haber querido llegar de otra manera
al destino ferviente prefijado.
Podría haber llegado sin ayuda
pero… necesitaba una ventana
y al tra-ca-tra de cada eje
redescubrir cómo el paisaje
desliza suavemente sus inercias
reflectando las iris y miradas
del espejo que el tren instala
en el ojo de vaca estupefacto.
Vigilaré el invento
cuando haya que rasgar el bosque.
Cuando convenga remontar el río
pondré los arcos a templar
y cuando sea necesario
le abriré un gran ojo a la montaña
desde la oscuridad de un túnel.
A golpe de taladro traspasaré la roca.
Es de obligado cumplimiento,
a estas alturas, regresar entero.
O sea que ya vuelvo
con el mero billete
de haber ido a ninguna parte
y verme en el paisaje de ida y vuelta.
Qué gran satisfacción haber interpretado el recorrido
a costa de que el viaje
equilibrara la nostalgia y el deseo.
Amanece en su sitio cada cosa
igual que ayer…y que mañana
Por la similitud se ve la compostura.
por la velocidad escapa el tiempo
a recibir imagen, elegancia y transición;
comodidad, urgencia y desafío.
Por culpa de un sinfín de divergencias
-todas estrictamente consentidas-
el maquinista de esta historia
une, con precisión exacta,
el guiño y verborrea del viajante.
A nadie se le ocurra hacer el recorrido en falso.